Todos sufrimos cuando Scrat, la pequeña ardilla dientes de sable, no puede atrapar esa gran bellota que es su sueño, lloramos cuando Manny, el mamut no puede rescatar a su pareja de los enemigos que los quieren atrapar, y las grandes masas de hielo se desplazan rápidamente, aunque es apoyado por Sid, el perezoso y Diego, el “tigre diente de sable”, pero suspiramos aliviados porque eso sólo ocurre en las películas. Y esa, “La Era de Hielo”, es algo que quedó ya en la historia pasada de la humanidad.
Pero… al leer en los diarios que, por ejemplo, en Chicago las temperaturas oscilaron en los 50 grados Celsius bajo cero, Detroit 28 bajo cero Washington 20 bajo cero y en Finlandia el invierno no acaba de terminar, a pesar de que el calendario ya anuncia la primavera, parece que la tan llevada y traída Mini Edad de Hielo no fue una mera ocurrencia o “sólo una loca idea catastrofista” y ya está aquí. Bielorrusia está colapsada, sus calles están cubiertas de hielo y nieve y han tenido problemas con el gas para las casas y hay un gran caos en el tráfico.
Lo mismo ocurre en Milán y en San Remo, así como en otras partes de Europa; temperaturas que no se habían sentido en estos lugares ahora están presentes.
Estos acontecimientos nos recuerdan la película “El día después de mañana”, que contaba cómo una nueva Era del Hielo podía llegar a nuestro planeta debido al drástico cambio climático que ha tenido lugar durante los últimos años, pues hemos sido poco precavidos en el uso de productos contaminantes, por lo que hemos ocasionado una gran variación en el clima, desde lluvias torrenciales, calor agobiante, hasta temperaturas congelantes. Esta película de ficción es lo que pudo haber ocurrido en Noruega.
“La temperatura del aire en la isla de Lovund, Noruega en combinación con un fuerte vientocongelaron inmediatamente el agua del mar, atrapando y matando a miles de peces”. Algunos habitantes del lugar dijeron que nunca habían visto un fenómeno así.
Estas bajas temperaturas que están ocurriendo en algunos países, en este invierno son realmente extremas. Hace algunos meses, los turistas que visitaban las cataratas del Niágara, tuvieron una vista espectacular, pues el agua se convirtió en hielo en una parte de las cataratas. Éstas son una atracción turística muy visitada; se encuentran en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
Dos científicos rusos aseguran que la Tierra se aproxima a un nuevo período glacial, que comenzará a partir del presente año. Vladímir Bashkin y Raúf Galiulin, investigadores que aseguran que los cambios climáticos que experimenta nuestro planeta, obedecen a la existencia de ciclos en la actividad solar. Y afirman que las declaraciones sobre el calentamiento global son en gran medida una exageración, tendiente a conseguir un menor consumo de petróleo, gas y carbón, para lograr una disminución en los precios que rigen sobre estas fuentes energéticas.
Estos señores afirman que nuestro planeta “se encuentra ante las puertas de un nuevo período de enfriamiento global, determinado por un cambio en la actividad solar”, el cual dará inicio a principios del 2014, con un paulatino descenso de la temperatura y llegará a un pico de temperaturas mínimas hacia mediados del siglo (2050). Estas declaraciones no son las primeras que se hacen al respecto. En una nota aparecida en la prensa hace algunos meses, el jefe del sector de Investigaciones Espaciales del Observatorio de Pulkovo, perteneciente a la Academia de Ciencias de Rusia, el doctor Jabibulá Abdusamátov, sostuvo que la temperatura planetaria comenzará a disminuir a partir de 2014 para alcanzar su pico mínimo en 2055.
Como podemos ver, seguimos siendo el sándwich en este rollo catastrofista, o es el calentamiento global según Al Gore y sus muchachos o es el congelamiento y una nueva Era de Hielo, según estos científicos rusos.
Lo que podemos hacer es prepararnos, comprar unos buenos abrigos, botas y raquetas para la nieve por si es necesario, cubrir las paredes de nuestras casas con las tapas de donde vienen los huevos y ya si no podemos hacer eso, pues de plano irnos a vivir a una cueva, tal vez ahí nos escapemos de este clima riguroso que ahora padecemos. Aunque yo recuerdo que cuando iba a la escuela primaria, me tocó ir muchas veces con nieve hasta las rodillas, y quién que tenga más de 45 años no recuerda esas estalactitas de hielo colgadas de los alambres de la luz, o de las canaletas de las casas. Nuestra ciudad era fresca siempre, y aunque de día hiciera calor, de noche tenías que ponerte mínimo un suéter ligero. Y muchas veces las temperaturas llegaban a menos diez grados. Aquí cerca, en la sierra de Arteaga, no hay noche que la temperatura no baje y hay muchos lugares en sus altos cerros donde la nieve es eterna.
Por si o por no, cómprese una buena cobija de lana, o mínimo un sarape y prepárese con hartas tablillas de chocolate “oso”, su buena dotación de ron, tequila o wisky y preparémonos para lo que venga, que una cosa es bien segura, si viene, pues viene y si no, pues no. Y qué le vamos a hacer.
Manuel Fragoso Álvarez
http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2014/2/5/calentamiento-global-nueva-hielo-412542.asp