Un artículo que ilustra muy bien el conocimiento de la historia oficial sobre un tema y una época trascendentales para nuestra especie.
El estudio en realidad acumula preguntas en vez de respuestas. aporta sólo el éxito obtenido por la especie humana que decidió cambiar completamente el estilo de vida y sentar las bases de lo que luego fueron las civilizaciones.
Hay algo que me sigue sorprendiendo. En la investigación no se hace mención del origen de la tecnología y el conocimiento necesarios para esa transformación tan radical y tan inmediata.
Hoy por hoy la única respuesta posible a estas preguntas. La única respuesta lógica, para que en todo el planeta, casi de forma simultanea, tuviera lugar este cambio tan drástico es la intervención de un conocimiento antiguo. La formación y organización llevada a cabo por ese linaje barbudo, de piel blanca, altos, y cuyas momías fueron encontradas desde el antiguo Egipto (Los sacerdotes de Orus) hasta en el continente americano (La momia rubía de Paracas)
maestroviejo
LOS CAZADORES-RECOLECTORES DE LA EDAD DE PIEDRA TUVIERON MUCHA MENOR DIVERSIDAD GENÉTICA QUE LOS AGRICULTORES.
Un equipo internacional de científicos ha presentado los resultados de una minuciosa investigación sobre un capítulo local de la historia demográfica de los humanos en la transición del Paleolítico al Neolítico. Un análisis genómico de los restos de humanos de esa época en Escandinavia ha revelado que los cazadores-recolectores de entonces existieron en menor número poblacional que los agricultores, siendo finalmente absorbidos por estos últimos
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La transición que aconteció desde el estilo de vida de los cazadores-recolectores hasta el de los agricultores, ha sido tema de fuertes debates durante un siglo. Los estudios de ADN están abriendo una nueva ventana para la comprensión de lo sucedido en este período. Sin embargo, a pesar de esto, han persistido cuantiosas lagunas sobre la estructura poblacional prehistórica asociada con la transición hacia el estilo de vida agrícola en Europa.
Para muchas de las más importantes preguntas, la información aportada por el ADN de la gente actual no basta para desentrañar el pasado. La mejor manera de desentrañar vía ADN los secretos de la prehistoria es analizando los datos biológicos directos, a pesar de los retos que esto implica. Y esto es precisamente lo que ha logrado el equipo de Helena Malmström y Mattias Jakobsson, de la Universidad de Uppsala en Suecia, Pontus Skoglund, ahora en la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, así como Anders Götherström y Jan Storå, de la Universidad de Estocolmo en Suecia. Los investigadores han obtenido abundantes datos genómicos de una cantidad de individuos antiguos que resulta inusualmente alta para lo que es habitual en este tipo de análisis. Los restos de once individuos, localizados en Escandinava, tienen entre 5.000 y 7.000 años de antigüedad. Algunos de los sujetos fueron cazadores-recolectores, de varios periodos temporales, y otros figuraron entre los primeros agricultores de la región.
El material usado para el estudio proviene del territorio continental de Escandinavia, así como de la isla báltica sueca de Gotland.
Los cazadores-recolectores de la Edad de Piedra tuvieron mucha menor diversidad genética que los agricultores. Esto sugiere que los primeros tenían un tamaño poblacional muy inferior al de los segundos. La baja variación genética en los cazadores recolectores pudo deberse en buena parte a la inestabilidad de las condiciones de vida inherente a su modo de relacionarse con su entorno, una inestabilidad que probablemente afectó mucho al tamaño de su población.
La transición en Europa desde los cazadores-recolectores a los agricultores está sembrada de enigmas. En el caso de Europa Central, por ejemplo, el último grupo conocido de cazadores-recolectores de la región parece que estuvo conviviendo con una población de agricultores pero sin mezclarse con ellos. Esto plantea muchas preguntas que por ahora carecen de respuesta.
http://arqueologia-paleoramaenred.blogspot.com.es/2014/06/estudio-confirma-una-brecha-genetica.html