Cuento: El barquero inculto

Cuento de la India muy antiguo que nos puede hacer pensar.

 

Érase una vez que había un joven con gran conocimiento en muchas materias y por esta razón creció engreído y despectivo con las personas que le rodeaban y que creía que no estaban a su nivel.
En una ocasión tuvo la necesidad de cruzar un caudaloso rio y se acercó a un barquero para que le ayudara a cruzar, el barquero partió una vez que el joven estuvo acomodado y remo diligentemente hacia la otra orilla.
En un momento sobre ellos paso una bandada de aves y el joven erudito pregunto al barquero:
– Amigo dígame, ¿ha estudiado usted la vida de las aves?
– No señor – repuso el barquero
– Entonces creo señor barquero que ha perdido usted la cuarta parte de su vida.
El viaje siguió tranquilo por una zona donde plantas exóticas crecían en la superficie del rio, entonces el joven burlonamente se dirigió hacia el barquero:
– Dígame amigo barquero, ¿ha estudiado usted botánica?
– No señor – respondió el barquero – no se absolutamente nada de las plantas.
– Pues me equivoque con mi aseveración anterior pues creo que usted ha perdido la mitad de su vida – le dijo petulantemente el joven
Sin embarco el barquero seguía tranquilamente remando mientras el sol de mediodía brillaba sobre las aguas del rio.
– Veo barquero que por tu aspecto llevas muchos años deslizándote por estas aguas, pero dime ¿sabes algo de la naturaleza de estas aguas? ¿su historia?
– No señor – respondió el barquero – nada se al respecto, ni de estas aguas ni de otras que cruce anteriormente.
– ¡Qué pena hombre! – exclamo el joven erudito – de verdad con mucha pena tengo que decirte que has perdido las tres cuartas partes de tu vida.
De pronto y para sorpresa de los dos navegantes la barca comenzó a hacer agua y los pies se mojaron rápidamente, por mucho que intentaron desaguar con los recipientes que llevaban vieron que era imposible vaciar el bote y la barca poco a poco comenzó a hundirse.
El barquero entonces miro al joven y le pregunto:
– Señor ¿sabes nadar?
– No – repuso asustado el joven mirando cómo se hundía su embarcación.
– Pues me temo señor que hoy has perdido toda tu vida.

“No es a través del intelecto como se alcanza el Ser, el pensamiento no puede comprender al pensador y el conocimiento erudito no tiene nada que ver con la sabiduría”.

 

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