El dictador sirio, Bashar al Assad, ha optado por restringir al límite el acceso a la red justo cuando ha decidido que el derecho a la vida de los manifestantes ya no vale nada y dispara a matar contra sus compatriotas indignados en una escalada criminal e imparable que sigue recibiendo la moderada respuesta internacional. Algo lógico pues hace pocas semanas el dictador era recibido en Kuwait, como uno más, por los aliados del ‘mundo libre’.

El descenso radical en el nivel de conexión fue advertido ayer por Renesys, una fuente del Informe de Transparencia de Google con sede en New Hampshire. Un portavoz de esta empresa informa de que “las redes que no son accesibles son todos los prefijos reservados para las redes de datos móviles de SyriaTel y otros más pequeños como Sawa, INET y Runnet, lo que no sabemos todavía es como fue coordinado el corte o que regiones o ciudades específicas estarían más afectadas”.

La imagen que encabeza este blog es un gráfico de la propia Renesys que muestra el nivel de conectividad que había ayer en una amplia zona geográfica que incluye a Siria. El tamaño de la zona en color verde es proporcional a la presencia de Internet en cada país, por lo que se puede ver que en Siria aparece un llamativo bloque rojo (sin conexión).

La conexión a Internet en Siria depende básicamente de un proveedor nacional (SyriaTel) que “compra red” a Turk Telekom y Deutsche Telekom, pero también a PCCW (Hong Kong Telecom), Tata y Telecom Italia. Siria está unida por un cable submarino a Chipre (del que depende a nivel de telecomunicaciones) pues no ha conseguido avanzar en las programadas nuevas conexiones de fibra óptica terrestre, sobre todo con Turquía, debido a la inestabilidad política que vive el país.

Los prefijos de red que permanecen en todos los casos totalmente accesibles son los que pertenecen al gobierno sirio. Si los cortes de red en Egipto y Libia pueden servir de referencia, se puede concluir que los acontecimientos en la calle están llegando a un punto de inflexión. Aunque las torturas monstruosas en los centros de detención y el disparar a matar no es ninguna novedad, si bien ahora se hace desde tanques (T-72), helicópteros y cazas (MiG-29) como la cosa más normal y con total impunidad.