Recientemente hemos hablado de las muchas joyas malditas del mundo, pero usted no tiene que tener un brillante para ver destruida su vida por un mal sobrenatural. Sobre un montón de objetos pesan terribles maldiciones, que pueden lastimar, atormentar o asesinar a personas. Aquí hay siete de ellos con los que usted nunca querrá relacionarse.
1) La estatua de la mujer de Lemb
Originalmente realizada en torno al 3500 aC en Chipre y hallada luego en 1878 en Europa del Este, esta estatua ha matado a tanta gente que a menudo se la refiere como “La Diosa de la Muerte.” Supuestamente, el primer dueño fue Lord Elphont, cuya familia de siete miembros, fue muriendo dentro de los seis años desde que Lord Elphont recibiera la estatua. La mujer de Lemb después fue adquirida por Ivor Manucci, quien murió junto a toda su familia en los siguientes cuatro años. Luego recayó en Lord Thompson-Noel. Él y su familia murieron. La estatua desapareció durante poco tiempo, pero su siguiente dueño confirmado fue Sir Alan Biverbrook, cuya esposa y dos hijas morirían al poco. Con dos hijos más, Biverbrook donó sabiamente la maldita cosa al Royal Scottish Museum.
2) La silla de Thomas Busby
¿Tiene un sillón favorito en su casa? Considere maldecirlo después de su muerte para que nadie más pueda sentarse en él sin morir. Eso es lo que Thomas Busby hizo en 1702, justo antes de ser ejecutado por estrangular a su suegro hasta la muerte por, -lo adivina- sentarse en su silla. Supuestamente 63 personas que se sentaron en la silla tuvieron muertes prematuras, a veces a las pocas horas después de dejar caer su trasero en la amada silla de Busby. En 1972, el Museo de Thirsk en realidad tuvo que suspenderla del techo para evitar que la gente se suicide en la silla.
3) La muñeca Annabelle
Comprada en una tienda de antigüedades en 1970, una mujer le dio una muñeca de trapo a su hija, Donna, que estaba en la escuela de enfermería. Cuando Donna y compañera de piso Angie volvían a casa encontraban a la muñeca en diferentes posiciones y lugares. Entonces la muñeca comenzó a aparecer con notas que ponían “ayuda”. Y luego encontraron la muñeca con sangre en ella. Un psíquico les dijo que la muñeca estaba poseída por el espíritu de una niña llamada Annabelle, que había muerto en el lugar donde su complejo de apartamentos había sido construido.
Pero Lou, un amigo de las chicas, pensó que había algo más siniestro en Annabelle, y les dijo a sus amigas que se deshicieran de ella. Entonces Annabelle fue a visitar a Lou, levitó hasta su cuerpo y lo estranguló hasta que se desmayó. La noche siguiente, las compañeras de piso escucharon lo que sonaba como alguien en la habitación de al lado; Lou investigó; las chicas le oyeron gritar y corrieron para encontrar a Lou con dos grandes marcas de garras en el pecho, aunque no había nadie más en la habitación … excepto Annabelle. Las chicas llamaron a Ed y Lorraine Warren, que investigaron la casa de Amityville, y aseguraron que la muñeca era en realidad un conducto hacia el infierno que un demonio estaba usando. Dos exorcismos no funcionaron, y ahora la muñeca se encuentra detrás de una vitrina en el Warrens’ Occult Museum, donde aún se mueve.
4) Los cuadros de niños llorando
He aquí los hechos: el artista italiano Giovanni Bragolin pintó un cuadro de un niño llorando que inexplicablemente se hizo muy popular en la década de 1950 y del que se realizaron muchas copias. En 1985, el siempre fiable periódico británico The Sun informó que un bombero afirmaba haber encontrado estas copias en múltiples casas destruidas por el fuego … aunque las copias estaban perfectamente bien. Al parecer, los bomberos británicos estaban ya tan asustados por este fenómeno que ninguno de ellos hubiera permitido alguna copia de esta pintura en sus propios hogares. Se registraron más incidentes de las copias saliendo indemnes en incendios en hogares, tanto antes como después del artículo, y de repente surgió una historia sobre que la pintura era de un huérfano cuya casa se había quemado. Lo que me gustaría saber en primer lugar era porque tantas personas querrían colgar un retrato de un niño sollozante en sus paredes.
5) El jarrón Basano
Digamos que usted está cavando alrededor de su patio y descubre, un jarrón italiano de plata del siglo XV. En el interior del jarrón hay una nota que dice: “Ten cuidado … este jarrón trae la muerte.” Usted inmediatamente lo arrojaría al hoyo de nuevo, le echaría un montón de tierra encima, e iría a emborracharse, ¿verdad? Bueno, quien encontró el jarrón en 1988 era algo capullo, porque tiró la nota y vendió el jarrón a una casa de subastas. El jarrón fue comprado por un farmacéutico que, por supuesto, murió tres meses después. Un cirujano compró el jarrón, y murió dos meses más tarde, a pesar de tener sólo 37 años de edad. El siguiente en adquirirlo murió dos meses después. El siguiente propietario murió al mes. Según algunos periódicos italianos, la policía confiscó el jarrón y lo enterró de nuevo en una caja de plomo en un lugar desconocido.
6) El coche de James Dean
El actor James Dean amaba a su Porsche Spyder 1955. Lo había tuneado ampliamente y lo llamaba con cariño su “Little Bastard”. Al parecer, el coche tenía un aura tan visiblemente mala que Sir Alec Guinness, al reunirse con Dean para el almuerzo, le dijo: “Si te subes al coche, te encontrarán muerto dentro la próxima semana.” Y así fue. Pero la maldición no se detuvo allí, cuando los mecánicos intentaron reparar el coche destrozado, cayó sobre uno de ellos, aplastándole las dos piernas. El nuevo propietario del coche vendió el motor y el tren de conducción a dos pilotos de carreras. Uno perdió el control, chocó contra un árbol y murió al instante .., el otro resultó herido cuando su automóvil se atrancó y dio la vuelta. Dos ladrones que trataron de llevarse las piezas del coche resultaron heridos. El coche fue luego donado para exhibiciones de seguridad de la Patrulla de Caminos de California, en la primera exhibición se incendió, y en la segunda el coche cayó sobre un estudiante rompiéndole la cadera. Incluso se las arregló para aplastar y matar a un conductor de camión que lo transportaba. El coche se encuentra desaparecido desde entonces, que es probablemente lo mejor.
7) La caja Dybbuk
En el folklore judío, un dybbuk es un espíritu maligno. Supuestamente, un sobreviviente del Holocausto convocó accidentalmente al demonio mientras usaba de un tablero de Ouija casero, pero se las arregló para atraparlo en el interior de un aparador. Kevin Mannis compró la caja en una venta de bienes en 2001, e inmediatamente comenzó a tener pesadillas acerca de una vieja bruja malvada, -al igual que los amigos que se quedaron con él. Mannis dio la caja a su madre, que sufrió un derrame cerebral en el mismo día. Los propietarios posteriores de la caja afirmaron que la caja dybbuk también aparecía en sus pesadillas. El último propietario fue Jason Haxton, director del Museo de Medicina Osteopática, quien no sólo tenía pesadillas, sino que desarrolló una extraña enfermedad de la piel y comenzó a toser sangre. En ese momento, Haxton contactó con sus rabinos locales, selló el dybbuk de nuevo en la caja, y luego lo escondió del mundo. ¡Gracias, amigo!