Las conmemoraciones, bajo el tema “Recuerdo, unidad, renovación”, empezarán el lunes y durarán 100 días en memoria del centenar de jornadas que bastaron para exterminar a 800.000 personas
Los preparativos para las conmemoraciones del 20º aniversario del genocidio en Ruanda se vieron ensombrecidos el domingo por nuevas acusaciones contra Francia por su presunta complicidad en las matanzas, lo que llevó a que París rebajara el nivel de su representación.
Francia estará representada el lunes en Kigali, en las ceremonias para conmemorar el 20º aniversario del genocidio ruandés, por su embajador Michel Flesh, informó el domingo el ministerio de Relaciones exteriores francés, que en la víspera había anunciado la anulación del viaje de la ministra de Justicia Christiane Taubira.
Las conmemoraciones, bajo el tema “Recuerdo, unidad, renovación”, empezarán el lunes y durarán 100 días en memoria del centenar de jornadas que bastaron para exterminar a 800.000 personas, en su mayoría de la minoría tutsi, entre abril y julio de 1994. “El embajador estará presente en la ceremonia presidida por Paul Kagame”, indicó a la AFP el portavoz de la cancillería francesa, Romain Nadal, quien precisó que “jamás se habló de un boicot de las ceremonias” tras las declaraciones del presidente ruandés.
Francia había lamentado el sábado no “poder participar en las conmemoraciones” y anulado el viaje previsto a Kigali de Taubira, después de que el presidente ruandés, Paul Kagame, volviera a acusar a Francia, aliado del gobierno hutu antes de 1994, de haber tenido un “papel directo en la preparación del genocidio” y de haber “participado en su ejecución”. Francia en esa época estaba aliada con el régimen extremista hutu y su papel durante el genocidio sigue siendo muy controvertido.
El gobierno francés había decidido anular su participación en las conmemoraciones después de que el presidente ruandés, Paul Kagame, acusara a Francia de haber tenido, al igual que la expotencia colonial belga, un “papel directo en la preparación del genocidio” y de haber “participado en su ejecución”, en una entrevista publicada el domingo en el semanario Jeune Afrique. “Francia está sorprendida por las recientes acusaciones formuladas en su contra por el presidente de Ruanda […] en contradicción con el proceso de diálogo y de reconciliación iniciado hace varios años entre nuestros dos países”, reaccionó el portavoz del ministerio francés de Exteriores, Romain Nadal. “En estas condiciones [la ministra de Justicia,, no viajará el lunes a Kigali”, añadió.
La decisión francesa suponía un nuevo golpe a las ya difíciles relaciones entre ambos países, a pesar de una reconciliación oficial en 2010. Bélgica también rechazó esas acusaciones pero mantuvo su participación en los actos oficiales. “Lo que nosotros haremos en Ruanda es conmemorar un genocidio, es decir, recordar la memoria de las víctimas, de sus familias”, subrayó el domingo su ministro de Relaciones Exteriores Didier Reynders. “No rendiremos homenaje al gobierno ruandés actual”, aclaró.
Ruanda, que durante años se benefició en sus relaciones diplomáticas del sentimiento de culpabilidad de la comunidad internacional por no haber actuado durante las masacres, ha sido muy criticada desde hace meses, incluso por parte de sus aliados más cercanos, como Estados Unidos. Las autoridades del país están acusadas de desestabilizar el este de la República Democrática del Congo y de estar involucradas en los asesinatos o intentos de asesinatos de disidentes ruandeses refugiados en Sudáfrica. También se critica la ausencia de una verdadera democracia.
La ONU, que en 1994 fue incapaz de impedir las masacres a pesar de los 2.500 Cascos Azules desplegados en el país, estará representada en el aniversario por su secretario general, Ban Ki-moon. Por su parte, Estados Unidos envió a su representante en la ONU, Samantha Power. “La escala de brutalidad en Ruanda continúa escandalizando. Un promedio de 10.000 muertos diarios, todos los días durante tres meses”, recordó Ban el domingo, y dijo que el impacto de las masacres continuaba sintiéndose “en la región de los Grandes Lagos y en la conciencia colectiva de la comunidad internacional”.
Por su parte el papa Francisco dio este domingo su apoyo a los esfuerzos de reconciliación y de reconstrucción del país. “Deseo expresar al pueblo ruandés mi cercanía paternal y animarle a continuar, con determinación y esperanza, el proceso de reconciliación que ya dio frutos y el compromiso a favor de la reconstrucción humana y espiritual del país”, declaró el papa argentino durante el tradicional rezo del Ángelus. En los próximos días se espera la llegada a Kigali de varios jefes de Estado africanos, pero se ignora quiénes dirigirán las delegaciones de Tanzania y la República Democrática del Congo, que tienen relaciones diplomáticas tensa con Ruanda desde hace meses.
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