Una colaboración de Vania gutierrez

Tenemos la tendencia a asociar el programa espacial con descomunales cohetes, enormes presupuestos I+D y tecnología puntera, pero lo cierto es que hay programas espaciales que cuando he descubierto sus infraestructuras, no por menos, he tenido que soltar una carcajada…

Este es el caso del programa espacial que Zambia comenzó en 1964, justo cuando los Norteamericanos y los Soviéticos por entonces, empezaron a inyectar presupuestos titánicos para alcanzar primero el espacio, o mandar un hombre a orbita.

Resulta que Edward Makuka Nkoloso, de la Academia Nacional de Zambia de la Ciencia, la Investigación Espacial y Filosofía (habéis leído bien… filosofía) tenían el objetivo de llegar a la Luna antes que los rusos o los americanos – y para ello se aprovechó de la reciente independencia de Zambia.

En un editorial, Nkoloso afirmó que su tripulación estaba formada por doce astronautas, una “spacegirl” (astronauta femenina) especialmente capacitada, también había dos gatos (especialmente entrenados) y “un misionero” (como suena) estaban todos listos para ir para una misión a Marte. Esto, obviamente, no se produjo.

Los observadores internacionales, se quedaron atónitos al ver cómo los 12 astronautas de Nkoloso incluida la jovencita astronauta femenina de 16 años entrenaban con toboganes para que se adaptaran a la gravedad 0, giraban en bidones de aceite para mejorar su resistencia al mareo y a caminar sobre sus propias manos para mejorar las capacidades de desplazamiento en la Luna.

Adjunto vídeo que no os debéis perder…

Lo cierto es que Nkoloso esperaba obtener una fuerte subvención de la ONU que nunca llego y los problemas de disciplina de sus astronautas parece ser que terminaron quedando a la futura fémina espacial de 16 años embarazada, desconocemos el destino de los gatos y el misionero.