Una colaboración de Jose Maria Bernal Martí
La Unión Europea (UE) y las normas españolas obligan a los restaurantes a congelar el pescado que se consume crudo para evitar la infección por anisakis. Sin embargo, “la preparación casera de los boquerones en vinagre -uno de los platos más representativos de la gastronomía mediterránea- mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar los boquerones al menos 24 horas a -20 grados”, afirma un equipo de científicos de la Universidad de Granada (UGR), que ha detectado larvas de este parásito y de otro similar, “Hysterothylacium aduncum”, en boquerones, o anchoas, del oeste del Mar Mediterráneo y del este del océano Atlántico.
Estos expertos han llevado a cabo una investigación, recogida por el Servicio de Noticias e Información Científica (SINC), que pone de manifiesto que el riesgo de contraer anisakiasis puede estar influenciado por la zona geográfica de captura, pues “hay una gran variación en la parasitación (prevalencia e intensidad media) de los boquerones de diferentes áreas”, explica Adela Valero, autora principal e investigadora del Departamento de Parasitología de la UGR.