La investigadora Salima Ikram(Universidad Americana en El Cairo) ve suficientes paralelismos entre el mito deOsiris y la momia de Tutankamón como para apostar que la intención de los embalsamadores fue presentar al faraón como el mismísimo dios de la fertilidad, de la resurrección y de los nuevos comienzos.
Salima Ikram.
Pene erecto de Tutankamón fotografiado por Harry Burton, en 1922, durante la excavación hecha en su tumba.
La rivalidad con su hermano Seth, le costó la vida a Osiris, que acabó descuartizado a manos de su antagónico. Isis, la desconsolada viuda, recompuso sus pedazos, usó su magia para devolverle la vida y así concebir a su hijo Horus, quien finalmente vengaría a su padre.
En este mito ve Ikram la clave para interpretar las anomalías en el sepelio de Tutankamón. La más llamativa –aunque no la única, como veremos– es que Tut es la única momia hallada con el pene erecto. La investigadora cree que es un recurso para evocar los poderes regenerativos de Osiris, tal y como explica en un artículo publicado recientemente en la revista “Études et Travaux”.
LA RESTAURACIÓN DEL POLITEÍSMO
Según Ikram, este intento por asimilar la figura del rey muerto a la del dios más importante del panteón egipcio obedecería a la intención de restituir el orden religioso politeísta devastado por Akenatón, el padre de Tutankemón. El faraón hereje, adorador de un dios único Atón, alteró la vida religiosa, social y política de Egipto rubricando el revuelto Periodo de Amarna. Tutankamón, lejos de defender la memoria de Akenatón, luchó por traer de vuelta a los antiguos dioses.
Otras particularidades del enterramiento de Tut no hacen sino reforzar esta teoría. Por ejemplo, el joven rey fuesepultado sin corazón. Los órganos se extraían durante la momificación pero el corazón permanecía intacto por ser en él donde residía el alma y la inteligencia. Por eso, “este órgano era un componente clave para el éxito de la resurrección”, escribe Ikram. Nunca se ha podido explicar la ausencia del corazón de Tutankamón pero ahora encaja en el puzzle como la pieza que recoge otra parte de la leyenda de Osiris, cuando su hermano Seth desmembró su cuerpo y enterró el corazón.
Otra anomalía que diferencia a Tutankamón de las demás momias egipcias es el color negro de su piel. Precisamente hace poco comentábamos la posibilidad de que la momia hubiera sufrido un episodio decombustión espontánea dentro del sarcófago. Ikram apunta que, muy posiblemente, la exagerada cantidad de aceite vertido sobre el cuerpo embalsamado alimentó ese fuego. Resinas negras cuya finalidad habría sido la de teñir la piel blanca del joven rey para asemejarla al color oscuro con el que vemos representado a Osiris.
Esta suposición gana firmeza por el hecho de que las decoraciones de su tumba también son una excepción en todo el Valle de los Reyes. Las pinturas muestran al rey como si fuera el propio Osiris, mientras que en otros enterramientos los monarcas son claramente acogidos por el dios.
Salima Ikram advierte que su idea es especulativa pero, desde luego ofrece una explicación verosímil a los anómalos particulares del entierro de Tutankamón.