En el tradicional mensaje de Navidad, el Rey animó a los españoles a construir «juntos» su futuro porque les unen «muchísimas cosas», frente a unas «controversias» que se deben resolver siempre con arreglo a las reglas del juego democráticas «aprobadas por todos».
«Sé que la sociedad española reclama hoy un profundo cambio de actitud y un compromiso ético en todos los ámbitos de la vida política, económica y social que satisfaga las exigencias imprescindibles en una democracia», subrayó el Monarca, quien se declaró consciente de que la crisis económica ha provocado «desaliento» en los ciudadanos.
Tras reconocer que «la dificultad para alcanzar soluciones rápidas» a la crisis y «los casos de falta de ejemplaridad en la vida pública han afectado al prestigio de la política y de las instituciones», don Juan Carlos se refirió también a las «voces» que «quieren una actualización de los acuerdos de convivencia» entre los españoles.
Sin aludir expresamente a la consulta soberanista propuesta en Cataluña por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dejó claro que la Corona promueve y cree en una España abierta en la que caben todos, «un país libre, justo y unido dentro de su diversidad».
En este contexto, recordó que el sistema político nacido con la Constitución de 1978 ha proporcionado a los españoles el periodo más largo, no sólo de «libertad, convivencia y prosperidad», sino también de«reconocimiento efectivo de la diversidad» que compone la realidad de España.
«Conviene que lo tengamos bien presente, pues a menudo se pretende que lo ignoremos o lo olvidemos cuando se proclama una supuesta decadencia de nuestra sociedad y de nuestras instituciones», declaró.
«Siempre hemos sabido los españoles salir juntos de los malos (momentos) y construir juntos los buenos»; «juntos hemos resuelto problemas no más fáciles que los que hoy afrontamos», insistió, antes deanimar a los líderes políticos y agentes sociales a combatir «el conformismo, el desaliento y el victimismo» y aconsejar diálogo y generosidad para «saber ceder cuando es preciso».
«Convivencia», «ética», «juntos» y «democracia» destacaron entre las palabras más repetidas y enfatizadas durante su intervención, en la que hizo llegar a los españoles dos compromisos como Rey: la determinación de continuar su mandato de jefe del Estado «estimulando la convivencia cívica» y la seguridad de que asume «las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad».
Don Juan Carlos apeló al «funcionamiento del Estado de Derecho para que la ejemplaridad presida las instituciones» y «se cumplan y hagan cumplir la Constitución y las leyes», un llamamiento que sigue la línea de la reivindicación de la ética que incluyó en su anterior alocución de Nochebuena y del mensaje de Navidad de 2011, días después de que la Casa del Rey calificara de «no ejemplar» el comportamiento del esposo de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin.
La solidaridad con «aquellos a quienes con más dureza está golpeando» la crisis económica ocupó asimismo un lugar destacado en la intervención del Monarca, quien apeló a instituciones públicas, empresarios e inversores para que apuesten por la investigación y la innovación para crear empleo.
Así, reclamó un esfuerzo «para que la economía confirme los indicios de recuperación que se están empezando a ver y que tienen que ser todavía más sólidos», según preció, antes de advertir: «no podemos aceptar como normal la angustia de los millones de españoles que no pueden trabajar; para mí, la crisis empezará a resolverse cuando los parados tengan oportunidad de trabajar».
Zarzuela
Tras la grabación de 2012 en su despacho, el Salón de Audiencias de la Zarzuela volvió a ser este año el escenario donde el Rey ha comparecido en Nochebuena ante los españoles, sentado tras una mesa de trabajo en la que se podía ver el ejemplar de la Constitución de uso diario que emplea para su trabajo.
La corbata roja elegida por don Juan Carlos en esta ocasión realzaba el buen aspecto que presenta un mes después de su última intervención quirúrgica en la cadera y transmitía una imagen de energía reforzada por un fondo de flores de pascua iluminadas tras los ventanales que mostraban el jardín.
Después de una novedosa introducción televisiva que acercó al Palacio de la Zarzuela con una imagen aérea, los espectadores pudieron seguir un mensaje algo más largo que el año pasado -once minutos y 35 segundos y 1.381 palabras, 292 más que en 2012-, en el que el Rey se dirigió a los españoles ante las banderas de España y la UE.
Sobre una mesa de apoyo, acompañaba a don Juan Carlos una única fotografía, tomada el pasado 31 de octubre durante la audiencia que concedió en su despacho a la Fundación de Víctimas del Terrorismo, en la que se le pudo ver junto a la presidenta de la organización, Mari Mar Blanco, y los dos vicepresidentes, Ángeles Pedraza y Tomás Caballero.
Esta imagen subraya de modo simbólico el «muy especial y emocionado» recuerdo que ha querido dedicar esta noche a las víctimas del terrorismo, «con las que la sociedad sigue teniendo una permanente deuda de gratitud» y que están «pasando momentos especialmente difíciles», según subrayó el Rey, en alusión a la anulación de la aplicación retroactiva de la ‘doctrina Parot’ por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.