No me olvides, porque
en mi piel…
cual un suspiro
siento tu aliento mojado,
resbalando por el rio
que va encendiendo mi sangre.
Ya no sé
si es que no miro…
o están mis ojos sellados
por el resplandor cautivos,
de inflamados rutilantes
destellos que hoy
me invaden.
No me olvides, porque
hoy mi calle quiere hablar
y lentamente agoniza
sin tus pasos tan cercanos,
cuando se oculta la tarde,
con su estrecha soledad.
No me olvides, porque
tu piel
con olor a almendro…
unos ojos
una calle
un gemido y un vivir
pasean por los latidos del sentir,
¡Que hoy suspiran por ti!
Dolores Pereira
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