Un estudio reciente evidenció que las células neuronales tratadas con el herbicida glifosato muestran un desarrollo más lento. Estas células fueron obtenidas del cerebro de embriones de ratas en un estudio in vitro, según divulgación de la Universidad Nacional de Rosario.
Las investigaciones se realizaron en vivo con animales que se expusieron al herbicida e in vitro directamente con las neuronas del cerebro de embriones de ratas, los cuales se trataron con diferentes dosis, que están por debajo de la graduación a la que se expone el ser humano en los espacios donde se aplica el herbicida.
El análisis de los resultados arrojó que el glifosato en las dosis estudiadas no produce letalidad, sin embargo las células se desarrollan mucho más lentamente.
“Una neurona que tiene cuatro días, morfológicamente es una neurona de uno o dos días”, señaló en un comunicado Silvana Rosso, investigadora adjunta de CONICET y docente del Área Toxicología de la Facultad de Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Argentina es uno de los principales países productores de soja genéticamente modificada resistente a los herbicidas, y el más utilizado es el glifosato, conocido comúnmente por su marca comercial “Roundup”, un producto de la compañía Monsanto.
Es de conocimiento popular que una semilla transgénica, como la soja que produce Monsanto y que se siembra en grandes cantidades en Argentina, es un desarrollo tecnológico que forma parte de un paquete inseparable del herbicida al que está asociada, por eso es que a más cantidad de soja, más cantidad de herbicida.
En consecuencia, la motivación del estudio sobre los efectos biológicos de la aplicación de glifosato surgió en función de distintas evidencias que demuestran efectos nocivos para el desarrollo animal y humano, afirmó el informe divulgado por la Universidad.
Asimismo señaló que tiene el propósito de evaluar los efectos tóxicos del glifosato, específicamente sobre el desarrollo y función del sistema nervioso de mamíferos en períodos de gestación.
Etapas de la investigación
En una primera etapa, el estudio se realizó sobre animales para identificar si existían signos de neurotixicidad.
“Lo que hicimos fue exponer ratas durante el período gestacional, tratamos a las madres preñadas en contacto con el glifosato y después evaluamos los signos de toxicidad en los neonatos que fueron expuestos durante la gestación”, detalló la investigadora.
Los primeros resultados revelaron que los neonatos presentaban signos de toxicidad a nivel del sistema nervioso, manifestando alteraciones en las respuestas reflejas, en la capacidad locomotora y en la capacidad de aprendizaje.
Viendo estos resultados, comenzaron una segunda etapa con cultivos aislados de células neuronales obtenidas del cerebro de embriones, dando paso al estudio in vitro.
Los efectos adversos sobre las células se encontraron a nivel de la “polarización neuronal”, es decir la transmisión de los impulsos nerviosos, la información de una neurona a otra.
Otros estudios
Según describe la empresa Monsanto en su página web, “los herbicidas a base de glifosato se encuentran entre los de menor riesgo respecto de sus efectos sobre la salud y el ambiente”.
Asimismo desestima los estudios científicos elaborados sobre el herbicida en Argentina y en el mundo, alegando que no son “serios” y agrega que por medio de diferentes análisis se demostró que el glifosato no presenta efectos nocivos en la fauna, microfauna, salud humana y medio ambiente.
Sin embargo, científicos de diferentes países del mundo, en estudios tales como de la Universidad de Londres, del Instituto de Tecnología de Massachusetts y de la Escuela Universitaria de Medicina de Clevent, entre otros, evidenciaron efectos nocivos en el organismo humano y animal, producto de la exposición al glifosato.
En Argentina, se presentó recientemente un estudiopublicado por el Dr. Andrés Carrasco, investigador delLaboratorio de Embriología Molecular, en el cual se utilizaron embriones anfibios.
En este estudio se concluyó que “tanto el herbicida comercial como el glifosato puro inducen a la muerte celular”.
Asimismo se evidenció que el glifosato puro interfirió en el mecanismo de reparación fisiológico del DNA, lo que podría conducir a la acumulación de mutaciones en algunos tipos celulares aumentando el riesgo de malograr la célula.
Una de las motivaciones para comenzar el estudio, auspiciado por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), fue debido a los reportes médicos sobre malformaciones en las localidades santafesinas de Malabrigo y San Cristóbal, con índices de 12 malformaciones sobre cada 250 nacimientos.
Llamado a reflexión internacional
El 3 de diciembre, se conmemoró el “Día Internacional del No Uso de Pesticidas” con el fin de hacer un “llamado a la reflexión” y “toma de conciencia” sobre el “grave problema social y ambiental generado por el uso de plaguicidas a nivel global”, afirmaron los organismos convocantes.
Esta fecha se estableció por las 400 organizaciones miembros de la Red de Acción en Plaguicidas, PAN Internacional (Pesticide Action Network), en 60 países, recordando a las más de 16.000 personas fallecidas como consecuencia de la catástrofe de Bophal, India, ocurrida en 1984 por el escape de 27 toneladas del gas tóxico metil isocianato, utilizado en la elaboración de un plaguicida de la Corporación Union Carbide.
Este desastre químico ocurrió en un área densamente poblada y sólo en los tres primeros días murieron 8.000 personas.
La convocatoria tuvo amplia aceptación a nivel mundial. En Argentina se realizó una gran movilización en Córdoba, divulgada masivamente en las redes sociales.