El análisis del árbol genealógico humano, a través de los marcadores genéticos, permite decirnos cuando el ser humano en su camino por el planeta, fue conquistando los territorios nuevos con éxito.
De esta forma sabemos que los actuales pobladores de las islas del Pacífico proceden de una migración desde África hace 60.000 años. Sin embargo se han encontrado en estas zonas restos humanos de más de 70.000 años. Esto se explica porque los restos antiguos sucumbieron en su totalidad, no transmitiendo su herencia genética. Sin embargo el grupo de hace 60.000 años si tuvo éxito y si transmitió sus marcadores hasta nuestros días.
La colonización del continente Americano se llevo a cabo hace 20.000 años, según este análisis. Sin embargo diferentes grupos, continuaron entrando hasta que el hielo tuvo un retroceso importante hace 11.000 años. Fue la época del Diluvio.
A partir de entonces el paso de hielo se deshizo y la población americana quedó aislada del resto del mundo.
El esqueleto, uno de los más antiguos de América, vivió durante la Era de Hielo y fue hallado en una cueva inundada llamada ‘Chan Hol’ de la Península de Yucatán.
Los restos de uno de los esqueletos humanos más antiguos hallados nunca en el continente americano, perteneciente a un joven que vivió durante la Era de Hielo hace más de 10.000 años, han sido rescatados de una cueva submarina situada en la península de Yucatán, en el este de México, informó este martes el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mexicano.
El joven Chan Hol, como ha sido bautizado por el nombre de la cueva submarina en la que se encontraba, fue hallado hace más de tres años por una pareja de buceadores alemanes y es el cuarto ejemplar encontrado en América de uno de los más remotos predecesores del hombre, apuntó el INAH en un comunicado.
Su rescate no ha sido sencillo debido a que fue «rescatado» en el interior de una caverna en la que abundan estalagmitas y a la que sólo se puede llegar por intrincados laberintos inundados y completamente oscuros, a una profundidad de 8,3 metros. No obstante, «el esqueleto de Chan Hol fue colectado en un 60 por ciento de su totalidad, con huesos representativos de las cuatro extremidades, vértebras, costillas y cráneo, así como varios dientes», señaló el INAH.
Normalmente, de los restos arqueológicos de tanta antigüedad sólo se puede recuperar entre un 20 ó 30 por ciento, por lo que los expertos encargados de estudiar el esqueleto de Chan Hol han expresado su satisfacción. Los antropólogos físicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que lo analizaron en superficie piensan que el cuerpo fue colocado en la cueva durante una ceremonia funeraria realizada al final del Pleistoceno, cuando el nivel del mar era 150 metros inferior y la cueva en la que se hallaba formaba parte de la superficie terrestre.
Pobladores procedentes de Asia:
Según Arturo González, especialista en paleobiología del INAH, el descubrimiento fortalece la hipótesis de que el continente americano se pobló a partir de varias migraciones procedentes de Asia al final de la Edad de Hielo. Y es que en la misma zona de cuevas submarinas del estado mexicano de Quintana Roo se habían encontrado desde 2002 otros tres esqueletos del mismo periodo.
Las osamentas colectadas en estas cuevas pertenecen a individuos de grupos preclovis y se enmarcan dentro de los escasos restos humanos del Pleistoceno Terminal americano, cuyas características físicas se asemejan a la gente del centro y sur de Asia, lo que sugiere diversas migraciones hacia el continente», señaló González.
El primer dictamen de antropología física, practicado por los antropólogos físicos Alejandro Terrazas y Martha Benavente, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, indica que se trata de un adulto joven posiblemente de sexo masculino. La posición en la que se encuentra, piernas flexionadas a la izquierda y brazos extendidos a ambos lados del cuerpo, suponen una de las «novedades más interesantes por estudiar», ya que hasta ese momento no se había encontrado un esqueleto en postura similar, señalaron las investigadoras.
Arturo González señaló que en la Edad de Hielo la península del Yucatán debió ser un pastizal desértico que con los cambios climáticos se convirtió en selva. Los humanos que convivían con Chan Hol acudían a las cuevas a refugiarse de la intemperie y a buscar agua, añadió en el comunicado emitido por el INAH.