María Gutiérrez
-El problema de seguridad de los países latinoamericanos no viene ahorita sino que ha venido en forma endémica en la región. Hay que mirar las tendencias y la forma más importante de poder ver las tendencias y para poder confirmar esa hipótesis es tener datos de buena calidad y por eso se tiene el proyecto.
Efectivamente, en las últimas dos décadas ha habido un aumento del problema de seguridad en la región, fluctuando de diferentes maneras, primero con un aumento en los países de Centro América, sobre todo por las guerras internas, que terminaron, en el Salvador y Nicaragua, en los que no ha habido nunca niveles tan altos de homicidios. Luego, todo el problema por el conflicto interno y el narcotráfico en Colombia, donde tuvimos las tasas más altas de la región durante muchos años, y ahora se está mirando el efecto, que todavía no se comprende bien, en Venezuela, que está como uno de los países de las tasas más altas de la región.
-¿Por qué hay mayor problemas de seguridad en Venezuela y esos países que están en primer lugar?
-Las razones de Venezuela no las conozco muy bien porque no hemos trabajado allá y no tengo acceso a la información, pero al parecer la parte de recesión (económica) y el Gobierno ha afectado estos niveles de inseguridad sobre todo en Caracas. Entonces, allá hay una percepción de seguridad muy baja.
-¿Uno de los propósitos de este proyecto es buscar datos concretos, reales, ante a veces una percepción irreal del problema de la seguridad?
-Sí. Si uno mira las páginas web hay diferentes fuentes. Los datos que presentan el PNUD son diferentes a los de las ONGs y no solo en pequeñas cifras sino grandes cifras de país a país, que uno dice y esa tasa de dónde se la consiguieron o dónde se la inventaron. Cuando uno ve datos de Latinoamérica encuentra una cantidad de discrepancias dependiendo de las fuentes de información. Lo que busca este proyecto es que desde los gobiernos, con base en los datos oficiales de cada país, crear una información validada que permita a través de sus indicadores de manera estandarizada tener datos oficiales para el país y también compararlos con los otros países de la región.
-¿Qué indicadores se toman para este trabajo?
-Se han seleccionado 19 indicadores divididos en cuatro categorías. Una, de muertes violentas o de causa externa, que llamamos de salud; otra, de convivencia; otra, de violencia intrafamiliar y delitos sexuales; y la última es de criminalidad como tal.
Entonces, entre ellos están, porque no me los sé de memoria, los 19 indicadores, las tasas de homicidios, de suicidios, de muertes por armas de fuego, de muertes en lesiones de tránsito, robos, hurtos, secuestros, delitos contra la propiedad, etc.
-A base del trabajo que ya hicieron en otros países, ¿cuáles serían las causas más visibles del problema de seguridad?
-Hay dos problemas muy claros: primero, problemas de normatización y de la misma comunidad como tal en términos de su responsabilidad de ser ciudadanos, que es la parte de comportamientos, que pueden ir hacia la parte de la ilegalidad. Y la otra básicamente relacionada con conflictos que tienen que ver con la oferta de la parte ilegal como es el narcotráfico y que genera crimen organizado, etc., etc. Entonces, digamos son dos grandes flagelos que están afectando la seguridad ciudadana.
-Para muchos la gran fuente de la delincuencia y el problema de seguridad en los países latinoamericanos y en cualquier parte del mundo es el tema de la pobreza y la exclusión.
-La pobreza a nivel mundial, según las investigaciones que se han hecho desde el punto de vista epidemiológico y sociológicos, no está relacionada con la violencia. Lo que está relacionada con la violencia directamente es la falta de oportunidades de una sociedad, la falta de igualdad o equidad en el acceso a las ofertas o servicios que tiene un Estado o una sociedad. Pero el hecho de ser pobre no es sinónimo de ser violentos. Y eso lo han demostrado muchos pueblos a nivel de la historia e inclusive actualmente, por ejemplo, Ecuador es un país muy pobre, pero jamás ha tenido niveles de violencia altos. Mucha gente estigmatiza al pobre de violento, pero la evidencia científica ha demostrado que la pobreza no es un factor de riesgo directo de la violencia. Es la falta de oportunidades a los jóvenes, la falta de educación, de equidad y de igualdad en el acceso a muchas cosas, eso sí está relacionado con la violencia.
-Pero precisamente la pobreza no permite tener acceso, porque excluye, y esto en muchos genera reacción.
-No, no, no. La agresividad desde muchos puntos de vista y estudios han encontrado que en sociedades desventajosas aumenta los niveles de agresividad en los niños e inclusive problemas de conducta en los niños, pero estos no son relacionados por el hecho de que sean pobres. Es que muchas veces la estigmatización genera que si hay un pobre ya es violento y eso no es así. Entonces muchas veces se generan situaciones de discriminación hacia los pobres por el hecho de ser pobres. Pero no se ve de una responsabilidad del Estado como tal el hecho de que hay que darles oportunidad a las poblaciones menos favorecidas para generar mucho más posibilidad de igualdad con las favorecidas.
-No decimos que por ser pobre o negro ya es violento…
-O si es joven porque muchas veces también joven pobre ya es sinónimo de violento.
-… sino que el hecho de la pobreza genera situaciones de exclusión, desigualdad, hambre.
-El ser joven es muchas veces el más afectado en toda esta situación de violencia, porque un muchacho joven que no tiene la posibilidad de educarse, o de acceder a un oficio legal, pues busca la ilegalidad. Y es allí donde podemos nosotros actuar de manera preventiva en el sentido de generarles oportunidades para que efectivamente no se enganchen en estas labores criminales o delictivas de manera tan temprana.
-¿Acaso el desempleo, un problema crónico en América Latina, no aumenta los problemas de seguridad o delincuencia?
-Eso sí está relacionado. El desempleo, hay que ver la posibilidad de generar empleos y empleos dignos para las personas y obviamente mirando las etapas de la vida en que se las puede emplear, porque tampoco es el caso que trabajen los niños, perdiendo la oportunidad de educación y ahí es donde empieza todo.
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