Muy a menudo hablamos siempre de los ‘grandes cambios’, porque son los que ‘más afectan’. Sin embargo, hay otros movimientos que, no por no ser espectaculares ni afectar a millones de personas, son menos importantes.
Uno de ellos podría ser la nueva legislación relativa a Internet en Kazakstán. El Ministerio de Comunicaciones e Información sacó una nueva orden según la cual todos los dominios .kz deben operar en servidores dentro de las fronteras físicas del país.
Para Google, según dicen ellos mismos, esto representa tener que tomar una decisión. O bien se acepta levantar una valla en Internet, o bien se toma la decisión de ‘desviar’ las búsquedas hacia otro lugar.
La segunda opción es la que han tomado. En lugar de mantener servidores físicamente en el lejano país, han decidido redirigir todas las búsquedas del dominio google.kz hacia el dominio google.com, usando el idioma kazhak, lo que afectará, según el buscador, a la calidad de los resultados.
Leyes y normas como ésta pueden ir terminando con la naturaleza distribuida de Internet. Lo que ha permitido la expansión de la red ha sido el hecho de que no importaba dónde estaba situado físicamente un servidor, la cuestión es que se podía comunicar con cualquier otro servidor, en cualquier otra parte del mundo.
Si se empiezan a levantar leyes fronterizas nacionales, se empieza una escalada de vallas. Primero se ponen unos setos con la excusa que “son decorativos y poco más”. Luego vendrán unos arbustos algo más densos, ‘porque tienen unas flores muy bonitas’. Luego se pondrá una valla metálica ‘para evitar que crucen los animales’…
Finalmente a alguien se le ocurrirá levantar un muro de hormigón con alambre de espino en la parte superior… Ay no, me equivoqué de tiempo verbal. Ya se le ha ocurrido a alguien, que por lo visto tiene envidia del jardín del vecino…