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¿Qué son los apegos?
El apego es algo natural en los seres humanos, pues de bebes realmente éramos apegados a nuestra madre, en el sentido de que realmente necesitábamos de ella para sobrevivir, pues por nosotros mismos no podíamos. Con el paso del tiempo, ese chip en nuestra mente se quedó instalado, y fuimos llegando a conclusiones equivocadas sobre diferentes “cosas”, “personas” o “situaciones” que necesitábamos que existieran para que nos sintiéramos a salvo, así como la leche de nuestra madre algún día nos hizo sentir seguros.
Al mismo tiempo en nuestro cerebro bebé y en el cerebro de nuestra madre, se segregaba una hormona llamada oxitocina, la cual es conocida como “la hormona del amor”, pues es la responsable de que el vínculo entre madre e hijo se fortaleciera (más de la madre hacia el hijo, pues se ha descubierto que en el género masculino ésta hormona se segrega en menores cantidades), esta misma hormona la segrega la mujer cuando se siente protegida y amada mientras que tiene relaciones sexuales. Así es que mujeres, no se pregunten por qué pareciera que ustedes necesitan más al hombre que viceversa.
La oxitocina y nuestra naturaleza humana es totalmente sabia e inteligente, hizo todo esto por alguna razón; principalmente para que como madres nos quedáramos cerca de nuestros hijos a cuidarlos y protegerlos de cualquier daño y experimentar el amor en grandes proporciones. El problema es cuando confundimos amor con apego y nos quedamos en esa etapa de dependencia del uno con el otro. En el que si se desaparecía nuestra madre era el fin del mundo, literalmente.
Y así seguimos creciendo y vamos generando nuestro sentido de identidad, lo cual está bien, es sano, el problema es cuando hacemos que ese sentido de identidad se vuelva rígido e inflexible, en el que percibimos que necesitamos “ser” cierta persona, para ser nosotros mismos, para valer, para estar a salvo y haber vivido la vida que “debimos” haber vivido.
Y luego, vamos experimentando y encontrando diferentes emociones y sentimientos que son agradables, y decimos “quiero más de esto”, y claro, nos apegamos a ellos como si dependiéramos de esas situaciones o personas que nos generan el sentimiento para sentirnos bien.
se siente bien = quiero más (apego)
se siente mal = no quiero de eso (rechazo)
“El apego realmente no es a la persona, cosas o situaciones, es al sentimiento agradable que su existencia nos genera”.
Lo contrario al apego es la aversión, “quiero evitar eso”, y eso sucede cuando identificamos una persona, objeto o situación que nos genera un sentimiento desagradable, y entonces creemos que por nada del mundo podemos soportar eso, y lo rechazamos. El rechazo y la aversión es otra forma de apego, pues creemos que dependemos de su inexistencia para que nosotros nos sintamos seguros y felices.
¿Cómo se relacionan los apegos con la ansiedad?
La ansiedad tiene sus bases en la emoción del temor, llevada al extremo del miedo. Nos vamos llenando de miedos que realmente son desproporcionales, pues nos decimos cosas como “si no llego puntual los demás pensarán mal de mi”, “si pierdo el trabajo no seré nadie en la vida”, “si me quedo sin pareja sería lo peor que me podría pasar”, “ésta palpitación está muy fuerte, seguramente me dará un ataque al corazón”.
Y el apego también está fundado en el temor, pues tenemos temor de que ésto o lo otro suceda, o bien, temor a que perdamos a nos separemos de alguien o de algo en nuestras vidas.
El apego genera ansiedad pues nos llena de miedo al creer que realmente necesitamos de ciertas situaciones y personas para generar emociones y sentimientos agradables en nosotros mismos, y se nos olvida que esos sentimientos agradables nacen desde nuestro interior, y no al revés. Al estar apegados a que tenemos que “ser”cierta persona, o que tenemos que “estar cerca” de tales personas, o que tenemos que “poseer” tales objetos, y “evitar” situaciones, nos vamos llenando de requisitos y más requisitos para ser felices y sentirnos seguros.
¿Cómo me libero de los apegos?
Sigue los siguientes pasos y veamos qué sucede.
1.- Identifica y enlista a qué situaciones, personas u objetos te sientes más apegado emocionalmente.
2.- Escribe a un lado de cada uno, lo que esa situación, persona u objeto te hace sentir. (feliz, satisfecho, lleno, tranquilo, seguro)
3.- Haz el esfuerzo de identificar qué necesidades se están cubriendo a través de esos sentimientos. (sentirte a salvo, sentir que perteneces, que eres amado, respetado, aceptado, tomado en cuenta, que vales).
4.- Reflexiona cuándo fue la primera vez que creíste que no tenías esa necesidad cubierta, y que aprendiste a satisfacerla a través de personas, objetos o situaciones.
5.- Pregúntate si hoy en día realmente necesitas de todo eso para cubrir tus necesidades.
6.- Haz una nueva lista, en la que identifiques acciones que puedes realizar para tú mismo cubrir esas necesidades, y liberarte de los apegos. (que no necesites de lo exterior para alcanzarlo si no de lo interior, ser tu propia madre, pareja o mejor amiga).
7.- Visualiza cómo te quieres relacionar de ahora en adelante con esas personas, situaciones u objetos a los que te sientes apegado, desde una plataforma de libertad.
“El verdadero amor libera, el apego aprisiona”.
8.- Haz una meditación, en la que te visualices completo, a salvo, feliz y satisfecho con quien eres, desde tu esencia, una esencia que realmente no necesita de nada que suceda para expresarse y ser feliz.
9.- Practica un día de actuar como si no necesitaras de nada para ser feliz, simplemente lo eres porque existes.
10.- Si tienes pareja, practica demostrar tu amor sin hacerlo para “retenerlo”, si no tienes pareja, practica demostrarte a tí mismo tu amor como si no necesitaras de pareja para ser feliz.
Fuente: Desansiedad.com