domi HACER EL BIEN

Haz lo que sea necesario en la vida, pero no olvides mantenerte distante. Deja que suceda en la periferia; el centro se mantiene desvinculado. 
 
Uno ha de hacer cosas, de modo que uno no deja de hacerlas, pero no debería sentirse perturbado por ellas. No es más que una actuación, una representación. En cuanto entiendes esto, puedes estar en cualquier parte, en cualquier clase de trabajo y mantener la ecuanimidad; puedes mantenerte absolutamente no contaminado. 
 
El problema es que a lo largo de los siglos al hombre se le ha enseñado a hacer el bien, no el mal, a hacer esto, no aquello. El hombre ha recibido mandamientos, cosas que se pueden hacer y cosas que no. Yo no te doy ningún mandamiento. No me preocupa lo que haces, mi única preocupación es con tu ser. Si estas en silencio, feliz, centrado, haz lo que haya que hacer y no habrá problema. 
 
Si no estas centrado, integrado en tu interior; si no te hallas en un estado de meditación, entonces ni siquiera hacer el bien ayudará. Por esa causa ves que tantas personas que no dejan de hacer el bien únicamente lo hacen porque buscan obtener un prestigio con ello. Hacen daño, su resultado último es el daño. El énfasis ha de estar no en hacer, sino en ser, y esto es un fenómeno totalmente diferente. No importa que sean abogados, médicos, ingenieros, prostitutas o políticos; no importa lo que haces. Lo único que importa es saber si estas centrados en tu ser. Eso cambiará muchas cosas.
 

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