La teoría de cuerdas es un modelo fundamental de la física que básicamente asume que las partículas materiales aparentemente puntuales son en realidad «estados vibracionales» de un objeto extendido más básico llamado «cuerda» o «filamento».

De acuerdo con esta propuesta, un electrón no es un «punto» sin estructura interna y de dimensión cero, sino una cuerda minúscula que vibra en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones. Un punto no puede hacer nada más que moverse en un espacio tridimensional. De acuerdo con esta teoría, a nivel «microscópico» se percibiría que el electrón no es en realidad un punto, sino una cuerda en forma de lazo. Una cuerda puede hacer algo además de moverse; puede oscilar de diferentes maneras. Si oscila de cierta manera, entonces, macroscópicamente veríamos un electrón; pero si oscila de otra manera, entonces veríamos un fotón, o un quark, o cualquier otra partícula del modelo estándar. Esta teoría, ampliada con otras como la de las supercuerdas o la Teoría M, pretende alejarse de la concepción del punto-partícula.
Según el físico David Gross:

No es tan completa la unificación como uno podría desear. Dentro de esta teoría no se está diciendo que hay unos pocos tipos de objetos, y que todo lo demás se construye fuera de ellos. En cierto sentido, estamos diciendo que la teoría de las cuerdas no es un objeto …. De la misma manera que si usted toma una cuerda de violín, y la arranca, tiene muchos tipos de vibraciones. Por lo tanto, una cuerda de violín puede dar lugar a muchos sonidos. Todos los tonos de una cuerda vibrante son modos diferentes de un objeto …. Que es la unificación verdadera de todo, en la que todas las partículas en la teoría, y todas las interacciones de las partículas que rigen las interacciones, son todas las vibraciones de una misma cadena.

En otras palabras, una cadena no es un bloque de construcción, como lo hemos imaginado previamente las partículas a ser. Al parecer, el universo no está hecho mediante la adición de un montón de cuerdas en combinaciones diferentes para crear todas las cosas que observamos, como las jirafas y las personas, los edificios y las estrellas. En vista de Gross, hay una sola cadena.

Si la realidad física no es en última instancia hecha de materia, sino que vibra de algo que se llama una cadena, entonces es posible que la realidad material y la conciencia, en vez de ser dualista, por separado, están íntimamente ligadas en vez, de afectar a los demás en los circuitos de retroalimentación mutua. No sólo tienen puntos en los que interactúan, pero son un sistema indiviso.

Aunque la teoría de cuerdas, según sus defensores, pudiera llegar a convertirse en una de las teorías físicas más predictivas, capaz de explicar algunas de las propiedades más fundamentales de la naturaleza en términos geométricos, los físicos que han trabajado en ese campo hasta la fecha no han podido hacer predicciones concretas con la precisión necesaria para confrontarlas con datos experimentales. Dichos problemas de predicción se deberían, según el autor, a que el modelo no es falsable, y por tanto, no es científico,1 o bien a que «La teoría de las supercuerdas es tan ambiciosa que sólo puede ser del todo correcta o del todo equivocada. El único problema es que sus matemáticas son tan nuevas y tan difíciles que durante varias décadas no sabremos cuáles son»