Más de 600 personas murieron en los últimos días y 159.000 se vieron obligadas a abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos religiosos en la República Centroafricana, comunicó hoy el portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR), Adrian Edwards.
La mayoría de estas muertes, 450, se produjo en la capital centroafricana, Bangui. En otros lugares se registró un total de 160 víctimas mortales, precisó Edwards quien constató “el continuo deterioro de la situación” en el país.
La República Centroafricana afronta una oleada de violencia religiosa desde que los rebeldes de mayoría musulmana Seleka derrocaron en marzo al presidente François Bozizé y lo sustituyeron por su líder, Michel Djotodia. A los partidarios del nuevo régimen se enfrentan las milicias cristianas anti-Balaka que respaldan al presidente depuesto.
Este jueves, 27 musulmanes fueron asesinados por milicianos anti-Balaka en la localidad de Bohong, informó la portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani.