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Ucrania está de nuevo cubierta por el espíritu “naranja”. En estos días, la policía ha usado gases lacrimógenos contra los manifestantes más agresivos en el curso del desalojo de la plaza de la Independencia, lugar que en estos días se ha convertido en la Plaza de Europa (ahí es donde se reúnen los partidarios de la asociación ucraniana, que no tuvo lugar, con la Unión Europea); varias decenas de personas fueron detenidas, pero después, las liberaron.
Sin embargo, la actividad pública en Kiev, que la oposición no piensa disminuir, amenaza con convertirse en una crisis por todo el país.
Los opositores al presidente Víktor Yanukóvich le acusan de organizar “brutales palizas” a los que protestan. El líder del grupo parlamentario Batkivshina (es decir, los partidarios de la exprimera ministra Yulia Timoshenko), Arseni Yatseniuk, anunció la creación de un “estado mayor de la resistencia nacional” y la preparación de una huelga general en Ucrania, evidentemente con el objetivo de provocar elecciones anticipadas, tanto presidenciales como parlamentarias.
Como destaca el politólogo ruso, Kiril Tanáev, la oposición ucraniana trata de sacar para sí el mayor provecho posible a la exacerbación de los ánimos populares.
–La crisis está en el ADN del sistema político ucraniano. Ya son veinte años que existe en condiciones de crisis permanente. En cierto sentido, esto es una norma para Ucrania. En el futuro próximo, toda la agenda política ucraniana estará concentrada alrededor de las elecciones presidenciales del año 2015. Así que los conflictos y los disturbios políticos serán constantes. Ellos están relacionados con la necesidad de cada parte del proceso político de movilizar a su electorado.
No hay dudas de que, en la situación actual, los opositores ucranianos jugarán la “carta occidental”. En la fallida cumbre de la Asociación Oriental de Vilna, de la boca de altos funcionarios europeos se escucharon indirectas bastante evidentes sobre el cambio de posición de las autoridades de Kiev. Así que la principal arma de los “eurointegradores” ucranianos es el apoyo de la misma comunidad euroatlántica. El director del Centro Político Norte-Sur, Alexéi Vlasov, supone que el éxito de la actual actividad opositora depende directamente de cuál posición tomarán Europa y EEUU:
–Ucrania es un país impredecible. La confrontación entró en una nueva fase, los actos de la oposición serán cada vez más radicales y constantemente se remitirán a la opinión de Occidente. Para encauzar este hipotético apoyo estarán países como Polonia y los países del Báltico y mucho depende de qué posición mantendrán los pilares de la Unión Europea, es decir, Alemania y Francia. Los norteamericanos, lo más probable es que eviten hacer valoraciones fuertes de la situación, pero Washington estará en contacto con la oposición ucraniana.
En esta situación, el Occidente tratará de usar el actual “enredo político” de Ucrania a favor de sus intereses y la principal tarea del Gobierno ucraniano es impedir la siguiente “revolución callejera”, subraya Alexéi Vlasov:
–Los políticos occidentales más radicales tratarán de encontrar otra contraparte ucraniana en las negociaciones. De hecho, ellos estimulan a la oposición a que derroque el Gobierno legalmente elegido en Ucrania. La Plaza de Europa es sólo una parte de este plan. Otro tema candente será la flexibilidad que tenga el Gobierno de Ucrania para oponerse a los intentos de desestabilizar el país.
Ya se oyen duras declaraciones vertidas por los políticos europeos en dirección al presidente ucraniano. Sin embargo, esto es solo el comienzo de una gran ofensiva sobre Kiev. El decano de la facultad de economía y política mundial de la Escuela Superior de la Economía, Andréi Suzdaltsev está convencido de esto:
–Esto es una presión política abierta. En realidad, Occidente no necesita de Ucrania, pero se considera que usándola a ella se podría controlar a Rusia. En todas las asociaciones de Ucrania con Europa hay una huella rusa, se considera que sería un enorme golpe sobre el prestigio de Rusia y para las perspectivas de la integración euroasiática. Por eso es que la presión sobra Yanukóvich es enorme.
Los representantes de la oposición ucraniana se niegan a tomar en consideración el hecho de que Ucrania le interesa a la Unión Europea solo desde el punto de vista de un consumidor, sencillamente es un potente mercado y el hecho de controlarlo, según lo que piensa Bruselas, permitiría inyectar sangre fresca en la estancada economía de la UE. Los intentos de Occidente de culpar del fracaso de la cumbre de Vilna a Rusia no son más que provocaciones, igual que el apoyo a la oposición ucraniana en sus esfuerzos de organizar en casa otra revolución en aras de una mítica integración europea.
ovm/kg/ll
http://spanish.ruvr.ru/2013_11_30/Ucrania-manifestaciones-protestas-crisis/