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El cerebro es el órgano que más cambia durante toda nuestra vida y, a medida que se desarrolla, nuestra forma de pensar, actuar y relacionarse va evolucionando, siendo quizá la etapa adolescente en que es más evidente. Malhumorados, rebeldes, sin miedo a correr riesgos, los adolescentes son el dolor de cabeza de los adultos, con un cuerpo y cerebro que todavía está madurando. Hoy, queremos hablarte de las particularidades del cerebro adolescente.
Desarrollo del cerebro en la adolescencia
Durante la infancia, el crecimiento del cerebro es más bien equilibrado, pero hay un punto en que además de ganar materia gris comienzan a desarrollarse conexiones a toda velocidad. A partir de los 10 años, en niñas, y 11 años, en niños, las conexiones existentes en el cerebro humano empiezan un proceso en que se desechan las no utilizadas y, aquellas que quedan se vuelven eficientes e integradas.
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A través de la mielinización, estas nuevas conexiones sinápticas se vuelven más eficientes en recibir y transmitir información entre las diferentes zonas del cerebro. Así, los adolescentes se van haciendo capaces de realizar acciones más maduras y empezar a controlar impulsos, desarrollar habilidades y mostrar consistencia en sus acciones.
Otro cambio importante en el cerebro es la de las conexiones neuronales entre la amígdala y la corteza pre-frontal, las que se hacen más densas. La amígdala es la encargada de procesar sensaciones como el deseo, miedo, angustia y agresión, mientras que la corteza pre-frontal se vincula con la personalidad y regulación de acciones mediante el juicio y autocontrol. La mejora de la conexión entre ambas zonas da paso a la llamada madurez emocional. Veamos esta exposición de Sarah-Jayne Blakemore al respecto:
Cambios en el cerebro durante la adolescencia y riesgos
Si bien durante la adolescencia se producen varios procesos de maduración en el cerebro, estos van a destiempo y de allí sale la conducta algo errática que caracteriza a los adolescentes. Si a eso le sumamos el aumento de dopamina en el cerebro y de hormonas como la testosterona, tenemos un cóctel peligroso. La dopamina es un neurotransmisor relacionado con la obtención de necesidades, satisfacciones y deseos.
En un cerebro que no está completamente desarrollado, el exceso de dopamina puede llevar a la realización de actividades riesgosas y conductas peligrosas, ya que busca formas de obtener recompensas para sentirse satisfecho, sin un buen control de impulsos.
El adolescente estará propenso a tomar decisiones cuando las emociones están muy presentes y llegan rápido a la corteza pre-frontal, sin tiempo suficiente para que el control de impulsos detenga la búsqueda de la satisfacción inmediata.
Con los años, los adolescentes se van haciendo más “lógicos” a medida que se iguala el desarrollo de los diferentes circuitos cerebrales, mientras tratan de sobrevivir durante varios años con el peligro deun cerebro “en construcción”.
http://www.ojocientifico.com/5142/como-funciona-el-cerebro-adolescente