Referéndum y República: la clave está en el poder de la calle

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El  poder se ha enrocado en España para defender mejor sus privilegios y pasar al ataque directamente. La figura simbólica de Juan Carlos de Borbón ya no servía para cortar la hemorragia de votos de la menguante coalición sistémica representada por las fuerzas conjuntas del PP y el PSOE.

La transición encarnada en la persona del rey salido del franquismo se ha venido abajo, lo cual no quiere decir que la tercera república esté en marcha por el horizonte inmediato. La decisión real de retirarse ha sido meditada con tino para provocar una sucesión rápida que sortee la crisis institucional con un nuevo rostro mediático con el que se pretende tapar el ruido de fondo de las movilizaciones crecientes y el malestar político y social del pueblo llano.

La repentina abdicación es la solución de imagen que han urdido el PP y el PSOE al dictado de las elites empresariales y multinacionales para salvar la cara y remontar la crisis del modo más eficaz posible. No había otras salidas. Los recortes neoliberales aún no han terminado y el sufrimiento social aún no ha alcanzado su cota de elevación máxima.

Algo había que hacer para revertir la situación descrita, máxime después de una pérdida tan colosal de 5 millones de sufragios que han volado democráticamente de las alforjas del bipartidismo. Hoy, PP y PSOE solo representan al 25 por ciento del censo electoral y la monarquía suspende en todas las encuestas.

Todo está sucediendo en la calle y debiera seguir aconteciendo en ella de forma masiva y pacífica. La salida en tromba en los medios de comunicación de todos los políticos eméritos y en activo de PP y PSOE para loar y cantar alabanzas de la monarquía viene a indicar bien a las claras que la situación política es verdaderamente crítica para ellos. El sistema zozobra y sus prebendas millonarias están en entredicho. Tienen que defender sus posiciones elitistas como sea.

La nota dominante del esfuerzo propagandístico de las elites roza la memez e imbecilidad supina para que los iconos públicos del monarca cesante y de su cachorro aspirante al trono salgan reforzados en este crucial momento histórico. Pero todo está calculado y bien pensado con antelación. Han de inundar el ruedo público de mensajes fáciles de digerir para contrarrestar la capacidad crítica de las gentes del pueblo. Mensajes sencillos laudatorios y machaconamente repetidos: ahí radica el secreto de la publicidad masiva.

Se enrocan en la Constitución porque saben que un referéndum limpio, claro y conciso podría clausurar la monarquía emanada de los designios del dictador Franco. Un plebiscito mayoritario a favor del modelo republicano restauraría la legitimidad interrumpida por el golpe de Estado fascista y la guerra civil y daría cauce a una reestructuración a fondo de los aparatos estatales y públicos.

Ni PP ni PSOE darán su brazo a torcer en la cuestión del referéndum. En juego está su propio poder y supervivencia, aunque el PSOE tal vez saldría más dañado de este proceso actual al tener unas bases históricas de evidente raíz republicana que han tenido que tragar carros y carretas ideológicas desde Suresnes hasta hoy mismo.

El PSOE puede quebrarse el espinazo en esta sucesión monárquica y quedar relegado a un plano secundario en el plano político. El PP arrostra menos riesgos ya que sigue siendo el referente casi único de la toda la derecha.

La monarquía es el límite que impuso la oligarquía para restaurar la democracia en España. Si ese tótem cae, se precipitará también una forma de hacer y entender la política.

Los argumentos de los monárquicos son de una estulticia aplastante. El rey es dios y ha estado en todas partes alentando la democracia en España. La monarquía da estabilidad, sobre todo a los empresarios y a las clases propietarias. Y la corona ya se votó en la vigente Constitución como modelo de Estado. Todas ellas son falacias fácilmente desmontables con sólidos argumentos racionales, pero el ambiente emocional en el que se vocean con insistencia no dejará lugar a un debate sereno y razonado. Eso es lo que pretenden el PP, el PSOE y el poder financiero que les da cobertura.

Solo queda a calle. Hacer que la opinión pública se exprese de forma contundente y continuada para intentar oponerse a las directrices del poder establecido.

En los próximos días asistiremos a una carrera vertiginosa de relevos institucionales para asentar la sucesión como un hecho irrefutable, legítimo e irreversible. Con los hechos consumados se quiere poner sordina a las manifestaciones favorables a un referéndum consultivo en el que se opte democráticamente por un sistema monárquico o por un modelo republicano. Todo el proceso ya ha sido consensuado de espaldas al pueblo por el PP y el PSOE. Lo que ahora se pretende es acortar los tiempos a la mínima expresión y que el clamor popular se venga abajo paulatinamente.

No sería extraño tampoco, si ello fuera necesario, que se oyeran tímidos y estratégicos ruidos de sable para poner la gota de miedo suficiente que paralizara muchas iniciativas ciudadanas pro-República. La iglesia católica es otro bastión ideológico que puede pronunciarse en cualquier momento. Sus llamamientos y homilías siguen calando hondo en parte muy significativa de la gente común.

De momento se han posicionado por la convocatoria de un referéndum IU, Podemos, Equo, las izquierdas autóctonas de las comunidades autónomas y la mayoría de formaciones nacionalistas tradicionales. Y CC.OO., si bien mediante titubeos semánticos de doble uso o interpretación. Bajo todas es siglas o nomenclaturas políticas y sindicales hay millones de ciudadanos y trabajadores.

Con todo lo dicho, el referéndum y la instauración de una hipotética tercera república se ganará en la calle o nadie lo verá a corto plazo. Este fin de semana será vital para conocer si el empuje ciudadano es capaz de aunar voluntades mayoritarias públicamente. Unir fuerzas por una manifestación multitudinaria debería ser el objetivo prioritario ahora mismo.

http://www.diario-octubre.com/2014/06/03/referendum-y-republica-la-clave-esta-en-el-poder-de-la-calle/

Un comentario en “Referéndum y República: la clave está en el poder de la calle

  1. Espana tiene la oportunidad ahora de terminar con el actual gobierno corrupto y elegir lo que mas le conviene.

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