Los finales apocalípticos en la mente humana

¿Por qué la gente se siente tan atraída por las profecías catastrofistas, por los éxtasis religiosos o los colapsos medioambientales? 
— Tal vez sea parte de nuestra psicología.

Ya en 1919, William Butler Yeats, en “The Second Coming”, escribió una alegoría de la atmósfera europea, después de la carnicería de la Primera Guerra Mundial.

Las cosas se derrumban, nada en su centro se mantiene;
La anarquía acampa a sus anchas sobre el mundo,
Y por todas partes avanza una oscura marea de sangre
Que ahoga el acto ceremonial de la inocencia;
Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores
Se llenan de apasionada intensidad.

El poema dibuja duramente la mítica narración del apocalipsis, o al menos la primera mitad de la misma, la destrucción. Lo que suele seguir es el renacimiento y la redención, una segunda oportunidad donde la vida nace de nuevo. El arquetipo es el mito de la inundación de Noé, el mundo nace otra vez, después de ser lavado de sus pecados.

La última encarnación del mito de destrucción-redención fue presentada por el ‘procesador de números’ y las predicciones del fin del mundo del cristiano evangélico Harold Camping. Originalmente previsto para el 21 de mayo, pero ha sido pospuesto hasta octubre. Es fácil burlarse, pero tales escenarios apocalípticos no son propiedad exclusiva de la religión.

El final secular de los días se puede encontrar en el ‘final del capitalismo’ de Karl Marx y en el fin de la historia de Francis Fukuyama, junto con el catastrofismo científico provocado por el calentamiento global, las glaciaciones, las erupciones solares, los planetas solitarios, agujeros negros, colisiones cósmicas, supervolcanes, superpoblación, la contaminación, el invierno nuclear, la ingeniería genética de virus, los residuos grises de la nanotecnología, y no nos olvidemos del Y2K, el cambio de milenio. En 2004, Martin Rees, Astrónomo Real del Reino Unido, situó nuestras posibilidades de sobrevivir al siglo 21 en el 50 por ciento. Stephen Hawking, advirtió a la humanidad que el contacto con los alienígenas podría tener como resultado nuestra esclavitud o la extinción.

Al igual que en el éxtasis de H. Camping, muchos de estos pronósticos no se han dado. Y dado que sólo puede haber un Apocalipsis, la mayoría de los otros pronósticos tampoco.

¿Por qué, entonces, encontramos en dichas narraciones algo tan atractivo? ¿Cuál es la psicología que subyace a estas profecías apocalípticas, tanto religiosas como seculares? La respuesta está en los procesos emocionales y cognitivos de nuestro cerebro.

Emocionalmente, el fin del mundo es en realidad una renovación, una transición hacia un nuevo comienzo y una vida mejor por venir. En las narraciones religiosas, Dios castiga a los pecadores y resucita a los virtuosos. Para los laicos, los pecados de la humanidad son expiados a través de un cambio en el sistema político, económico o ideológico. Los pronósticos de calamidad medioambiental suelen ser seguido con reproches y recomendaciones sobre cómo podemos salvar el planeta. Los marxistas proyectaron el comunismo como el culmen de la liberación de un proceso multigradual que requiere el colapso del capitalismo. Los defensores de la democracia liberal proclamaron el fin de la historia cuando la guerra fría fue ganada por la democracia y la libertad.

Más recientemente, el mesías de Tea Party de EE.UU., John Galt, uno de los héroes de la apocalíptica novela de Ayn Rand, “Atlas Shrugged[La rebelión del Atlas] (recien adaptada al cine), que lidera una lucha por los hombres de la mente, obligando a la civilización a derrumbarse en la anarquía, sólo para que los héroes resuciten en una nueva «Atlantis» en la Tierra. Tal y como sus héroes Galt y Dagny Taggart, sobrevuelan las ruinas de una civilización rota, que alguna vez fue grande, ahora en la oscuridad de un paisaje carbonizado, y Taggart proclama: «Es el fin». No, replica Galt, «Es sólo el comienzo.»

Cognitivamente, hay varios procesos funcionando, empezando por el hecho que nuestros mismos cerebros son máquinas de creer a la búsqueda de patrones. Considerando esto como un experimento mental evolutivo, imagina que eres un homínido de las llanuras de África de hace 3 millones de años. Escuchas el susurro de la hierba. ¿Es sólo el viento o es un depredador peligroso? Si asumes que es un depredador, pero resulta que es sólo el viento, has cometido lo que se llama un error tipo I de cognición, también conocido como falso positivo, o sea, creer que es real algo que no lo es. Has asociado A, el susurro de la hierba, con B, un depredador peligroso, pero sin daño apreciable. Por otro lado, si se asume que el susurro de la hierba es sólo el viento, pero resulta que es un depredador peligroso, se comete un error de tipo II en la cognición, también conocido como falso negativo, es decir, creer es no es real cuando sí lo es. Fallas al asociar A con B, y en este caso tú eres el almuerzo.

El problema de evaluar la diferencia entre los errores tipo I y tipo II es muy problemático, en una fracción de segundo se determinaba la diferencia entre la vida y la muerte en nuestros ambientes ancestrales; así que la postura por defecto a asumir es que todos los patrones son reales, en otra palabras, suponer que todos los susurros de la hierba son depredadores. Por lo tanto, si hubo una selección natural para los procesos cognitivos es, precisamente, asumir que todos los patrones son reales.

El pensamiento del apocalipsis es una forma de patrón de búsqueda basado ​​en nuestras percepciones cognitivas de un tiempo transitorio. Asociamos causalmente A con B con C y con D, porque están conectados cronológicamente, y aunque se formen patrones falsos, basta que en el mundo natural estén a menudo lo suficientemente conectados para que en nuestro cerebro el tiempo y la causalidad sean inseparables.

Las visiones apocalípticas también nos ayudan a dar sentido a un mundo que suele, aparentemente, ser un sin sentido. Para compensar la faz de confusión y aniquilación necesitamos la restitución y la confianza. Queremos sentir que no importa cuán caótico y opresivo sea el mal en el mundo, que todo al final saldrá bien. El apocalipsis, como final de la historia, se hace aceptable, en la creencia de que habrá un nuevo comienzo.

Referencia: NewScientist.com,

3 comentarios en “Los finales apocalípticos en la mente humana

  1. La Violencia Genera Violencia. Las situaciones explosivas donde la gente vive aprisionada y prisionera de sus situaciones: Generan Violencia.
    Si existen drogas que producen «relajación, bienestar temporal psíquico, allanamiento de las sensaciones», también existen drogas que generan todo lo contrario: LA VIOLENCIA, el deseo de destruir, y más que destruir el deseo de VER SUFRIR A LOS AJENOS. Esto va tanto para las drogas sintéticas como para las drogas propias naturales que genera cualquier organismo vivo.

    La testosterona ha estado, hasta ahora muy ligada con esa facies violenta del género humano. Esto es un sistema hormonal que de por sí ya requiere de unas circunstancias y de unos actos para sentirse «activo». ¿Por qué gusta tanto ver derramar la sangre ajena, los sacrificios, las muertes, la violencia, lo sanguinario y criminal, lo sanguinario cuanto más sanguinario y sin sentido mejor? Quizás esto forme parte de un ADN que está caducando, un adn que genera dichos estadios de violencia.

    En sí la violencia no es más que el Terror a la Muerte con toda su membrana envolvente. La respuesta psicológica es bien sencilla: «mientras yo te mato, yo no muero; mientras yo te hago sufrir, yo no sufro; mientras tú agonizas y yo te veo, yo o padezco tu situación y me inhibo sintiéndome ‘vivo’ «. Es decir es el EGO EN TODO SU APOGEO CULMINANTE, es la falta total de la EMPATÍA; y además existe el trasfondo sicológico siguiente: MIENTRAS TÚ ERES SACRIFICADO A MÍ SE ME LIBRA DE TAL SACRIFICIO. Es de narices ¿no? Pues sólo hay que pensalo un momento, detenerse en esos pensamientos.

    Acostumbrados como hemos estado ahora a devorarnos, a sacrificarnos, y ya en plan moderno: a pisarnos los unos a los otros, a empujarnos, a labrarnos la carrera por encima de los demás, es normal que empecemos a admitir que esto puede quizás sólo pertenecer a una degeneración de nuestro ADN. ADN que ahora está intentando rectificar o rectificarse para dar paso a una humanidad que haga justicia a tal nombre.

    Esto también a grandes rasgos se puede aplicar a todos los QUE HACEN USO Y ABUSO DE PODER en cualquier escalón o circunstancia. Es lo mismo. Y si no piénsenlo detenidamente.

    ¿Por qué hasta ahora se ha dado tanto valor a la Genealogía, a las raíces físicas de nuestros antepasados, cuando de hecho esto no tendría que asombrarnos tanto, ya que si bien heredamos una parte genética, la parte espiritual de cada uno es propia, inherente e intransferible: NINGUNA VIDA PUEDE SER VIVIDA NI PALPADA POR OTRA, por lo tanto cada experiencia de vida es Única. El dar tanto valor a la génesis o procreación o seguimiento generalógico de las personas sólo lleva a pensar en el Valor de la Vida Material-y-Terrenal y que estamos dando en herencia lo que somos: si soy político quiero un hijo político, así siempr seré recordado y viviré como tal en el recuerdo (es por lo tanto también el Miedo Manifiesto a la Muerte Eterna).

    APOCA-LIP-SIS. Me gustaría que alguien más mirase éstas raíces lingüísticas (prefijos, sufijos y raíces escondidas), y que luego una su significado. Yo me quedé sorprendida: significa Todo lo Contrario a la destrucción.

    Nota: estoy advirtiendo que muchos blogs ya incorporan de manera muy fehaciente y visual, los enlaces al twiter y al face, yo particularmente pienso que esto es una invitación Al Control, por parte de los medios, o sea que cuidado con picar a la tecla como quien lo hace tan alegremente. El control ahora está comenzando a activarse de forma severa en todos los campos: internet, policía y demás infiltrados donde los haya, porque ahora a lo que aspiran es a que haya 5 vigilantes por un vigilado-borrego-controlado.

  2. Lucido y coherente comentario Ana.
    Poco añadire yo al tuyo..solo que en mi opinion tendriamos que situar ciertas entitades o energias que nos citan ciertos libros antiguos,y que han envuelto y (por el momento)envuelven a esta humanidad.
    Y digo esto no para esculpar al genero humano de nuestras responsabilidades con nuestros semejantes,si no para tener mas respuestas a las preguntas de porque y para que de tanta sangre derramada y tanta muerte durante tantos miles de años.
    Y mira..se me ocurre citar unas frases al respecto de un libro que no es antiguo y que esta en la linea de la tan cacareada new age.. pero que no dejan de tener sentido.
    Dicen asi: A lo largo del tiempo,la violencia y la sangre derramadas en este planeta han traido a muchos seres que requieren estas oscuras energias de dolor y confusión para convertir en vasallos aquellos humanos que controlan el planeta.
    En este juego,las fuerzas oscuras juegan muy bien su papel y son demasiado poderosas para ser destruidas;Hay que enfrentarse a ellas y transformarlas con conprensión y compasión por su proposito.
    Desde un punto de vista de una mayor comprensión,hay que darse cuenta de que se precisan seres muy evolucionados para aceptar el papel del mal y no quedarse atrapados indefinidamente en estos hechos.
    Los controladores,de hecho,son importantes participantes en el juego de la verdad;gobiernan gracias a la manipulación psicológica y espiritual porque la humanidad rechaza enfrentarse a su miedo colectivo de recordar el pasado.Incluso con el poder que tienen sobre la humanidad,los controladores estan solos,y carecen de verdad y confianza y el riesgo de quedarse atrapados siempre esta presente.
    Y el hecho de iniciar una guerra se ha utilizado y se utiliza con frecuencia para encubrir la entrada en una área,robar y destruir,o robar regitros del pasado y traumatizar a la gente para que olvide todo..
    Y..en opinion pienso que nuestro ADN esta manipulado por estos seres o llamense como quieran,y…quizas el famoso APOCA-LIP-SIS=REVELACION nos descubra la mentira y la verdad del drama humano.AMEN

    1. Hola Askaric, quizás y como dices ahora ya estemos en este Apocalipsis, donde se darán a conocer muchas verdades, y más que eso: se están destapando las mentiras, las manipulaciones. De hecho y por lo que pude entrever por los términos de apocalipsis, éste no significa sino que el Fin del Sufrimiento y de la Enfermedad acumulada.

      Respecto a lo que dices de la manipulación genética, claro que eso es así. Para qué iban a desear ciertas «entidades venidas de fuera» que fuésemos iguales a ellos o con el acceso al Conocimiento. Si los genetistas admiten que tenemos «adn basura» o no útil ¿qué es lo que están diciendo? pues que no conocen el funcionamiento de ese adn basura o para qué sirve o por qué fue inutilizado. De hecho es como si la criatura humana hubiese estado siempre dando vueltas en un mismo círculo sin poder avanzar. Pero ahora ya es tiempo porque no sólo importa nuestro adn, el cual se modificará, sino las energías que impregnan ese adn: la evolución espiritual.

      Admitir que el mal y el bien son tan necesarios el uno como el otro, admitir la coexistencia yin y yang en todos los aspectos, es la base de la sabiduría, pero la enfermedad recurre cuando existe el desequilibrio, y en nuestro caso es evidente que el mal ha tratado de prolongarse eternamente creando un círculo vicioso involutivo que impide el crecimiento del ser humano, ya que sólo ha alcanzado su dominio y colar la palabra «progreso» a modo de evolución. Ahora ya sabemos que no es lo mismo.

      Estamos todos ahora cada vez más abiertos a todo tipo de percepciones más allá de las terrenas, y estas percepciones nos dan a conocer otro tipo de existencia, y cuando llegamos a la conclusión de que la existencia puede manifestarse de forma infinita y de infinitas formas, estamos dando un paso hacia adelante. Los seres más evolucionados, quizás carecen de nuestros matices, pero son tan auténticos y tan enteros que no dejan lugar a dudas de su procedencia. Si alguien ha tenido la oportunidad de contactar directamente con alguno, sabrá que la sola presencia de los mismos ya manifiesta lo que son, sin necesidad de palabras ni de emociones. Creo que no estamos solos, pero nosotros como humanos no podemos ser intervenidos porque esto implica que nuestro libre albedrío estaría siendo manipulado, sin embargo, sí estamos siendo ayudados, y ayora más que nunca.

      Y creo Askaric que quien tiene o está teniendo ya una visión amplia de todo, está o estamos dejando de llamar a este tiempo como época dramática o apocalíptica. Creo que sí, habrá y hay sufrimiento, pero éste no es más que el desapego de algo (el ego) que llevamos anquilosado millones de años y cuesta dejarlo atrás.

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