publicación y de sus actuaciones, adquirió una mansión que transformó en un lujoso teatro de variedades interactivo que fue conocido como El Palacio del Ocultismo. Una de las salas de dicho teatro consistía en una mesa circular donde se realizaban sesiones adivinatorias. Las luces se atenuaban, los invitados posaban sus manos sobre una mesa de cristal que desprendía luz. Hanussen, valiéndose de esta escenografía y de sus dotes de actuación anunciaba sucesos venideros en la vida de los presentes, y algunas controvertidas profecías sobre el futuro político de Alemania –que luego resultaron cumplirse–.
Si Houdin fue el responsable de llevar la magia de las calles y los mercados a los palacios en el siglo anterior, Hanussen fue el que introdujo el mentalismo en las altas esferas alemanas. Se le veía frecuentemente en compañía de altos cargos militares, y de la élite empresarial berlinesa. Llegó a convertirse en un auténtico fenómeno de la época, sus predicciones sobre el futuro y sus lecturas del horóscopo aparecían en la prensa. Hasta que una de sus predicciones llegó a manos de Adolf Hitler. Hanussen vaticinaba que el futuro Führer se convertiría en canciller del Reich. Hitler fue el único que tomó en serio aquello.
La historia cuenta que Hitler y Hanussen se reunieron una vez en secreto y, tras estudiar las palmas de las manos de Hitler, las protuberancias de su cabeza y después de despertarse de un trance místico le anunció: «Veo victoria para ti. No puede ser detenida». Durante 1932 y 1933 hubieron muchas reuniones como esa, incluso Hanussen recibió el apodo de El Profeta del Tercer Reich. Su proeza más famosa de clarividencia fue la la predicción del incendio del Reichstag, que se cumplió unos días después. Pero quizás esta hazaña fue la que también le costase su vida. Se cree que Hanussen no calculó bien las implicaciones de este suceso tan fundamental en el establecimiento de la Alemania nazi.
Hablando de Goebbels, siempre se ha creído que era él el responsable nazi de la dominación de las masas a través de la propaganda, pero el historiador Peter Longerich descarta este hecho. Entonces, ¿quién introdujo a Hitler en los métodos de influencia sobre el público? El doctor Walter C. Langer preparó un perfil psicológico sobre Hitler para el servicio de inteligencia de los EE.UU. durante la II guerra mundial. El informe incluía la siguiente referencia a Hanussen:
«[…] Hitler tomó clases regulares sobre oratoria y psicología de masas de un hombre llamado Hamissen quien era también un astrólogo y adivino. Este era un individuo extremadamente inteligente que enseñó a Hitler la gran importancia de la puesta en escena en los mítines para obtener el mayor efecto dramático».
Lo que también es destacable es como un judío como lo era Hanussen lograse ganar la confianza de Hitler. El origen judío de Hanussen –que pretendía ser un aristócrata danés– era un secreto a voces, pero no fue hasta después del incendio del Reichstag que los nazis no tuvieron carta blanca para actuar contra ellos. Y la pregunta es ¿cuál era la motivación de Hanussen para ayudar a un regimen como este? Un colega adivino, también judío, le preguntó a Hanussen si no tenía miedo de que si los nazis llegaban al poder le matasen por ser judío. Él respondió que quería convencer a Hitler con su amistad de que había judíos buenos como ellos que no eran ni comunistas ni capitalistas. Sin embargo, antes de su muerte –quizás previendo esta– envía un mensaje escrito con tinta invisible a un amigo: «Siempre pensé que todo el tema sobre los judíos eran trucos electorales suyos. No lo eran».
Conclusiones
Un gran personaje, y sin duda el mentalista más influyente de la historia, aunque poco conocido fuera de Alemania. Para ver recreaciones de cómo habrían sido las actuaciones de Hanussen recomiendo dos películas. La primera es la húngara Hanussen, El Adivino (1988). Y la segunda y más moderna, en el que el gran actor Tim Roth interpreta al propio Hanussen, Invencible (2001) que, aunque el mentalista no es el protagonista de la historia, muestra bastante fielmente como serían las sesiones en El Palacio del Ocultismo, y las actuaciones de Hanussen en el escenario.