La Humanidad ha sido colonizada por una secta de banqueros judíos cabalistas y francmasones que han utilizado su monopolio fraudulento sobre el crédito del gobierno para comprar el mundo y mantener la servidumbre por deudas sobre la humanidad. Tan eficaz es su control sobre la cultura que la humanidad no se da cuenta que es rehén de un emergente estado policial a escala global. La “liberación sexual” y la pornografía ha sido diseñadas por ellos como armas para obtener el control.
Cualquier vicio transforma al hombre en un esclavo de sus impulsos, y al mismo tiempo obnubila su conciencia y su pensamiento crítico al hacerlo preocuparse solo por satisfacer sus deseos. Los hombres auténticos, apoyados por esposas fieles, defenderán a sus familias y garantizarán que sus hijos tengan un futuro saludable. Es mejor convertir a estos hombres y mujeres en adictos al sexo que traicionen a sus familias por una aventura transitoria.
Si las personas piensas solo en sexo pasarán por alto que una élite psicopática los domina, e incluso le agradecerán las “libertades” que les brinda. La pornografía es un arma favorita de los colonizadores. Cuando Israel tomó el control de las cadenas televisivas palestinas en Cisjordania, comenzó a emitir porno. Después de que EE.UU. invadiera Iraq, empezó a surgir por todas partes la pornografía. Según una estimación de 2005, el 12% de todas las páginas web y el 25% de todas las descargas tienen que ver con la pornografía.
Las personas reaccionan ante la pornografía como ante cualquier adicción, lo que inevitablemente afecta su conducta. El porno es como el crack. En el siglo XIX los británicos lucharon en las Guerras del Opio porque no querían que los chinos les arrebatasen su “medicina”. En los últimos 100 años el sexo ha sido utilizado contra nosotros como un arma, y desde el fin de la segunda guerra mundial se ve cada vez con más frecuencia cómo el porno está estableciendo las normas sociales.
Igual que el “cambio social” es realmente “ingeniería social”, el entretenimiento de Hollywood es en realidad modificación del comportamiento. La película “Risky Business” (1983) se describe como una “comedia dramática para adolescentes”, cuando en realidad se diseñó para enganchar a toda una nueva generación a la pornografía. Tom Cruise hace el papel de Joel “Goodson”, un inocente cuya fantasía adolescente cobra realidad cuando una joven y atractiva prostituta (Rebecca de Mornay) viene a su casa mientras sus padres están lejos, de vacaciones.
La película contiene muchas escenas de sexo subidas de tono y le quita importancia implícitamente a la prostitución y al sexo por sí mismos. No es ninguna casualidad que esta película la produjera David Geffen, un judío homosexual y la dirigiera y escribiera Paul Brickman, otro judío. Esta película sobre la corrupción de la inocencia se puede comparar con la serie de “American Pie” (1999-2012), otra “comedia para adolescentes”, que comienza con cuatro chicos que desean perder su virginidad antes de su graduación. Una vez más, la película contiene bastante sexo y desnudos como para enganchar a cualquier joven telespectador a la pornografía.
Este grosero ataque psicológico a nuestros valores morales y decencia forma parte de la estrategia talmúdica, llena de odio, destinada a destruir la institución de la familia. En este contexto “Fast Times at Ridgemont High” (1982) y “Pretty Woman” (1990) son significativas por sus desnudos y por legitimar el aborto y la prostitución. Todas estas películas desempeñaron una importante función a la hora de eliminar restricciones morales y permitir que la obscenidad y la pornografía florecieran actualmente en los medios de comunicación de masas.
Las mujeres jóvenes solían ser respetadas por convertirse en esposas y madres. Ahora buscan aprobación como estrellas del porno o prostitutas no pagadas. El otro efecto de la pornografía es la atrofia en el desarrollo. El sexo es importante en las etapas vitales del noviazgo y la procreación. Sin embargo, las personas que tienen matrimonios saludables persiguen nuevos intereses después de que tienen hijos y se hacen mayores.
En su libro “Libido Dominandi” el profesor y comentarista católico E. Michael Jones detalla cómo se ha estado utilizando la “liberación sexual” para el control político ya desde la Revolución Francesa. Jones describe el aumento del porno como una batalla entre católicos y pornógrafos judíos. En su libro más reciente, “The Jewish Revolutionary Spirit”, describe la historia moderna como la subversión de la civilización por parte de los banqueros judíos cabalistas y sus representantes francmasones, que han usurpado el liderazgo de los gentiles.
La promiscuidad y el sexo anónimo, separado del amor, el noviazgo y el matrimonio, supone un proceso sumamente degradante para los seres humanos, especialmente para las mujeres. Lo siguiente será la pedofilia, el incesto e incluso el bestialismo. La “liberación” realmente es esclavitud. Así es como funciona el satanismo. Todo es lo contrario de lo que se afirma. El mal se presenta como bien y viceversa. Es mucho más fácil crear un estado policial si las personas se esclavizan a sí mismas.