Una colaboración de D. Epifanio Alcañiz Rubio
Hablar de las iglesias desaparecidas en Madrid y dejar en el olvido las ermitas que en su día fueron levantadas en El Retiro sería desaprovechar una ocasión única para situar con exactitud estas construcciones que formaron parte de la historia de nuestra ciudad.
El Real Sitio del Buen Retiro nace como lugar de recreo y esparcimiento del rey Felipe IV y su corte. Construido en el primer tercio del siglo XVII a propuesta del Conde Duque de Olivares, cambió por completo la configuración urbana de la Villa, dejando para las futuras generaciones unos jardines que además de constituir un pulmón verde para la ciudad, son mundialmente conocidos y punto de interés turístico para quienes visitan Madrid.
Para comprender el porqué fue este lugar y no otro el elegido para su construcción hay que retroceder en el tiempo hasta finales del siglo XV, cuando Enrique IV de Trastámara ofrece a la Orden de San Jerónimo la realización de un monasterio en la Villa de Madrid.
Este primer monasterio se denominó “Santa María del Prado” y fue construido en la zona de San Antonio de la Florida, inaugurándose en el año 1465.
Los monjes del monasterio aquejados de fiebres reumáticas presuntamente ocasionadas por la humedad del terreno ya que se encontraba en la ribera del río Manzanares, solicitaron a los Reyes Católicos el traslado del monasterio tras la muerte de Enrique IV. Los monjes eligieron para el nuevo emplazamiento la zona oriental de la ciudad, junto al lugar donde actualmente se sitúa el Museo del Prado.
Entre 1510 y 1512 Fernando el Católico reunió Cortes en el nuevo monasterio en el cual se construye un pequeño aposento para que los reyes descansasen tras las celebraciones religiosas. Felipe II, encarga a Juan Bautista de Toledo la remodelación de este aposento, añadiendo nuevas dependencias.
La primera Puerta de Alcalá se construyó en 1599 con motivo de la llegada de Margarita de Austria desde Valencia, se encontraba entre el lugar que ocupa actualmente y la plaza de la Cibeles.
Pero la verdadera historia del Palacio del Buen Retiro, comienza en 1629 cuando el Conde Duque de Olivares decide rendir tributo a su rey donando unas fincas que poseía en las inmediaciones al monasterio, como iniciativa para construir el nuevo palacio ante la necesidad de reflejar la importancia del imperio, un lugar donde celebrar todo tipo de fiestas y espectáculos para el rey y su Corte.
Las obras del palacio comienzan entre 1630 y 1632. El proyecto inicialmente solo consistía en ampliar el pequeño palacete que Juan Bautista de Toledo había levantado, pero el juramento del Príncipe de Asturias en 1632 da comienzo a una frenética construcción de nuevas dependencias. Llegó a contar con más de 20 edificaciones y sus salas fueron bautizadas con pintorescos nombres: del Besamanos, de Refresco, de la conversación, de las Consultas, de la Muerte, de la Mesa de los Trucos, del Perro,… Siempre se consideró como una segunda residencia, lugar de recreo y descanso, por eso se proyectó un gran jardín trazado a la italiana por Cosme Lotti, con lagos fuentes y un componente muy español, las ermitas.
En 1633 se concreta el proyecto de construir un gran palacio con grandes plazas o patios y unos grandes jardines.
Para acortar los plazos de construcción se emplea gran cantidad de mano de obra, en ocasiones no especializada y se escatima en la calidad de los materiales ya que se empleó poco granito y se utilizó el ladrillo de San Isidro, conocido por su baja calidad.
Felipe IV en 1633 da al nuevo palacio el nombre de Real Sitio del Buen Retiro que en ese tiempo ocupaba una superficie aproximada de 110 hectáreas.
Al tiempo que se iba levantando el palacio se estructuraban los jardines. El Gran Estanque existía ya desde Felipe II. El agua y los estanques son elementos fundamentales en estos jardines, también contaba con una casa de fieras y diversas jaulas con aves exóticas.
Durante la Guerra de la Independencia el ejército francés utilizó sus edificaciones como cuartel general y construyó una especie de fortaleza o ciudadela en la zona en que ahora se sitúa la Fuente del Ángel Caído. La lucha para conquistarla en agosto de 1812 y la decisión del Duque de Wellington de volar lo que quedó para evitar que volviese a ser utilizado por los franceses dejó en ruinas la mayor parte de los edificios.
Tras la revolución de 1868 que obligó a Isabel II a abandonar España, los jardines pasan a ser propiedad municipal y el parque fue abierto a todos los ciudadanos.
LAS ERMITAS
Siete fueron las ermitas construidas en el recinto, ninguna de ellas ha llegado hasta nuestros días, ignoro si el número de siete se vio condicionado por el número de vórtices o si tan solo se pretendió que este jardín no fuese menos importante que el que el Duque de Lerma diseño en la vega del río en la ciudad de Lerma ya que estos jardines también contaron en su época de esplendor con siete ermitas.
La única referencia válida que tenemos sobre la situación de las siete ermitas de El Retiro, la constituye el plano de Teixeira, en él están todas perfectamente enumeradas y dibujadas, así las encontramos con los números: 77 San Isidro, 82 San Pablo, 83 San Juan, 84 San Bruno, 89 La Magdalena, 99 Los Portugueses y LXXV San Blas, aunque esta última, situada en el campo de San Blas y coronando el cerro del mismo nombre quedaba fuera de la parte arbolada de los jardines.
Es justo por mi parte reconocer que sin este plano, el localizar las siete ermitas habría resultado una ardua tarea, habría intentado localizarlas en la zona ajardinada y dos de ellas se pierden en los edificios de la ciudad y una más, la de San Blas, queda en una esquina tan apartada que posiblemente habría escapado a mi percepción y por último aunque hubiese localizado todos los vórtices, muy complicado habría sido el emparejar cada lugar con el nombre de la ermita que fue construida albergando dicho vórtice en su interior.
Vaya por delante mi agradecimiento a este cartógrafo portugués que tan digno y fiel trabajo realizó y que ahora me permite ofrecer este artículo. Soy consciente de que posiblemente en este momento no haya en este país otra persona capacitada para llevar a cabo una prospección similar con éxito y estoy completamente convencido de que si se excavase en los alrededores de algunos de los vórtices que señalo y que actualmente están rodeados de hierba, aparecerían algunos restos de los cimientos de estos templos.
SAN ISIDRO
Aparece en el plano prácticamente pegada a los muros del palacio, es la ermita más cercana al mismo, los jardines de la misma y el estanque que había en ellos desaparecieron cuando en 1869 se abrió la calle de Alfonso XII. Concretamente en el edificio que hoy se levanta en el nº 13 de la calle Antonio Maura, muy cercano a la esquina con Alfonso XII es donde localizo el vórtice de 13500 UB sobre el cual presumiblemente se construyó esta ermita.
SAN PABLO
Esta ermita se construyó antes de 1633. Se encontraba junto al parterre y según una litografía de la época, delante de ella había una fuente, aunque al parecer esta ya no existía cuando Teixeira confeccionó el plano ya que no registra el detalle. Encontré el vórtice de 13500 UB sobre el que fue construida y adjunto foto del lugar donde se encuentra.
SAN JUAN
Se encontraba dentro de la que se denominaba huerta de San Juan, la cual llegaba hasta la plaza de la Cibeles por la parte donde actualmente se encuentra el palacete que albergó la sede de correos antes de acoger las dependencias del Ayuntamiento de Madrid . La ermita fue construida en 1634 por Juan de Aguilar y junto a ella se encontraba la residencia del Conde Duque de Olivares, alcaide del Real Sitio. Huerta y ermita desaparecieron a finales del siglo XIX. El vórtice de 13500 UB se encuentra en la acera de la calle Montalbán junto a la puerta del nº 6, actualmente edificio de la Agencia Tributaria.
SAN BRUNO
Esta ermita se construyó en 1637, la situación de la misma según el plano, se encontraba entre la fuente Ochavada y el estanque grande. El vórtice de 13500 UB sobre el que se construyó, se localiza en la misma zona que indicaba el plano.
LA MAGDALENA
Construida en 1635 junto a la tapia norte de los jardines y derribada en 1869 cuando se remodelaron los jardines para la construcción de la calle Alfonso XII y la plaza de la Independencia. El vórtice de 13500 UB se localiza en una pequeña rotonda con escultura que nos encontramos cercana a la entrada de la calle Alcalá y casi frente a la calle de Claudio Coello.
SAN ANTONIO DE LOS PORTUGUESES
Es la más importante ermita de El Retiro y se encontraba en el centro de un estanque lobulado, fue financiada y construida en 1637 por la comunidad portuguesa residente en Madrid, de hay proviene su nombre, pero al separarse este país de España, su nombre fue cambiado por el de San Antonio de los Alemanes. Reconstruida por Felipe IV tras un incendio sufrido en 1734, fue demolida en 1760. Carlos III construyó en este lugar la Real Fábrica de Porcelana del Retiro, que fue destruida por las tropas del Duque de Wellington durante la guerra de la Independencia. Telúricamente este lugar constituye uno de los más importantes de Madrid, ya que en el se da lo que yo denomino Enclave Espiritual, en el encontramos un Angulo Sacro que esta constituido por tres vórtices de 13500 UB que forman un ángulo y que tienen la particularidad de que siempre el vórtice central se encuentra sobre un cruce Curry y una vena de agua, también existe muy cercano un vórtice de 19500 UB, este vórtice mayor es atravesado también por la misma vena de agua y siguiendo la vena de agua a unos 100 metros nos encontramos con una antigua noria que debió ser utilizada en su tiempo para el riego de huertas y jardines. En este caso como en todos los que hay un Angulo Sacro, no tendría ninguna duda en señalar con exactitud el lugar donde se encontraba el altar de la ermita. Existe otra particularidad en este lugar, alguien conocedor sin duda de la importancia telúrica del lugar, levantó una fuente sobre el vórtice de 19500 UB, esta fuente es muy conocida y visitada. La Fuente del ángel Caído.
SAN BLAS
Esta ermita ya existía cuando se decidió construir los jardines y el lugar donde se levantaba quedó anexionado a los mismos. Fundada en 1588 por Luis Paredes de Paz y Ana González de Lezcano, era una ermita que contaba con una gran devoción, se encontraba en un alto, el Cerrillo de San Blas situado en la zona sur del jardín y muy cercana al convento de Nuestra Señora de Atocha, fue derribada en 1780 para construir en ese lugar el Observatorio de Madrid. El vórtice de 13500 UB se localiza en la parte trasera de los terrenos del observatorio.
LAS “OTRAS” DOS ERMITAS
En esta ocasión la historia es confusa y a veces no resulta sencillo llegar a conocer la verdad.
Según se cita en la sección de ermitas en Madripedia y al parecer a través de datos recogidos del Diccionario Enciclopédico de Madrid, de María Isabel Gea, no son siete las ermitas que llegó a albergar el recinto sino nueve, las dos que faltan en la lista según esta cita, serían la de San Jerónimo, que habría sido construida por Juan de Aguilar y es el edificio que en el plano de Teixeira se sitúa junto a la ermita de San Bruno. La otra ermita sería la de Santa María Egipciaca de la cual no existen referencias acerca de su localización. José del Corral apunta que podría tratarse de un pequeño edificio que en el plano de Teixeira no tiene rotulación y que se encuentra cercano al actual instituto de Isabel la Católica.
En el plano de Teixeira están marcados todos los edificios significativos de la época y resulta muy extraño que estos estando dibujados en el mismo no quedasen enumerados. Particularmente creo que de estar construidas en la época en que Teixeira realizó su plano, estarían incluidas en el mismo.
El pequeño edificio que está cercano a la ermita de San Blas, no parece por su tamaño una ermita, si que podría tratarse de un humilladero, los humilladeros se situaban siempre sobre un vórtice y en esa zona localizo un Punto de Meditación de 11500 UB, curiosamente cercano a la ermita de San Bruno existe otro Punto de meditación de 11500 UB, por lo tanto he de reconocer que el elemento telúrico existía, perfectamente podrían haberse construido sendas ermitas en ambos lugares, aunque nunca me he encontrado con dos ermitas tan cercanas como la de San Bruno y la supuesta ermita de San Jerónimo, dos iglesias o una iglesia y un convento si que los he encontrado juntos, pero nunca hasta ahora dos ermitas.
RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN ISIDORO
Aunque las ruinas de esta bella iglesia románica, que actualmente podemos visitar cerca de la esquina noreste de los jardines nada tienen que ver con la anterior historia de El Retiro, si que forman parte de su historia más reciente, es por eso que la mencionaré aunque en su ubicación no haya nada telúricamente destacable.
La iglesia de San Isidoro fue reconstruida en 1116, según la inscripción de una de sus campanas, sobre la anterior ermita de San Pelayo, se situaba a extramuros en la ciudad de Ávila, al sudoeste de la muralla junto a la puerta de la Mala Ventura y cercana al río Adaja, al sur del arrabal de Santiago, en un lugar que se conoce como atrio de San Isidoro. No es casualidad que este templo y la anterior ermita se construyeran en este lugar, ya que se localiza un vórtice de 19500 UB en la zona.
A veces, cuando algún hecho no cuenta con escritos que apoyen su existencia, la historia y la leyenda van de la mano y no es fácil separarlas, al parecer el nombre de esta puerta en la muralla se debe a que por ella salieron para no regresar 60 personas como rehenes para que el rey Alfonso I el Batallador se acercase a la muralla con garantías suficientes y poder comprobar que Alfonso, el Rey Niño, hijo de Doña Urraca, su anterior esposa, se encontraba vivo. Según cuenta la leyenda, el que no le dejaran pasar a la ciudad para hacerse cargo del Rey Niño es algo que no gustó al rey y en un lugar cercano mandó decapitar a los 60 rehenes y hervir sus cabezas en aceite. Verdad o no, existe un lugar en la zona norte de la ciudad que se conoce como Las Hervencias.
En el año 1062, Fernando I El Grande decide trasladar las reliquias de San Isidoro de Sevilla a León y al paso de la comitiva por Ávila el obispo que la presidía enfermó falleciendo a los siete días, durante un tiempo las reliquias del santo descansaron en este templo y este hecho hizo aumentar su feligresía, entonces se decidió remodelar la pequeña ermita y cambiar la advocación de San Pelayo, por la de San Isidoro. Por tanto las ruinas que hoy se conservan en El Retiro, pertenecen a la iglesia de San Isidoro y nada tienen que ver con la ermita de San Pelayo, que fue la anterior construcción.
No es una regla en los templos románicos el que su altar quedará orientado hacía el este o quizás sea mas exacto decir que apuntan hacia la salida del sol en el equinoccio de verano, pero si que se da en muchos de ellos, algo bastante común también en los templos con tres ábsides semicirculares en su cabecera era el hecho de hacer coincidir el vórtice con uno de los ábsides laterales, casi nunca el central, aunque al parecer esta iglesia tuvo una modesta planta rectangular y contó con un solo ábside en semicírculo, pero es muy probable que el eje de la nave y su cabecera apuntasen al este en su ubicación original.
Tras la desamortización el templo quedó abandonado y pronto sus sillares empezaron a ser utilizados en la construcción de casas particulares, quedando tan solo unos restos que fueron adquiridas a la asociación de labradores de Ávila por Emilio Rotondo Nicolau, quien en 1884 las vendió al Estado Español por 18000 pesetas. En principio los restos de la iglesia fueron reconstruidos frente al Museo Arqueológico Nacional, junto a la calle Serrano, pero posteriormente fueron cedidos al Ayuntamiento de Madrid que en 1897 decidió instalarlos en el lugar que ahora podemos visitarla. Al final hemos de agradecer que un tratante hiciese negocio con las ruinas ya que de otro modo sus piedras habrían desaparecido por completo.
Quiero mencionar un hecho curioso, al buscar en la historia he descubierto que el pequeño promontorio donde ahora están las ruinas, cubre una vieja noria del siglo XVIII que daba servicio a las huertas y jardines del parque. Esto carece de importancia, pero es curioso, hace aproximadamente un año grabé allí un video demostrativo de como se utiliza la telerradiestesia, desde un lugar en los alrededores pregunté donde se encontraba la vena de agua más cercana y el péndulo me llevó hasta los restos de esta iglesia, allí se localizaba la vena, ahora es lógico, donde hubo un pozo hubo y hay una vena de agua, pero aquel día me hizo volver a preguntar si realmente allí no había un vórtice, los vórtices mayores siempre se dan en la superposición de un cruce de líneas Hartmann, un cruce de líneas Curry y una vena de agua, en su lugar de origen también estos muros se levantaban sobre una vena de agua.
Epifanio Alcañiz
Investigador de las energías telúricas
http://www.radiestesiaysalud.com/las_siete_ermitas_del_retiro.htm