Unos 750.000 empleados del sector público secundaron una huelga de 24 horas en protesta por los planes del gobierno británico de reformar las pensiones.

El paro, el mayor en 80 años, fue convocado por cuatro sindicatos diferentes, entre ellos, maestros, personal de oficinas del paro, de juzgados, puertos y oficinas de Hacienda y empleados penitenciarios.

La huelga llevó al cierre de unas 3.000 escuelas primarias en Inglaterra y Gales, y más de 75 universidades del país. También se vieron afectadas cortes y tribunales, aduanas, agencias de empleo, también el servicio de guardacostas británicos.

El paro generó además demoras en los principales aeropuertos y puertos marítimos del país, debido a la adhesión a la huelga de agentes de inmigración.

Los funcionarios denuncian que la reforma de pensiones les obligará a “trabajar y contribuir más para ganar menos dinero”.

La huelga responde al plan del gobierno de elevar la edad de jubilación, de forma que los funcionarios ya no podrán empezar a cobrar su pensión a los 60 años y la cantidad que se cobrará en el retiro pasará a calcularse con una media del salario percibido en toda la vida laboral, en lugar de con la última remuneración.

Los sindicatos afirmaron que la medida de presión tendrá un “impacto significativo” en la industria.

También hubo manifestaciones en distintas ciudades del país, mientras que en Londres los manifestantes marcharon hacia el Parlamento, que contó con una fuerte presencia policial, por temor a desmanes e incidentes.

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