Mientras se cumplía el aniversario de la ‘Nakba’, el régimen sirio trató de mover la atención de todo el mundo lejos de las atrocidades cometidas en su interior a través de la creación de algunos disturbios en la frontera común con Israel, a saber, en los Altos del Golán ocupados. Doce personas murieron y cientos más resultaron heridas, a pesar del hecho de que la línea fronteriza se mantuvo en calma durante tres décadas.
La reacción israelí ha decepcionado a Damasco. Israel sólo se quejó ante el Consejo de Seguridad y las Naciones Unidas, tal y como había reaccionado a los misiles de Saddam Hussein durante la invasión de Kuwait. Parece como si hubiera un acuerdo para que Israel se mantenga lejos de lo que está pasando, para no dar al gobierno sirio la oportunidad de esconderse tras la actual violencia en esa zona.
Pero el movimiento de Damasco en la frontera sirio-libanesa es diferente. Las tropas armadas sirias están actuando libremente. La frontera norte es testigo de una marcada presencia del ejército sirio. Mientras tanto, su presencia no se encuentra con ningún tipo de oposición oficial del Libano. Tal presencia siria puede incluso incrementarse en los próximos meses. Por otra parte, Hezbolá ha desplegado armas pesadas en la región, lo que indica que lo que está sucediendo en la frontera se lleva a cabo con la coordinación del Líbano.
Esta situación a su vez se añade a la petición del Líbano de un despliegue de tropas internacionales en la frontera sirio-libanesa para proteger a los ciudadanos libaneses y a los sirios que huyen de la represión por el ejército sirio. Estas peticiones pueden adquirir una dimensión árabe en los próximos días.
No hay duda de que el régimen sirio no va a permanecer en silencio mientras ve a los ciudadanos sirios y a los soldados desertores cruzan por el norte del Líbano y hacia Turquía. Esto está creando una presión internacional cada vez mayor con el tiempo. Si Damasco fracasa en dirigir la atención internacional de lo que está ocurriendo en su tierra a través de la creación de tensión en sus fronteras con Israel y Turquía, intentará encender la mecha en su frontera con el Líbano. Se trataría de mezclar las cartas del Líbano y Palestina, crear más preocupación a Israel y forzar a la FINUL a adoptar una postura que a su vez, daría un vuelco a la situación e impondría un nuevo status quo hacia Siria.
Ciertamente, los palestinos son los «nudos» de esta escalada, y su resolución. Ellos han demostrado ser muy responsables en cuanto a la escalada del Golán, al negarse a seguir los deseos de Damasco. En el Líbano, podrían perder la oportunidad de encender en llamas al país en aras de salvar el régimen sirio. Los aliados de Siria no son capaces de empujar a los libaneses a la guerra sin los palestinos.