EXÍGETE MUCHO A TI MISMO Y ESPERA POCO DE LOS DEMÁS. ASÍ TE AHORRARÁS DISGUSTOS.” (Confucio)
A veces parece
que todos los caminos se cierran,
que la noche es eterna,
que el invierno ha congelado los corazones,
que no existen más rosas,
que tu destino son las lágrimas,
que no hay sino soledad para tí,
que han desaparecido las estrellas,
que la sonrisa se apagó sobre la tierra,
que los días son cortos y lluviosos,
que las noches son interminables y sin luna,
que no hay espacio alguno para tus pies,
que no hay salida en la calle de tu vida,
que la indiferencia y la desilusión aprisionan tu corazón …
Pero aún entonces puedes confiar
que tú eres un camino eterno y abierto,
que tu eres un día luminoso,
que en tu alma no hay estaciones,
sólo las hay en tu mente,
que hasta en el desierto más árido y seco hay una flor,
que las lágrimas, como el agua, dan vida y fecundidad,
que tú eres el mejor amigo de ti mismo,
que tu alma es un cielo lleno de luz y de estrellas,
que dentro de tí el rostro de la vida sonríe,
que en ti está el sol radiante,
solo es noche si le das la espalda,
que el mundo es ancho y no ajeno,
sino tuyo porque tú eres el mundo,
que norte, sur, este y oeste son punto para tu elección,
que tu eres amor pleno.
Estás destinado a dar, más que a recibir.
Ten confianza porque aunque tu mente
te hable de puertas cerradas y de soledad,
ése es un engaño temporal y pasajero.
Tu estás destinado a ser luz
para muchos que necesitan de tu luz y de tu amor.
No te quedes cerrado en tu rincón.