“¿Qué es lo que tenemos nosotros para oponer a esto? No tenemos poder, no estamos en el gobierno, no tenemos multinacionales, no dominamos la financia especulativa mundial, no tenemos nada de eso. ¿Qué es lo que tenemos, entonces, para oponer? Nada más que la conciencia. La conciencia sobre los hechos, la conciencia de mi propio derecho, la conciencia de que soy un ser humano -sencillamente un ser humano, y que no quiero ser más que eso- la conciencia de que lo que está en el mundo me pertenece -no en el sentido de propiedad, me pertenece como responsabilidad, me pertenece como derecho a saber, como derecho a intervenir, como derecho a cambiar-. Eso se llama la conciencia”.