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El sistema de Buda era el vipassana. Vipassana significa ser testigo y es uno de los mejores métodos, el método de observar tu respiración… simplemente, observar tu respiración.
Respirar es un fenómeno tan simple y natural y se realiza veinticuatro horas al día. No tienes que hacer ningún esfuerzo. Si repites un mantra, tendrás que hacer algún esfuerzo, tendrás que forzarte. Si dices: «Rama, Rama, Rama», tendrás que esforzarte continuamente. Y muchas veces te olvidarás. Además, la palabra «Rama» también pertenece a la mente y nada que sea de la mente puede llevarte más allá de la mente.
Buda descubrió un método completamente diferente. Basta con observar tu respiración… el aliento que entra, el aliento que sale.
Hay cuatro cosas que se deben observar. Siéntate en silencio y empieza por ver la respiración, por sentir la respiración. La primera cosa es el aliento que entra. Después, cuando el aliento ha entrado, se detiene un momento… es un momento muy breve, pero se detiene una fracción de segundo; esa es la segunda cosa que hay que observar. Después, el aliento da la vuelta y sale; esa es la tercera cosa que hay que observar. Y una vez más, cuando el aliento ha salido del todo, se detiene durante una fracción de segundo; esa es la cuarta cosa que hay que observar. Entonces, el aliento empieza a entrar de nuevo… ese es el círculo de la respiración. Si puedes observar estos cuatro aspectos, quedarás sorprendido, asombrado del milagro de un proceso tan simple… porque la mente no interviene.
Observar no es una cualidad de la mente. Observar es la cualidad del alma, de la conciencia. Observar no es un proceso mental en absoluto. Cuando observas, la mente se detiene, deja de existir. Sí al principio te distraerás muchas veces y la mente entrará y empezará a jugar a sus juegos de siempre. Pero cuando recuerdes que te has distraído, no hay necesidad de sentirse culpable o arrepentido… simplemente, reanuda la observación, vuelve a observar una y otra vez tu respiración. Poco a poco, poco a poco, la mente interferirá cada vez menos..
Recuerda, no es el mismo proceso que se hace en el yoga. En el yoga, el proceso se llamapranayam; es un proceso completamente diferente, de hecho es lo contrario de lo que Buda llama vipassana. En el pranayam haces aspiraciones profundas, te -llenas el pecho con todo el aire posible, absorbiendo cada vez más oxígeno; después vacías los pulmones todo lo posible, expulsando todo el dióxido de carbono. Es un ejercicio físico… es bueno para el cuerpo, Pero no tiene nada que ver con el vipassana.
En el vipassana no tienes que cambiar el ritmo de tu respiración natural. No tienes que hacer inhalaciones largas y profundas; no tienes que exhalar de manera diferente de la normal. Deja que sea absolutamente normal y natural. Toda tu conciencia tiene que estar en un punto, observando.
Y si puedes observar tu respiración, también puedes empezar a observar otras cosas. Al andar puedes observar que estás andando, al comer puedes observar que estás comiendo. Y por fin llega un momento en el que puedes observar que estás dormido. El día en que puedas observar que estás dormido te verás transportado a otro mundo. El cuerpo sigue durmiendo, y dentro sigue ardiendo una luz brillante. Tu vigilancia se mantiene sin perturbaciones. Durante las veinticuatro horas del día habrá una corriente subterránea de vigilancia. Tú sigues haciendo cosas… para el mundo exterior, nada ha cambiado, pero para ti ha cambiado todo.
Fuente:Shurya.com
OSHO…VIPASSANA….
El Vipassana es tan simple que ni te das cuenta de él.
De hecho, al encontrarse con el Vipassana por primera vez, uno duda sobre si puede ser denominado o no meditación. ¿Qué es lo que es? Sin ejercicios físicos, sin ejercicios de respiración, algo muy sencillo : simplemente observar tu aliento como entra y como sale…. se acabó. Este es el método. Sentado en silencio, observando tu aliento entrar y salir, sin perder su pista. Eso es todo. No has de cambiar tu respiración, no es pranayama, no es un ejercicio de respiración en el que has de inhalar profundamente, exhalar, inhalar. No. Sencillamente respira, tal y como lo haces. Solamente introduce una nueva cualidad: la atención.
Exhalas; observa. Inhalas; observa. te fijarás: el aliento tocando tus fosas nasales un instante; te darás cuenta. Puedes concentrate ahí : inhalas, sientes el aliento en tus fosas nasales; luego exhalas, lo sientes de nuevo.. Fija tu atención en la punta de la nariz. No es que tengas que concentrate en la punta de la nariz; solamente has de permanecer alerta, consciente, observando. No es concentración, no te equivoques. Simplemente sigue recordando. Al principio te perderás una y otra vez, depués regresarás. Es difícil para ti, para algunos es difícil observarlo. Entonces puedes observar la respiración en el vientre. Cuando inhalas, el vientre se dilata. Cuando exhalas, el vientre baja. Sigue observando tu vientre. Si tienes un vientre prominente, te ayudará.”
Si tienes prisa, si estás apurado, nunca conocerás el sabor de meditación
Para saborear la meditación necesitas una gran paciencia, paciencia infinita.
La meditación es simple, pero te has vuelto tan complejo que relajarte tomará su tiempo. No es la meditación la que toma tiempo -permíteme recordartelo de nuevo- es tu mente compleja. Tiene que ser llevada a un descanso, a un estado relajado. Eso toma tiempo.
Y no pienses en términos de éxito y fracaso. ¡Disfruta! Tampoco te orientes a una meta. Disfruta el puro silencio vigilando tu respiración que entra y sale, y pronto tendrás una belleza, una nueva experiencia de belleza y beatitud. Pronto verás que uno no necesita ir a algún lado para ser dichoso . Uno puede sentarse silenciosamente, puede estar solo, y puede ser dichoso.No se necesita nada más, sólo el latir de la vida es bastante. Si tú puedes latir con ella, se vuelve un profundo baile interno .
La meditación es una danza de tú energía, y la respiración es la llave.
Osho: The Guest, Capítulo 15.