El Gobierno ecuatoriano dice que el riesgo ambiental es mínimo porque se ha evacuado la toalidad del combustible del barco
El buque de carga Galapaface I, que permanece encallado en el Puerto Baquerizo Moreno (isla San Cristóbal-Archipiélago de Galápagos) desde el 9 de mayo, mantiene en alerta a las autoridades ambientales de Ecuador. El pasado 15 de mayo, el Ministerio del Ambiente declaró el estado de emergencia para proteger la reserva marina de las islas y mitigar el posible impacto en el ecosistema. La ministra Lorena Tapia ha considerado el riesgo mínimo porque durante las primeras 72 horas del incidente fueron evacuados los 19.000 galones de combustible del buque y la carga contaminante (productos de limpieza y lubricantes).
La declaratoria de emergencia permite al Estado hacerse con los recursos económicos necesarios para contratar de forma rápida y oportuna a las empresas que alejarán la embarcación de las costas de San Cristóbal.
La Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) ha recibido el encargo de ejecutar las tareas necesarias para superar la emergencia en la reserva marina. Reflotar el Galapaface I, que pesa más de 2.000 toneladas, podría tomar varias semanas según las declaraciones de la cabeza de la DPNG, Arturo Izurieta. El costo de la operación podría estar entre los 5 y 6 millones de dólares. Luego se tratará de recuperar este monto con los aseguradores de la nave.
En la última semana se ha trabajado para estabilizar el barco y colocar barreras de contención de derrames y paños absorbentes de hidrocarburos alrededor de la nave para evitar la dispersión de cualquier producto que pueda salir del barco, cuyo casco tiene una fisura. También se ha aligerado la carga del barco para facilitar su remolque. Hasta el momento se ha evacuado el 70% de las más de 1.000 toneladas que el buque transportaba hacia otras islas del archipiélago. Esta carga, según la portavoz del Parque Nacional Galápagos, Rosa León, está conformada por materiales de construcción, accesorios del hogar, electrodomésticos, víveres, madera, etc.
Al momento 85 funcionarios de esta Cartera de Estado monitorean el barco las 24 horas del día, a bordo de las lanchas rápidas de la DPNG. Ellos asisten a los estibadores que aún se encuentran a bordo de la embarcación, toman muestras de agua y revisan el fondo marino.
El percance del Galapaface I (construido en 1979, en Noruega) recuerda el encallamiento del buque petrolero Jéssica (construido en 1971, en Japón) que derramó 175.000 galones de diésel y fuel oil en 2001 en la misma Bahía de Naufragio. Esto ha sido uno de los peores desastres ambientales en Galápagos.
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