Más de 800 personas escucharon a Mario Vargas Llosa, Javier Marías y Pérez Reverte en un encuentro-acto paracelebrar el 50 aniversario de la editorial Alfaguara. En poco más de hora y media, uno tras otro contó sobre el escenario de Teatros del Canal su trayectoria creativa.

El periodista Winston Manrique Sabogal relató para El País la charla, que alternó con silencios atentos y risas cómplices. Los tres académicos de la Lengua recordaron su primer encuentro con los libros y la lectura.

«Mientras Marías de muy niño casi odiaba los libros porque le quitaban espacio para jugar, Pérez Reverte jugaba con ellos creando barricadas y Vargas Llosa, que aprendió a leer a los cinco años, le pedía cada 25 de diciembre al niño Dios que le regalara libros y más libros.»

Luego, los tres enfrentaron los distintos caminos que los llevaron a ser escritores. Si bien el escritor y periodista español se definió como «un autor accidental», que empezó a escribir tarde, tras años como reportero de guerra, Marías y Vargas Llosa recordaron que se aproximaron a la narrativa desde niños.

A la hora de escribir, sin embargo, «una nube de dudas, titubeos e inseguridades los identifica», subrayó Manrique Sabogal.

«Los une, también, el hecho de que el descubrimiento de la lectura en la infancia se les convirtió en el mejor placer. Después no es que quisieran ser escritores, sino que querían escribir para prolongar las historias que les gustaban o que no les gustaban para cambiarles el final«.

Los tres autores se encaminaron hacía el tema de la experiencia de la creación literaria.«Un escritor serio es lo que ha leído, lo que ha vivido más lo que imagina», aseguró Pérez Reverte.

«¡Que envidia me dais!», exclamó Marías al enterarse que su dos compañeros siempre se quedan con historias que no pudieron contar. Él afirma que una vez que termina un libro no sabe lo que viene, y por eso se centra en lo que siente.

El Premio Nobel peruano fue el centro de los momentos más escuchados de la charla.

En el medio de las anécdotas que compartieron los tres escritores, Vargas Llosa sorprendió cuando preguntó a sus compañeros qué autor les hubiera gustado ser en caso de no haber sido lo que han sido.

El peruano afirmó que los autores que lo acompañan ahora son William Faulkner y Gustave Flaubert, mientras leyó mucho a Jean-Paul Sartre, cuando era más joven.

Marías, gran admirador de William Shakespeare, no vaciló cuando le tocó elegir, «por no acabar de entender cómo funciona su cabeza, cómo se le ocurrían esas cosas, aunque la vida de teatro quizá» no le gustaría mucho».

«Para mí Joseph Conrad, porque fue marino antes que escritor y mi vida ha sido un poco eso; es un autor que envejece conmigo, porque son pocos los autores que sobreviven a las relecturas de mi vida y cada vez que recurro a él descubro algo», indicó Pérez Reverte.

El Nobel de 2010 divirtió al público cuando confesó por qué «hay experiencias que obligan a la molestia». «Un día iba en un avión a Canarias y una azafata me dijo que un pasajero me admiraba mucho y quería conocerme.» contó.

«Acepté. Él se acercó conmovido y me dijo: ‘No sabe lo importante que han sido usted y sus libros en mi vida’. Y ahí vino la cuchillada: ‘Cien años de soledad ha sido muy importante’.»

«No me atreví a decepcionarlo y decirle que yo no era García Márquez«, comentó el escritor en el medio de las risas. «Así suplanté a García Márquez».

Estos momentos de complicidad compartidos con el público hicieron la felicidad de Pilar Reyes. La editora que moderó el debate, y que declaró que fue «un momento emocionante estar con tres figuras icónicas» de su catálogo «y que representan a la figura más importante de la editorial: el autor».

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