Todos nosotros, seguramente, hemos tenido ocasión de leer La Odisea de Ulises.
La historia oficial nos ha dicho que esta obra era una invención de Homero, no podía ser de otra manera.
Las aventuras de nuestro héroe griego han sido llevadas incluso al público infantil.
Pero
y si Ulises NO ERA GRIEGO
y si LA ODISEA NO FUE DE FICCIÓN
y si este relato de homero, narra una historia real, sucedida en las costas de escandinavía, hace muchos años
Cuando un conocimiento antiguo dominaba una Tierra con criaturas extrañas.
A continuación una investigación que defiende esta posición
Veremos de nuevo la Odisea desde otro punto de vista
1.-Breve síntesis
Cuando descubrí que era posible vincular la geografía expresada por Homero en la Odisea con los accidentes geográficos existentes en el Círculo Ártico noruego, me quedó en claro que él tuvo que conocerlos personalmente navegando en algún barco fenicio.
Como un periplo así tuvo que pasar del todo ignorado de los griegos del siglo V antes de J.C porque ellos navegaban solamente dentro del Mar Negro y Mediterráneo, sólo reconocieron a Homero su inmenso valor poético. De estas circunstancias saltó la evidencia de que la obra homérica podía ser reestudiada con éxito dado que la geografía no ha cambiado substancialmente en los últimos cinco mil años.
Luego descubrí que los conocimientos geográficos de los fenicios pudieron llegar hasta Eratóstenes a través del mapa que éste llamó “antiguo” porque las distancias geográficas las hemos conocido a través de Estrabón y ellas corresponden a la realidad actualmente conocida, como lo demostré en mi investigación “Colón en la ruta de fenicios y cartagineses”, Santiago de Chile, 1992, la que no ha sido contradicha hasta ahora no obstante haber sido enviada a las principales bibliotecas extranjeras. Sólo fue recensionada por “Revista de Indias”, Madrid, 1995 y por “Revista General de Marina”, Madrid, mayo, 1993.
Nos hemos atrevido a intentar una aproximación a la Protohistoria de nuestra civilización por cuanto la investigación no es una actividad hermética sino abierta a quienes se interesan por descubrir los hechos del pasado. La investigación es la llave de la Ciencia y ésta la afirmación de hechos positivos, demostrables a través de diferentes tipos de métodos.
La investigación o Heurística es un arte y la obtención de consecuencias exactas obtenidas a través de la Hermenéutica forma la base de la ciencia histórica. De hechos conocidos se inducen verdades desconocidas. Serán otras personas quienes, con sus profundos conocimientos, deberán evaluar el valor de las conclusiones que hayamos alcanzado.
Ninguna Universidad otorga el título de Historiador. La Historia es el juicio que la posteridad se forma del ayer, el cual puede ser observado desde muy diversos puntos de vista.
Tras un estudio muy detallado de la cartografía de la ecumene que llegó hasta Eratóstenes y que ha permanecido ignorada por haber sido hasta ahora erróneamente atribuida a Ptolomeo, podemos demostrar que los fenicios ya se habían preocupado de levantar el mapa del extremo noroccidental de Europa.
Moskvint, Noruega
Esta deducción la hemos extraído al analizar los grabados hechos por Hefestos en el escudo de Aquiles a partir de la determinación del meridiano del lugar disimulada bajo la leyenda de Proteo, el Anciano del Mar.
Algunos conocimientos cosmográficos de aquellos que permitieron levantar la cartografía empírica de China para posibilitar la construcción de la Gran Muralla, pudieron llegar como conceptos fragmentados hasta los sabios jonios habitantes de las costas e islas de Asia Menor en el siglo VI, como Tales de Mileto y Heráclito de Éfeso. Esto explicaría la muy vaga afirmación atribuida al segundo de ellos y que Platón puso en boca de Sócrates en su diálogo “Cratilo”, 401: “que los entes en su totalidad caminan y nada permanece” ; “onta ienai te panta kai menein ouden”). La palabra griega “onta” significa “seres” y es el plural de (“on”), “el que es”, “ser”, participio presente del verbo (“eimí”), “ser o estar”.
2.- “LOGOS” COMO SINÓNIMO DE “CONOCIMIENTO”
Da la impresión de que Homero usó el vocablo griego (“logós”) como alusión genérica a “conocimientos” que venían desde tiempos inmemoriales y que se transmitían por tradición oral.
En el Canto XV, 393, de la Ilíada, Homero cuenta que Patroclo entretenía con su conversación al moribundo Eurípilo mientras mitigaba sus dolores.
Parecería más lógico pensar que Patroclo realmente quería convencerlo de que mediante sus “conocimientos” medicinales le daría mejoría. Nos permitimos la libertad de salirnos de las interpretaciones clásicas porque creemos que el vocablo “logós” tiene un sentido mucho más amplio que la restringida aplicación al vocablo “palabra”.
Patroclo
Parecería confirmar esta interpretación el hecho de que en el Canto I, v. 56 de la Odisea, Atenea, la diosa virgen de la Sabiduría, preocupada de ayudar a Odiseo a volver al lado de su esposa, informó a Zeus que Calipso le retenía con palabras de halago. Pues bien, suponemos que la frase “palabras de halago” no refleja adecuadamente la intención de Homero porque lo que Calipso ofrecía a Odiseo, para inducirlo a ser su esposo, era darle una vida exenta de vejez y de muerte mediante los conocimientos y poderes que ella decía tener, Odisea , C. VII, 257. Sobre esta materia volveremos más adelante.
Odiseo no creyó en las argucias de Calipso y siempre prefirió volver al lado de su esposa Penélope que no sólo pudo ser una experta en tejer sino también una amante y fiel esposa que le garantizaba una vejez apacible rodeada del respeto y cariño de sus seres queridos.
Calipso
La perpetua juventud era atributo exclusivo de los dioses eternos porque sólo éstos tenían la Potencia de ser simultáneamente pasado, presente y futuro, característica típica del verbo. Platón en su diálogo “Cratilo”, 397d, citando a Sócrates, afirmó : “los primeros habitantes de Grecia creían solamente en los dioses que son hoy adorados por muchos bárbaros: el sol, la luna, la tierra, los astros y el cielo; los veían a todos provistos de un movimiento y de un curso perpetuos, y debido a esta facultad natural de “correr” (“théin”) fue que los llamaron “dioses” (“théoi”)”.
Es posible que Sócrates haya tomado esta explicación de la etimología de la palabra “theoi” o “dioses” de Heráclito de Éfeso y, talvez, esta afirmación podría haber dado origen a la hipótesis del heliocentrismo, atribuida al sabio jonio Aristarco de Samos, siglo III antes de C. Heráclito también habría afirmado que “todo pasa y nada permanece”, “Cratilo” , 402a.
Sócrates
Cabe hacer presente que Platón en el “Cratilo”, 426e, utilizó el vocablo griego, “rhema”, para referirse a la parte de la oración que hoy llamamos verbo. Es posible que San Juan haya usado el vocablo “logós” en su máxima amplitud para referirse al origen del Cosmos : “En el principio era el Verbo y el Verbo era en Dios y Dios era el Verbo”.
“En arkhe en ho lógos, kai ho lógos en pros ton theón, kai theos en ho lógos”. Fue San Jerónimo quien tradujo el griego “logós” al latín como “Verbum” en la Biblia posteriormente llamada Vulgata.
3.-HOMERO REVIVIÓ ANTIQUÍSIMOS “CONOCIMIENTOS” SEXUALES QUE UNEN A LA PAREJA HUMANA
Es muy sugestivo que Homero haya comenzado el primer verso de la Odisea pidiendo ayuda a una Musa para transmitir disimuladamente los “logoi” de la antigüedad en relación a los “conocimientos” básicos sexuales empleados por Calipso para retener a Odiseo y así mantenerlo a su lado como amoroso y joven esposo.
El más inteligente e importante motivo de Homero para entrar en tan privadas intimidades debió consistir en la urgente necesidad de mantener los “conocimientos” de antiquísimas técnicas sexuales que las madres de los pueblos primitivos creyeron indispensable transmitir personalmente a sus hijas. Cada vez que estimó necesario impedir que se perdieran costumbres que venían de tiempos inmemoriales, Homero lo hizo a través de leyendas en que los dioses aparecían involucrados. Me parece que con este artilugio evitó detallar en forma minuciosa las técnicas sexuales usadas por Calipso, por respeto a la intimidad de su abigarrado auditorio.
Hell, en el extremo sur de la Isla de Moskenes
Quizás el viejo conocimiento de Calipso para mantener a los hombres exentos de desgaste sexual debió basarse en una muy activa participación femenina, de modo que fuese ella quien iniciase el acto mediante una muy suave frotación de su mal ubicado clítoris contra el reverso del miembro masculino antes de que se produjese alguna penetración. Así ésta sólo comenzaría cuando la vagina estuviese perfectamente lubricada y ambos emocionalmente preparados para alcanzar un orgasmo simultáneo, cuyo clímax se evidencia en el golpe eléctrico que rigidiza hasta los dedos de los pies. De esta forma el desgaste masculino sería mínimo.
Confirma el interés de Homero por narrar hechos difíciles de explicar, la circunstancia de que haya involucrado a Hera, hija de Cronos, para abordar un importante problema. Hera pidió a su hija Afrodita que le enseñase las técnicas sexuales con que ésta rendía a los dioses y a los hombres. Afrodita respondió: no se puede ni conviene rehusar tu petición, a tí que en los brazos de Zeus duermes.
Usa tu apretado ceñidor de variados contornos con que se labran los embelesos del amor. Ahí saltan el afecto y el ansia y brota la charla de seducción que hasta a los sabios roba la compostura. Ilíada, XIV, 190-220. En la edición en griego y latín de la Ilíada, editada por la imprenta del Seminario de Padua en 1819, la palabra (“imanta”) del verso 214 aparece traducida al latín como “cingulum”, “cinturón”.
Todo este pasaje ha sido pésimamente comprendido porque Homero disimuló su contenido bajo un símil muy poco preciso. Parecería de toda lógica suponer que Homero no pretendió aludir a ningún cinturón para ceñir la ropa ni tampoco a otro objeto que ni por muy fino que fuese podría provocar una especial expectación. En cualquier relación sexual lo primero que se elimina son las alhajas debido a que inevitablemente estorban y enredan.
Desde mi octogenario punto de vista, creo que la palabra griega “imanta” del verso 214 ya citado, tendría que ser entendida en relación a un músculo subyacente que ha permanecido ignorado en tiempos modernos. Esto no era así en la antigüedad porque desde los tiempos más remotos, las madres tuvieron necesidad de enseñar a sus hijas a mantener activos todos los músculos de su futuro claustro materno de modo que pudiesen dar a luz sus retoños aun encontrándose totalmente solitarias.
Parecería ser que la nebulosidad en que Homero dejó planteado el problema podría aclararse teniendo presente que la expresión “Khryseies peronato”, Ilíada, C. XIV, v. 180, que ha sido traducida al latín como “aureis fibulis” y al español como “broches de oro”, Homero no debió usarla para referirse a ningún objeto extraño al cuerpo humano sino que, mediante este sutil símil, aludió a un inactivo músculo ahora llamado “pubococcígeo” o “pubococcígeno” (“músculo PC”), que forma las paredes de la vagina y que voluntariamente estimulado logra espasmos vaginales muy similares a un broche que aprieta y suelta, produciendo violentos orgasmos masculinos. Tal explosión de placer satisface con creces hasta la más profunda vanidad masculina, lo que conduce inevitablemente a que el hombre agradezca desde el fondo de su alma tal expresión de amor recibida de su pareja. Natura tiene sus maravillas, pero es el Amor el que todo lo dignifica.
Confirma nuestras anteriores interpretaciones la referencia de Homero, en el verso 178 del mismo canto XIV de La Ilíada, a un cierto (“ambrósion eanon”), que ha sido entendido restringidamente como “peplo divino”. Es incuestionable que Homero usó como alegoría la referencia a que este prodigioso tejido había sido bordado por Atenea y usado por Hera para seducir a Zeus.
El mencionado “ambrósion eanon” corresponde con justeza al tejido muscular a que se ha venido haciendo referencia y que de hecho puede actuar como anillo o como collar. La palabra “ambrosía” parecería aludir al superior instinto de mantener la especie, muy bien representado por el eterno arrullo de los palomos. Od., C. XII, v. 62-63.
El mencionado músculo pubococcígeo puede ser fácilmente activado tras pocos meses de reiterados ejercicios de contracción y dilatación, tipo sístole-diástole. Ejercicios parecidos suelen hacer los jóvenes estudiantes para mover sus orejas y causar la hilaridad de sus amigos.
Por tratarse de un músculo de natural inactivo cayó en el olvido por lo que son muy pocas las mujeres que saben usarlo adecuadamente y en consecuencia son muy escasos los hombres que han tenido la suerte de experimentar tan extraordinaria sensación. En gran medida esta ignorancia podría explicar algunas de las incomprensibles desviaciones sexuales existentes. Lo que por sabido se calla, por callado se olvida.
http://www.protohistoriageografica.cl/es/breve_sintesis.htm#sintesis
Un artículo muy erudito y vívido, escrito por un octogenario sin nombre y por demás chileno.