En un experimento con estudiantes, científicos alemanes observaron que consultan su teléfono cada 12 minutos
Psicólogos e informáticos de la Universidad de Bonn han desarrollado una aplicación para móviles que mide el uso de los mismos, y permite detectar si el usuario es adicto. En un experimento con estudiantes, observaron que éstos consultaban su ‘smartphone’ 80 veces al día, es decir, cada 12 minutos en las 16 horas de vigilia. El análisis de datos del teléfono móvil permitirá también detectar depresiones en fases tempranas. Por Carlos Gómez Abajo.
El que lo instala puede ver, por ejemplo, cuánto tiempo pasa con el teléfono o qué aplicaciones utiliza con más frecuencia. Los datos clave relevantes se envían a un servidor de forma anónima para que los científicos los analicen. Ya están utilizando una tecnología similar para la detección temprana de la depresión.
Esta aplicación, denominada Menthal, funciona en sistemas Android 4.0 (o superiores). Está disponible ya en versión beta en la Playstore de Google o en su web oficial. “Si usted desea hacer una dieta digital, nosotros le proporcionaremos la báscula”, bromea Alexander Markowetz, profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad de Bonn, en la nota de prensa de dicha Universidad.
La aplicación es parte de un proyecto de investigación más amplio sobre el uso de teléfonos celulares. Hasta ahora la mayoría de los estudios se han basado en autoevaluaciones del usuario, pero esa información no es fiable. “Menthal proporcionará datos fiables por primera vez”, subraya Markowetz. “Esta aplicación nos puede mostrar en detalle cómo es el consumo promedio diario de alguien”.
Cada 12 minutos
En un estudio aún no publicado, los investigadores utilizaron Menthal para examinar el comportamiento con el teléfono de 50 estudiantes durante un periodo de seis semanas. “Algunos de los resultados fueron impactantes”, comenta Christian Montag, profesor adjunto de Psicología en la Universidad.
Así, por ejemplo, una cuarta parte de los sujetos de estudio utiliza su teléfono durante más de dos horas al día. En promedio, los participantes en el estudio activaron sus celulares más de 80 veces al día, es decir, cada 12 minutos en promedio durante las 16 horas de vigilia. En algunos casos, los resultados fueron dos veces más altos.
El usuario típico sólo hablaba por su teléfonos durante ocho minutos al día, y escribía 2,8 mensajes de texto. Y, sin embargo, el principal uso de los teléfonos seguía siendo la comunicación: más de la mitad del tiempo, los participantes estaban usando el Messenger o estaban en las redes sociales.
Solamente What’sApp ocupaba el 15 por ciento del tiempo, y Facebook el nueve por ciento. Los juegos representaron el 13 por ciento, con algunos estudiantes dedicados a ellos durante varias horas al día.
El principal interés de los investigadores de Bonn se centró en el uso problemático de los teléfonos móviles. “Nos gustaría saber cuánto uso de los celulares es normal, y donde comienza el “demasiado”, explica Montag explica. El uso de un teléfono celular es similar al uso de una máquina tragaperras, y por eso la gente enciende tantas veces los teléfonos.
Montag matiza que esta posible nueva adicción aún no es una enfermedad reconocida oficialmente. “Sin embargo, sabemos que el uso de un teléfono celular puede provocar síntomas similares a una adicción”, señala Montag. El uso excesivo puede dar lugar a dejar de lado las responsabilidades diarias esenciales o al entorno social directo. “Puede haber síndrome de abstinencia cuando no se pueden utilizar los teléfonos móviles.”
La aplicación fue creada en el contexto de una iniciativa más amplia que tiene como objetivo la introducción de métodos informáticos en las ciencias psicológicas, lo que los científicos llaman “psicoinformática”.
Así, por ejemplo, se podrían utilizar datos de uso del teléfono móvil para medir la gravedad y el progreso de una depresión, explica Montag.
La depresión se caracteriza por el aislamiento social y la incapacidad para disfrutar de las actividades, entre otros síntomas.
La enfermedad a menudo progresa de forma episódica. “Tenemos la sospecha de que durante una fase depresiva, el uso de celulares cambiará de una manera medible”, explica Thomas Schläpfer, psiquiatra y profesor de la Universidad de Bonn.
“Los pacientes harán menos llamadas telefónicas y se aventurarán en el exterior con menos frecuencia, un cambio en el comportamiento que los teléfonos inteligentes también pueden registrar gracias a su GPS incorporado.
“Un psiquiatra podría por lo tanto ser capaz de utilizar los teléfonos celulares de los pacientes como una herramienta de diagnóstico y, en caso necesario, intervenir en consecuencia en una fase temprana. “Por supuesto”, agrega Markowetz, “esto sólo será posible en el estricto cumplimiento de las leyes de privacidad de datos, y con el consentimiento de los pacientes.”
En general, explica Markowetz, el cumplimiento de las estrictas normas de privacidad de los datos es esencial en el análisis de los mismos. En su estudio, los investigadores discuten explícitamente los aspectos éticos del uso de datos en su trabajo.
Otra herramienta mide la adicción a Facebook
Investigadores de la Universidad de Bergen, en Noruega, han desarrollado también un instrumento para medir el grado de adicción a Facebook, al que denominan la Escala Bergen.
“Se produce con más frecuencia entre los más jóvenes que entre los usuarios mayores. Además, las personas que son socialmente ansiosas e inseguras usan Facebook más que aquellos con puntuaciones más bajas en estos rasgos, probablemente porque los ansiosos encuentran más fácil comunicarse a través de los medios sociales que cara a cara”, señala la doctora en psicología Cecilia Schou Andreassen.
Las personas organizadas y ambiciosas tienden a tener menos riesgo de adicción a Facebook. A menudo utilizan las redes sociales como una parte integral del trabajo y de crear vínculos. “Nuestra investigación también indica que las mujeres están en mayor riesgo de desarrollar adicción a Facebook, probablemente debido a la naturaleza social de ésta”, añade Andreassen.
El estudio de Andreassen muestra que los síntomas de la adicción a Facebook se parecen a los de la adicción a las drogas, la adicción al alcohol y la adicción a sustancias químicas.
Alexander Markowetz, Konrad Błaszkiewicz, Christian Montag, Christina Switala, Thomas Schläpfer. Psycho-Informatics: Big Data Shaping Modern Psychometrics. Medical Hypotheses (2014). DOI: 10.1016/j.mehy.2013.11.030