Según los cálculos de la entidad Standard Chartered, entre enero y abril Pekín compró más deuda soberana de la zona euro que en dólares.
En un esfuerzo por diversificar sus reservas, de los cerca de 200.000 millones de dólares invertidos en activos extranjeros en los cuatro primeros meses del año, unos 150.000 millones de euros se destinaron a adquirir moneda no estadounidense.
«El deseo de Pekín de diversificar podría contrarrestar las preocupaciones acerca de las actuales dificultades de Europa», explica el economista de la entidad británica en Shangai, Stephen Green, quien añade que la UE es la única alternativa, en cuanto que representa el único mercado de deuda lo suficientemente profundo como para absorber las compras del gigante asiático.
En octubre del pasado año, el primer ministro chino, Wen Jiabao, ya había indicado la intención de su Gobierno de ampliar su exposición a los bonos europeos y respaldar de esta forma la estabilidad de la divisa comunitaria.
En este sentido, el experto indica que «ciertamente parece que China, finalmente, está siguiendo su política» de acumular menos dólares.
China encabeza la lista de poseedores de bonos del Tesoro de EEUU, aunque de acuerdo con los últimos datos publicados por el Departamento del Tesoro estadounidenses, marzo fue el tercer mes consecutivo en el que el país asiático vende Treasuries.
Mayor rentabilidad
Además, según apunta Green, el movimiento de Pekín podría deberse también a una búsqueda de mayores rentabilidades, algo en lo que en estos momentos la deuda europea supera a la estadounidense.
Recientemente, Pekín reconoció que mantiene cantidades significativas de deuda soberana portuguesa y griega. Incluso el primer ministro chino, Wen Jiabao, se comprometió el pasado mes de abril a seguir comprando deuda española como ha hecho en la última etapa de la crisis financiera.
Las 36 Estratagemas
Las 36 estratagemas pertenecen a la misma tradición que el Arte de la guerra de Sun-Tzu. Ambas obras, dos clásicos de la estrategia taoísta, presentan una ciencia derivada del comportamiento humano, de una psicología evolucionada de las debilidades y de las fortalezas humanas en el contexto estratégico para controlar a los demás sin ser controlados por ellos.
Este libro presenta cinco milenios de estrategia bélica condensados en 36 estratagemas cuya eficacia está demostrada en los ámbitos más diversos: de la psicología a la política, del negocio a la dirección, de la educación a la diplomacia, de la comunicación al marketing, de la ética a las relaciones humanas.
En ese sentido, cada estratagema es una especie de clave para minar, desde los cimientos, la voluntad de luchar y el equilibrio psicológico del adversario: se trata de la manera de inducirle a hacer algo sin que se dé cuenta, o de crear deliberadamente en el contendiente cierta inquietud para provocar determinadas reacciones y movimientos.
A nivel práctico, los taoístas dedujeron una regla fundamental en la lucha consigo mismos o con los demás: vibrar de modo semejante a aquellos elementos que en la naturaleza ganan sin luchar, por ejemplo, el curso del agua que fluye.
Cada estratagema está constituida por una fórmula, seguida de un comentario explicativo. «Conoces a los demás y también a ti mismo: cien batallas, sin peligros. No conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo: a veces victoria, a veces derrota. No conoces a los demás ni te conoces a ti mismo: cada batalla es una derrota certera.»