Ayer comentaba los nuevos planteamientos del Pentágono y los militares americanos, pero hoy descubrimos ‘sus primos’ en el Reino Unido también se han apuntado a la fiesta de la ciber-guerra.
De momento las acciones se limitan a ‘preparar’ un programa de armamento informático, o ciber-armamento, que queda así más interesante, para ‘defenderse de los más que posibles ataques’ por parte de hackers hacia la ‘seguridad nacional’ en Internet.
La idea es proporcionar herramientas de ataque, e integrarlas al inventario del ejército convencional. Sin hacerlo de forma explícita, Nick Harvey, Ministro de las Fuerzas Armadas, ha confirmado por primera vez la existencia de un plan como éste.
El discurso que se da desde las alturas es el mismo que diseñó el antiguo director de inteligencia de los Estados Unidos. Stuxnet, ataques recibidos con anterioridad, la alta dependencia de las redes de telecomunicaciones para controlar el transporte y la red eléctrica… lo mismo de siempre.
El resultado de la importación de la doctrina del miedo y la paranoia ha resultado en la designación de un antiguo comandante de paracaidistas, sin ningún conocimiento relativo a nuevas tecnologías, como jefe absoluto de la división de Internet.
Además de poner un analfabeto digital al mando del ciber ejército británico, se aumentó el presupuesto en 650 millones de libras esterlinas, unos 740 millones de euros al cambio.
Al menos, los británicos tienen la decencia de no escudarse en la ‘defensa de la propiedad intelectual’, y también admiten que en caso de ataque mediante la red, el atacante puede ser cualquiera. Desde un estado ‘enemigo’ a un estudiante brillante con mucho tiempo libre. Esperemos que esta realidad frene las ansias de contra-atacar con balas de verdad…
Por último, y como siempre en estos casos, la naturaleza del ‘nuevo armamento cibernético’ queda en el más absoluto de los secretos. Mucha jerga y mucha ciber-palabra para hacerse el interesante, para aumentar el nivel de paranoia y control.