El gobierno estadounidense trabaja en un sistema capaz de desplegar un Internet en la sombra para facilitar la comunicación entre grupos disidentes en dictaduras o estados que censuren el acceso a la red. El proyecto contempla, dentro de diversas tecnologías, la creación de redes móviles fácilmente transportables en maletines.
La idea consiste en que los maletines pasen desapercibidos en los controles fronterizos para poder instalar una red de comunicación inalámbrica en la mayor brevedad posible, que además pueda conectarse al Internet que todos conocemos.
Este proyecto contaría con multitud de diferentes tecnologías y varios grados de implicación de Estados Unidos y países aliados, siempre con la mira puesta en favorecer las comunicaciones lejos del control de gobernantes autoritarios en países como Libia, Siria o Irán. Un ejemplo directo sería el de Afganistán, en el que el Pentágono y el Departamento de Estado americano habrían invertido hasta 50 millones de dolares en una red para teléfonos móviles.
Este nuevo desarrollo parece motivado por los continuos cortes en el acceso a Internet protagonizados por las dictaduras afectadas por las recientes revoluciones del mundo árabe, aportando una vía directa para coordinar respuestas, concentraciones o ataques en caso de conflicto armado.
No sería sabio obviar el precio a pagar por esta labor ‘desinteresada’ del gobierno estadounidense, que jugaría un papel fundamental como proveedor del sistema, ahorrándose poner en juego la vida de sus soldados y, por supuesto, ocultar el intervencionismo habitual en estos casos.