Antepasados ​​humanos en Eurasia antes de lo que se pensaba

Los fragmentos de piedra que se han encontrado en Georgia sugieren que los humanos pudieron haber evolucionado fuera de África.

Los arqueólogos siempre han pensado que el Homo erectus, el primer antepasado de la humanidad en extenderse por todo el mundo, evolucionó desde África antes de dispersarse por toda Europa y Asia. Pero uns evidencias de fabricación de herramientas justo en la frontera entre Europa y Asia supone un reto a esa suposición.Reid Ferring, antropólogo de la Universidad de North Texas, en Denton, y sus colegas, excavaron en Dmanisi, en las montañas del Cáucaso de Georgia. Descubrieron unos artefactos de piedra, mayormente lajas de piedra que se desplomaron y que los homínidos tallaron, para crear herramientas para despedazar animales, yacentes en unos sedimentos de casi 1,85 millones años de antigüedad. Hasta ahora, los antropólogos pensaban que el H. erectus evolucionó hace entre 1,78 y 1,65 millones de años, bastante después de que las herramientas de Dmanisi se hubiesen hecho.

Además, la distribución de las 122 artefactos dibuja una imagen de la ocupación terminal de la zona. En lugar de estar concentrados todos estos hallazgos en una capa de sedimento, lo que indicaría que los homínidos visitaron ocasionalmente el lugar, los artefactos están dispersados a través de varias capas de sedimentos, que abarcan desde el período de hace entre 1,85 millones hasta los 1,77 millones de años. Los resultados se publicaron en las Proceedings of the National Academy of Sciences.»Esto es verdaderamente sugerente, supone el mantenimiento de una población regional adaptada con éxito a los ambientes templados del sur del Cáucaso», explica Wil Roebroeks, arqueólogo de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos.

¿Ascendencia euroasiática?

La presencia de una población con uso de herramientas al borde de Europa en tiempos tan tempranos al norte del continente, en lugar de África, sugiere que pudo haber sido la cuna de la evolución del Homo erectus. Lamentablemente, los fósiles de homínidos fabricantes de dichas herramientas no están resultando muy útiles para el debate.

Los fragmentos de huesos fosilizados encontrados en las mismas capas sedimentarias, como los artefactos de Dmanisi, están demasiado degradados para ser identificados como pertenecientes a cualquier especie, por lo que es imposible decir con seguridad si las herramientas fueron hechas por el H. erectus.

Tampoco los cráneos fósiles recuperados previamente de los sedimentos más tardíos en el sitio, ayudan a resolver la controversia. Estos fósiles, que datan de hace 1,77 millones años, tienen cerebro sque rondan entre los 600 y los 775 cm. cúbicos de volumen, en tanto que el H. erectus, de forma general, se considera con una capacidad craneal media de unos 900 cm. cúbicos. Por comparación, los seres humanos modernos tenemos una capacidad cerebral de alrededor de 1.350 cm. cúbicos. «Muchas personas denominan a estos fósiles de Dmanisi los primeros Homo erectus, pero la discusión sobre esto aún está abierta», explica Ferring.

Viajes de ida y vuelta

Aunque los antiguos habitantes del sitio de Dmanisi no fueran los primeros miembros H. erectus, todavía existe un problema: los antropólogos pensaban que no existían homínidos fuera de África hace 1,85 millones años.

«Los textos de antropología de la década de 1990, a menudo se mostraban mapas con flechas grandes que indicaban la migración de los primeros H. erectus desde una inferida zona del África oriental a otras partes de Europa y Asia», explica Roebroeks. Los hallazgos de Dmanisi hacen falible tal explicación.

Ferring y sus colegas, proponen que algunos antepasados ​​del H. erectus pudieron haber viajado a Asia, y posiblemente a Europa, y en su evolución, volver de nuevo a África.

Tampoco puede esto sorprendernos en demasía, ya que cuando los homínidos salían de África no había carteles que dijeran, «Ahora está saliendo de África ¡Venga a visitarnos de nuevo!», exclama Bernard Wood, antropólogo de la Universidad George Washington. Aunque Wood admite que no le queda claro por qué los homínidos pudieron haber hecho estos movimientos.”

Ferring sugiere que estos primitivos homínidos podrían haber estado siguiendo su primordial fuente de alimento, los animales. «Mi corazonada es que, las migraciones se relacionan con el surgimiento y la flexibilidad repentina para vivir y comer carne en cualquier lugar», observa. Los vegetarianos, explica, se limitan a las plantas específicas que los sustentan, y no puede viajar desde zonas tropicales hasta desiertos o montañas tan fácilmente como pueden hacerlo los depredadores. Wood está de acuerdo. «Mi conjetura es que estos homínidos fueron los que dieron el salto adelante.»

También existen otras posibilidades. «Tendemos a pensar que los homínidos vivían en un mundo libre de la enfermedades, pero tal vez fueron eliminados de algunos lugares por una epidemia, y lo que quedaron sanos en los límites de su distribución, pudieron volver a las áreas desocupadas”, concluye Wood.

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