Una colaboración de lipe2000
A un error de traducción… y a todos los que se han aprovechado durante siglos.
Para encontrar este “error” tenemos que fijarnos en un pasaje de la Biblia, concretamente en el Génesis, donde detalla que Dios hizo a Eva de una costilla de Adán…
Entonces Jehová hizo caer un sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas […] Y de la costilla que Jehová tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Y para la oportuna explicación nos va a ayudar mi amigo
Joshua BedwyR
El origen está en una pésima traducción que los rabinos judíos realizaron hace ya siglos. Pero antes debo especificar un par de temas:
– Dentro de la cultura sumeria, existía lo que se conocía como los ME. Estos ME eran una serie de creaciones de los dioses, que servían para mantener el equilibrio del mundo. Conocemos muchos, porque se han encontrado listas y recopilaciones de ellos. Entre otros, podemos encontrar desde el arte de la carpintería hasta el poder de crear vida. Y con este poder de crear vida, nos vamos acercando al meollo de la cuestión.
– Los sumerios escribían en cuneiforme. En dicho alfabeto, algunas palabras tenían distinto significado según se colocaran en una parte del texto u otra. En concreto, la palabra sumeriaTI podía significar, según se la colocara, o bien “costilla” o bien “el poder de crear vida“.
Y tras estas dos consideraciones, hemos llegado al punto en que descubrimos al asesino. En el Mito de la Creación Sumerio, el dios Enki crea a la mujer igual al hombre, ya que lo hace con el TI. Y dada la posición de dicha palabra en el texto, el significado es “poder de crear vida“. Como bien sabemos, los judíos estuvieron exiliados en Babilonia, “invitados” por Nabucodonosor. Ya sus antepasados cananeos debieron acceder a las obras culturales sumerias que conocían desde tiempos de Abraham, pero además, una vez en Babilonia, tuvieron de nuevo acceso a la literatura sumeria, a la que, dado que aún no existía la SGAE ni similares, se dedicaron a fusilar y plagiar descaradamente para mejorar la Biblia. Pasajes y mitos enteros de la literatura de los dos ríos se convirtieron en trozos de la Torah: el Pentateuco al completo, el libro de Job, el Cantar de los Cantares y hasta la biografía de Moisés, que a falta de negros, fue calcada de la de Sargón de Akhad.
En ese proceso de plagio intensivo, se toparon con el pasaje del dios Enki y tradujeron la palabra TI como “costilla“, haciendo que la mujer pasara de ser alguien igual al hombre desde la creación a alguien subordinado e inferior. ¿Lo hicieron con mala fe? A estas alturas es difícil saberlo. Pero es un hecho histórico que los rabinos judíos, obsesionados por el valor de las palabras (en la Biblia cada nombre está cuidadosamente escrito y colocado según valores numéricos estrictos), siempre supieron idiomas. Y hay razones más que suficientes para sospechar que conocían el truco de la colocación de la palabra en el texto. Vamos, que tiene cierto tufillo intencionado.