La contaminación lumínica de nuestro entorno nos aísla del resto del universo. Nos encierra en la Tierra y nos niega la curiosidad, el asombro, la constatación de nuestra esencia y nuestro origen.
Nos perdemos sentimientos, sensaciones y una motivación para preguntarnos muchas cosas.
Quizás ese sea el origen de querer apagar el cielo con luz.
La reivindicación por una lucha contra esta contaminación y la creación de espacios que permitan la contemplación del cielo es un derecho que todos deberíamos de tener.
LO QUE NOS PERDEMOS ES INCREIBLE
[vimeo http://vimeo.com/24253126]
Puestos en la base del buen optimiismo, y deseando que el paro cese y nuevas empresas florezcan, propongo: el paseo nocturno para «cegatos» ciudadanos. Vuelos «lowcost» por el cielo a tres mil metros de altura, para que por fin estos humanos apegados a la tierra puedan contemplar, en paseo, la melodía de estrellas, planetas y etcéteras, porque para ver el cielo ahora, hay que ser consecuente señores, hay que estar lo mínimo entre mil o tres mil metros por encima de nuestro suelo.
Ea, a ver si alguno pone en marcha el turismo nocturno estrellil.