Interpretación simbólica de Raimon Arola de un grabado alemán del siglo XVI. En él aparece Apolo entre las dos cumbres del Parnaso acompañado por diversos personajes míticos que simbolizan el día y la noche o la luz y la oscuridad que se reúnen en el dios. Realización, Angels Diemand-Hartz y Luis Vega.
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PRIMERA PARTE: La cumbre que representa la oscuridad, el templo de Diana, Acteón, Baco y Sileno
SEGUNDA PARTE: La montaña de la luz, el templo de Minerva, las Musas, la fuente de Castalia y Apolo en el centro.
TERCERA PARTE: La casualidad que conduce al monte de Apolo se representa por una liebre. Según Plotino, el nombre de Apolo significa la negación de la pluralidad: “no muchos”, y, por consiguiente, el Uno. Apolo y Dafne (el laurel) son signos de la conjunción de los mundos.
Traducción del texto de la leyenda superior del grabado:
“He aquí el lugar en el que para ti, padre Baco, resuena el bronce ronco. El (monte) Citerón. / He aquí el lugar de tus residencias secretas Febo, el Helicón. / He aquí donde habitan en sus antros ilustres, las ninfas de Libetra (las ninfas de Libetra, una fuente de Tesalia, son las musas). / He aquí la residencia de las Piérides y las Thespíades (las musas). / He aquí donde puede verse la fuente de los vates (poetas o adivinos), célebre por sus olas, que hace que brote, gracias a su rápido pie, el caballo nacido de (la sangre de) la Gorgona”.