Humanos y medusas, combinados para crear el primer láser viviente

Investigadores médicos de la Universidad de Harvard crearon el primer ‘láser viviente’; una célula biológica que ha sido genéticamente modificada para producir un rayo láser visible.

Los láser necesitan dos cosas para generar haces de luz: un medio de ganancia que amplifique la luz, y un arreglo de espejos para concentrar y alinear esa luz, explica Wired.co.uk.

Los láser normales, desde su invención en la década de 1950, utilizan materiales sintéticos de ganancia como gases, cristales y tintes para amplificar los pulsos de fotones.

Pero el profesor Seok-Hyun Yun y su colega Malte Gather, en vez de eso utilizaron la proteína verde fluorescente (GFP, por sus siglas en inglés), que hace bioluminiscentes a las medusas, precisó el portal.

El equipo realizó ingeniería genética sobre células embrionarias de riñón para producir GFP. A continuación, colocó una sola célula entre dos espejos. En términos de tamaño: los espejos se distanciaron 20 micrómetros (20 millonésimas de metro) y la célula medía apenas de 15 a 20 micrómetros.

Cuando el equipo corrió pulsos de luz azul a través de la combinación de riñón/medusa, un visible rayo láser salió disparado. Sólo duró unos pocos nanosegundos, pero la luz pudo ser fácilmente detectada y conllevó información útil acerca de las las propiedades de la célula, indicó Wired.co.uk. Además, la célula salió ilesa del experimento.

Yun y Gather también notaron que la forma esférica natural de la célula actuaba como un lente, re-enfocando la luz para inducir emisiones de láser en niveles de energía más bajos que los necesarios en los láser tradicionales con materiales sintéticos de ganancia, señaló el portal.

La técnica tiene importantes aplicaciones en el campo científico y médico. Los biólogos pueden transformar células en rayos láser para estudiar mejor sus propiedades y su constitución, explicó Wired.co.uk.

También existe la posibilidad, aunque es a largo plazo, de que los médicos puedan hacer aparecer rayos láser dentro del cuerpo de un paciente, para atacar desde ahí los tejidos peligrosos o cancerosos, en lugar de disparar uno desde el exterior de la piel, señaló el sitio web.

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