Carmen está enamorada de su perro y quiere casarse con él. Después de pasar toda una vida de sufrimiento con los hombres ha decidido que el único ser al que ama y aprecia es su mascota.
Aunque aún no ha tenido ningún tipo de actividad sexual con el animal admite tener pensamientos impuros con su dálmata y pide respeto ante, según ella, ‘’una sociedad intransigente con su punto de vista’’.
La mujer, que no pasa por ningún tipo de tratamiento psiquiátrico, irá hasta donde haga falta para reivindicar su derecho al matrimonio entre personas y animales.
Carmen, te aconsejo que hagas con tu perro lo que quieras, pero deja el santo matrimonio eclesiástico y también el civil. Los divorcios cuestan dinero y molestias.
Con todos mis respetos, esta señora necesita apoyo psicológico.
La zoofilia por lo visto está de moda, aunque según ella quiere que se le respete, la decisión de casarse, realmente, a esa sta, no le falta un tornillo, yo más bien diría que hace ya muchisiiisimos años, que no tienen ni uno.
Considero que cada individuo, puede hacer con su sexualidad lo que quiera, por muy depravante que uno crea, pero que intente un matrimonio con su mascota, es como decir, ¿ cuántas rayas de coca te has metido?
Con los niños y los animales NO. Lo único que faltaba…son seres inocentes y puros, espero que nunca se de lugar a ese supuesto «derecho», que más bien es una aberración moral.
Me gusta respetar mucho a la gente con su forma de pensar, pero creo q es algo extremo solo porque no ha encontrado el hombre correcto, seguramente tiene un problema y lo del perrito pues es algo parecido a cuando algunas mujeres se hacen lesbianas por malas experiencias con los hombres. Que culpa tiene el perro??
Carmen…cásate conmigo mujer…no le hagas caso y deja a ese animal hijo de perra…Perro tenía que ser !…