El ministro pide “ayuda de emergencia” ante la inmigración irregular en las ciudades autónomas
El Gobierno español está más que molesto por las críticas de la Comisión Europea sobre la muerte de al menos 15 inmigrantes en Ceuta. Y reclama 45 millones de euros a Bruselas en concepto de ayuda extraordinaria y urgente para hacer frente a la “situación de emergencia” en Ceuta y Melilla. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha reunido esta mañana durante más de una hora con la comisaria Cecilia Malström, que hace unas semanas cargó con dureza contra los incidentes en Ceuta del pasado 6 de febrero, en los que murieron 15 inmigrantes.
Fernández ha tachado esas declaraciones de “imprudentes” e “inadecuadas”, ha manifestado la contrariedad del Gobierno por las declaraciones y ha criticado que no hiciera sus críticas “con prudencia ni por los cauces adecuados”. “Frente a esas declaraciones, el Gobierno exige respeto y apoya a la Guardia Civil”. Y en un giro final a su intervención, ha relacionado la polémica entre la Comisión Europea y el Ejecutivo con un incremento de la llegada de inmigrantes irregulares que tratan de llegar a la UE por Ceuta y Melilla: “De todas estas polémicas están muy pendientes las mafias. Y por eso está pasando lo que está pasando”.
Emergencia prácticamente inédita. El pasado viernes entraron de una tacada 214 ilegales procedentes de Melilla, una cifra que no se registraba desde 2005. Ayer entraron “varias personas” ilegalmente por Ceuta, algo que tampoco sucedía desde 2005. Ante esa “emergencia” –palabra que Fernández Díaz usó más de media docena de veces en una comparecencia ante los corresponsales españoles en Bruselas–, el Ejecutivo ha solicitado ayudas urgentes por importe de 45 millones, con el objetivo de incrementar los medios en frontera y de reforzar los perímetros fronterizos de Ceuta (8,2 kilómetros) y Melilla (11 kilómetros), que han sustituido a la fachada Atlántica y Mediterránea como los objetivos predilectos por los emigrantes para tratar de entrar en la UE.
Fernández Díaz cifró en 40.000 las personas que están esperando para dar el salto por Ceuta y Melilla. Añadió 40.000 más en otros enclaves de Marruecos. “Y hay centenares de miles más abajo”, dijo el ministro. “El mensaje de disensiones y de cuestionamiento de la actuación de la Guardia Civil lo perciben las mafias, que incrementan la presión para aprovechar la situación”, dijo.
El ministro se ha reunido a primera hora de este lunes con la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, que le ha preguntado por el episodio de las pelotas de goma en Ceuta. El encuentro, que ha comenzado poco después de las ocho de la mañana, se produce después de varios reproches cruzados en forma de declaración pública o de carta privada. El ministro ha entregado personalmente a Malström una nueva misiva en la que detalla tanto los hechos del 6 de febrero como las peticiones de España al Ejecutivo comunitario. La entrevista se ha programado coincidiendo con la reunión que celebran los ministros europeos del ramo. Malmström quería obtener información de primera mano sobre la muerte de al menos 15 subsaharianos que intentaban acceder a España y que murieron ahogados después de que la Guardia Civil disparara pelotas de goma. Bruselas sospecha que el lanzamiento de esas pelotas provocó el pánico de los inmigrantes y que eso pudo desencadenar su muerte: esa es la versión que transmitió Malström a Fernández, según el propio ministro.
Al margen de esa cita, los 28 ministros comunitarios debatirán de la presión migratoria sobre los Estados comunitarios en general. La Comisión y el Consejo Europeo se han mostrado hasta ahora reacios a otorgar mayor relevancia a los puntos fronterizos de Ceuta y Melilla respecto a otros del continente. Las agencias comunitarias de fronteras (Frontex) y de asilo (Easo) presentarán cifras que revelan que ni Ceuta ni Melilla son los puntos más conflictivos de las fronteras exteriores europeas, según fuentes conocedoras de esos datos. La presión es mucho mayor, por ejemplo, por la vía del Mediterráneo central, la que canaliza hacia Italia o Malta la llegada de inmigrantes del norte de África y también del este a través de Libia.
Bruselas intentará dilucidar si se puede mejorar algún elemento del acuerdo de asociación firmado entre la UE y Marruecos, que permite a España devolver de manera rápida a los extranjeros llegados a sus fronteras desde el país vecino. A pesar de los últimos casos que han trascendido sobre intentos de saltar a territorio español, la Comisión Europea considera que Ceuta y Melilla sufren una presión migratoria estructural, sin ningún pico especial en estos momentos.