Gracias a sus virtudes para la salud, el ajo se considera un alimento-medicamento o alimento funcional. Además de no aportar casi calorías, su alto contenido en nutrientes y antioxidantes le confieren múltiples propiedades:
Beneficioso para el sistema circulatorio: Por sus componentes sulfurosos, así como la aliina y el ajoeno, (que le otorgan propiedades antitrombóticas), resulta muy adecuado para fluidificar la circulación sanguínea, por lo que está indicado para arteriosclerosis, hipertensión, colesterol y hemorroides entre otros.
Ayuda a estimular el hígado, la vesícula y el páncreas, (aunque esta contraindicado para los casos de acidez estomacal).
Diurético: Favorece la eliminación de líquidos corporales (pudiendo ser una ayuda para perder peso y en las dietas detox).
Aparato respiratorio. Ayuda a prevenir y curar las enfermedades respiratorias ya que aumenta las secreciones bronquiales, siendo un eficaz expectorante, desinfectante y descongestionante. Calma la tos.
Bactericida Por su contenido en azufre es uno de los mejores remedios naturales para combatir procesos infecciosos del aparato respiratorio o digestivo.
Antifúngico. Se ha demostrado que tiene un espectro de acción contra hongos y levaduras nocivas para el cuerpo, como pueden ser algunos tipos de cándidas (candida albicans).
Pero eso no es todo, además de sus propiedades saludables, el ajo también se usa en algunas tradiciones del arraigo popular:
Amuleto protector. En la antigüedad, el ajo se usaba como talismán-amuleto, considerado favorable para las brujas buenas y adverso para las brujas malignas. El ajo era por tanto una prueba para distinguir una bruja buena de una mala, pues estas últimas ante la visión del ajo o su proximidad, podían fallecer a causa de grandes dolores y desvaríos. Según algunas tradiciones, llevado como amuleto protege de enfermedades y protege la casa de ladrones y agresores. (¿Será por el peculiar aroma que desprende?)
Contra maleficios y Anti-vampiros. El ajo es usado desde la época medieval como repelente de vampiros, brujas y malos espíritus, así como contra el mal de ojo, las maldiciones y hechizos. ¿Quién no ha visto alguna de las versiones de Drácula donde se utiliza un collar de cabezas de ajo para ahuyentar a los vampiros?.
Ahuyenta-tiburones. Esta es la opción más divertida. Si lo que queremos es ahuyentar al típico pesado ligoncillo “tiburón” o “parásito de discoteca”, gracias al mal aliento y transpiración desagradable que produciremos después de haber comido un diente de ajo crudo, éste será un revulsivo muy eficaz. Si lo probáis, ya me contaréis los resultados!!
Fuente es.paperblog.com