(CNN) — La cantidad de químicos que se conoce como tóxica para los cerebros en desarrollo de los niños se duplicó en los últimos siete años, de acuerdo con investigadores.
El médico Philip Landrigan en la Escuela de Medicina Mount Sinai en Nueva York, Estados Unidos, y el médico Philippe Grandjean de la Escuela de Salud Pública Harvard en Boston, Estados Unidos, autores de una investigación publicada en la revista The Lancet Neurology, dicen que la noticia es tan problemática que piden una revisión mundial del proceso regulatorio para proteger los cerebros de los niños.
Los dos estudiaron químicos industriales durante aproximadamente 30 años. En 2006, publicaron datos en los que se identifican a cinco químicos como neurotóxicos; sustancias que impactan el desarrollo del cerebro y pueden causar varias discapacidades del desarrollo neurológico incluidas el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), autismo, dislexia y otros daños cognitivos, dijeron.
Esos cinco son el plomo, metilmercurio, arsénico, bifenilos policrorados, o PCBs, y el tolueno.
Ahora, después de más revisiones, seis químicos más fueron añadidos a la lista: manganeso; flúor; tetracloroetileno, un solvente; una clase de químicos llamada éteres difenílicos polibromados, o retardadores de fuego; y dos pesticidas, clorpirifos, que es altamente utilizado en la agricultura, y diclorodifeniltricloroetano, o DDT.
Para examinar el flúor, que está en el agua de la llave en muchas áreas, Landrigan y Grandjean observaron un análisis de 27 estudios de niños, en su mayoría en China, quienes estuvieron expuestos al flúor en el agua potable en altas concentraciones. En los datos, dijeron, se sugiere una disminución en promedio de aproximadamente siete puntos de IQ.
“Estamos muy preocupados de que hay varios otros químicos allá afuera en productos de consumo con los que todos estamos en contacto diariamente y que tienen el potencial para dañar el cerebro en desarrollo, pero nunca se sometieron a pruebas de seguridad”, dijo Landrigan.
“En los últimos seis o siete años en realidad añadimos químicos tóxicos para el cerebro a una mayor velocidad de la que añadimos evidencia de toxicidad a los cerebros de los niños”, dijo Grandjean.
“Al menos 1,000 químicos con animales de laboratorio mostraron que de alguna manera interfieren con la función cerebral en roedores; ratas y ratones, y esos son los principales candidatos para el control regulatorio para proteger los cerebros humanos en desarrollo. Pero esta prueba no se realizó sistemáticamente”.
¿En un mayor riesgo? Las mujeres embarazadas y niños, de acuerdo con Grandjean. Según la revisión, la mayor ventana de vulnerabilidad ocurre en el útero, en la lactancia y en la primera infancia.
El impacto no está limitado a la pérdida de puntos IQ
“Más allá del IQ, hablamos de problemas de comportamiento; reducción del lapso de atención, un mayor riesgo de TDAH”, dijo Landrigan.
“Hablamos de problemas emocionales, menor control de impulsos, (ser) más propenso a tomar malas decisiones, meterse en problemas, tener dislexia y salirse de la escuela. … Estos son problemas que se establecen al principio, pero avanzan hasta la niñez, adolescencia, incluso la vida adulta”.
No solo son los niños: todos estos compuestos también son tóxicos para los adultos. De hecho, en 2006, la pareja documentó 201 químicos tóxicos para el sistema nervioso adulto, que normalmente se derivan de exposiciones ocupacionales, envenenamientos e intentos de suicidio.
Landrigan y Grandjean ahora dicen que todos los químicos no probados que son utilizados y todos los químicos nuevos deben probarse para toxicidad del desarrollo neurológico.
Esto no es un concepto nuevo. En 2007, la Unión Europea adoptó regulaciones conocidas como REACH; siglas en inglés de Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Químicos, para proteger la salud humana de riesgos planteados por los químicos. REACH cubre a todos los químicos, colocando el peso de la evidencia en las empresas para probar que cualquier químico que producen es seguro.
“Estamos atrasados ahora y nos atrasamos más”, dijo Landrigan. “… Encuentro muy irritante que algunos de los fabricantes multinacionales comercialicen productos en Europa y Estados Unidos con el mismo nombre de marca y etiqueta, pero en Europa son libres de químicos tóxicos y en Estados Unidos contienen químicos tóxicos”.
El mejor ejemplo de esto, dijo, son los cosméticos y ftalatos. Los ftalatos son un grupo de químicos utilizados en miles de productos desde cosméticos, perfume, spray para el cabello, jabón y champús hasta juguetes de plástico y vinilo, cortinas de baño, minipersianas, contenedores de comida y envolturas de plástico.
También puedes encontrarlos en tubos de fontanería de plástico, tubos médicos y bolsas de líquidos, pisos de vinil y otros materiales de construcción. Son utilizados para suavizar y aumentar la flexibilidad del plástico y el vinil.
En Europa, los cosméticos no contienen ftalatos, pero algunos en Estados Unidos y México sí.
Los ftalatos previamente se utilizaban en chupones, sonajeros suaves y mordedores. Pero en 1999, después de un impulso de la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de Estados Unidos, las empresas estadounidenses dejaron de utilizarlos en esos productos.
“Ciertamente tenemos la capacidad, es una cuestión de voluntad política”, dijo Landrigan. “Intentamos en la última década en este país aprobar legislación de seguridad química pero la industria química y sus partidarios vencieron exitosamente el esfuerzo”.
Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), dijo que dos de los ftalatos más comunes; el ftalato de dibutilo, o DBP (por sus siglas en inglés), utilizado como plastificante en productos como barnices de uñas para reducir las grietas al hacerlos menos frágiles, y el ftalato de dimetilo, o DMP (por sus siglas en inglés), utilizado en sprays para el cabello; ahora son raramente utilizados en este país.
El dietilftalato, o DEP (por sus siglas en inglés), utilizado en fragancias, es el único ftalato que todavía se utiliza en los cosméticos, dijo la FDA.
“No está claro qué efecto, si es que existe alguno, tienen los ftalatos en la salud humana”, según el sitio web de la FDA. “Un panel de expertos convocado de 1998 a 2000 por el Programa Nacional de Toxicología (NTP, por sus siglas en inglés), parte del Instituto Nacional de Seguridad Ambiental y Salud de Estados Unidos, concluyó que los riesgos reproductivos de la exposición a los ftalatos eran de mínimos a insignificantes en la mayoría de los casos”.
El análisis a nivel mundial
“Tenemos los métodos de prueba y protocolos para determinar si los químicos son tóxicos para las células cerebrales. Si analizamos esto globalmente, analizamos a más de una generación de niños; una proporción muy alta de los niños de hoy en día estuvo expuesta al plomo, mercurio y otras sustancias, incluidas sustancias que aún no se prueban o se sospechan de ser tóxicos para el desarrollo del cerebro”.
El Grupo de Trabajo Ambiental es una organización de investigación de salud ambiental que se especializa en el análisis tóxico de químicos y ha pedido reformas durante mucho tiempo. En 2004, el grupo probó 10 muestras de sangre de cordón umbilical para miles de contaminantes industriales y encontró un promedio de 200 en cada muestra.
“Aquí en Estados Unidos, la ley federal puesta en marcha para proteger ostensiblemente a los adultos y niños de exposiciones a químicos peligrosos, incluidos aquellos que pueden presentar riesgos serios al cerebro y sistemas nerviosos, fue un fracaso absoluto”, dijo el vocero del Grupo de Trabajo Ambiental, Alex Formuzis.
“En su lugar, la Ley de Control de Sustancias Tóxicas de 1976, es en gran medida responsable de la contaminación en las personas a partir de que están en el útero, donde miles de contaminantes industriales literalmente bañan al feto en desarrollo”.
Landrigan recluta a mujeres embarazadas para un nuevo estudio en el que probará las exposiciones químicas. Dijo que es inevitable que en los próximos años, se añadan más químicos a la lista.
¿Su preocupación? “La capacidad de detectar estos químicos está por detrás de la capacidad de las industrias químicas de desarrollar químicos nuevos y ponerlos en productos de consumo. Es por eso que necesitamos legislación en este país para cerrar la brecha”.
Las críticas a la investigación
Mientras tanto, el Consejo Americano de Química, llamó a la revisión un “refrito” de la primera revisión de los autores.
“Esta iteración es tan altamente imperfecta como la primera, ya que de nuevo los autores ignoran los principios científicos fundamentales de la exposición y la potencia”, dijo el vocero del consejo, Scott Jensen.
“Lo que es más preocupante es que los autores se enfocan en gran parte en los químicos y metales pesados que son bien entendidos como inapropiados para la exposición infantil, y altamente regulados y/o restringidos o eliminados. Después extrapolan que conclusiones similares deben aplicarse a los químicos que son más ampliamente utilizados en productos de consumo sin evidencia para apoyar sus afirmaciones. Esas afirmaciones no hacen nada por avanzar el verdadero entendimiento científico y solo crean confusión y alarma”.