Algunos prefieren una descarga eléctrica a seguir con la ‘tortura’, revela un estudio
Pasar entre seis y quince minutos pensando, en soledad, sin ninguna distracción, es una experiencia terrible para mucha gente. Así lo han comprobado científicos estadounidenses, que han observado a estudiantes universitarios, agricultores y parroquianos de una iglesia en una situación así. Unos cuantos de ellos, incluso, preferían recibir una descargar eléctrica que seguir con la ‘tortura’.
Investigadores de la Universidad de Virginia y Harvard (EE.UU.) han llegado a esta conclusión después de realizar varios experimentos, primero en un grupo de 413 estudiantes universitarios y, después, en un conjunto de 118 voluntarios de entre 18 y 77 años, seleccionados en un mercado de agricultores y en una iglesia.
“Sorprendentemente, no hemos encontrado correlaciones significativas entre el disfrute del tiempo para pensar y la edad o el uso de los teléfonos inteligentes”, indica a Sinc David Reinhard, uno de los autores, de la Universidad de Virginia.
Por su parte, Timothy D. Wilson, autor principal del estudio e investigador en la misma institución que Reinhard, explica que el uso de los aparatos electrónicos como los smartphones no ha acentuado esta fronemofobia –miedo a pensar– en soledad sino que, probablemente, “estos dispositivos son solo la respuesta de la gente a la necesidad de tener siempre algo que hacer”.
Así, la mayoría de participantes declaró que durante el tiempo de aislamiento no se sintieron cómodos, fueron incapaces de concentrarse o sus mentes se distrajeron. Incluso, cuando el experimento se trasladó a sus casas, los voluntarios siguieron sin sentirse a gusto y un tercio de ellos confesó haber caído en la tentación de escuchar música o usar el teléfono móvil.
Pensar o descargas
Los científicos del trabajo, titulado Solamente piénsalo: Los desafíos de la mente desocupada (Just think: The challenges of the disengaged mind), fueron un paso más allá y plantearon a los conejillos de indias la posibilidad de dejar el rincón de pensar antes de tiempo si se sometían a una pequeña descarga eléctrica. Ante esta perspectiva, un 67% de los hombres y un 25% de las mujeres prefirió el castigo a la tortura de permanecer en una habitación en soledad y aislamiento.
En otra fase del estudio, el azar asignó a los participantes una de dos categorías. En una de ellas, los individuos debían hacer lo mismo que habían estado haciendo, es decir, pensar en soledad. El otro grupo, en cambio, debía pasar el mismo tiempo realizando una actividad como leer o escuchar música a solas. Este segundo grupo declaró haberse divertido y concentrado más.
“Creemos que la mente humana ha evolucionado para estar implicada en el mundo”, sostiene Reinhard. “A pesar de que tenemos la capacidad de desconectar mentalmente y centrarnos solo en nuestros pensamientos», continúa, «por lo general, no solemos hacerlo con mucha frecuencia o durante períodos largos de tiempo”.
De hecho, según se cuenta en el trabajo, otros expertos han realizado varias encuestas que revelan que los estadounidenses pasan la gran parte de su tiempo libre viendo la televisión, socializando o leyendo en lugar de relajarse y pensar.
“Todo el mundo disfruta soñando despierto o fantaseando a veces, pero los pensamientos de este tipo suelen ser más agradables cuando son espontáneos y no cuando se fuerzan”, declara Wilson.
Por último, para incitar a la cavilación del lector, el estudio cita uno de los poemas de John Milton: “La mente es tu propio lugar y en sí misma puede hacer un cielo del infierno y un infierno del cielo”.
Timothy D. Wilson, David A. Reinhard, Erin C. Westgate, Daniel T. Gilbert, Nicole Ellerbeck, Cheryl Hahn, Casey L. Brown, Adi Shaked. 5″ target=»_blank»>Just think: The challenges of the disengaged mind. Science (2014). DOI: 10.1126/science.1250830
Sorprendente e inquietante experimento.
Ya sabia que a la gente, en general, se le hace muy difícil estar a solas consigo misma; pero nunca habia imaginado que fuese algo tan extendido ni tan extremo. Preferir descargas eléctricas antes que estar con uno mismo a solas, me parece incluso enfermizo.
Cada vez más estamos conectados con el exterior de manera constante. Siempre estamos recibiendo estímulos ajenos y externos. Sin momentos de pausa, de relax.
Pienso que ésto es muy perjudicial para el cerebro y nuestra salud, pero supongo que es algo que no se manifestará hasta dentro de unos años. Es algo relativamente reciente esta conexión, a tiempo total, con el entorno. E irá creciendo cada vez más.
A mi me resulta molesto, me agota físicamente y me irrita, no disponer de 30 minutos, al menos, para mí solo al dia.
Aunque hay una cosa del experimento que acabo de darme cuenta y no queda muy clara. Algunas personas toman un baño que puede llevar 30 minutos y se consideraria estar a solas sin hacer algo. O incluso pasear al perro, o solos sin música.
Que la gente no sea capaz de estar sin leer, escuchar música o charla, o ver la televisión; 15 minutos seguidos, me resulta sorprendente y preocupante.
Gracias por la información. Muy interesante.
Pienso que estas personas están enfermas…la soledad cargada de recuerdos es a veces muy difícil de llevar lo mismo que la soledad impuesta pero también es bueno estar solo, ayuda a encontrarnos a nosotros mismos.
A mi, la verdad, no me sorprende. Hace más de treinta años me comentaba un amigo que conocía al Abad de un monasterio cercano a Madrid, por el cual a veces aparecían estudiantes para preparar oposiciones o exámenes, ya que daban alojamiento y comida a muy buen precio, garantizando el silencio y la paz…
Así que llegaban con sus libros y dispuestos a estar ahí un par de semanas o las que fueran pero, al parecer, el que más aguantaba allí eran tres días… Y esto en un tiempo donde Internet no existía (como hoy me refiero), ni las redes sociales, ni los «tontomóviles», ni nada parecido… Y si era así entonces la cosa no ha hecho más que empeorar.
Nunca he olvidado lo que el citado Abad decía: «Es que la gente no se aguanta a sí misma…»
Cuando estás en silencio empieza a hablar esa voz que siempre estás silenciando con ruido de todo tipo, y lo que dice -según ese Abad y el amigo que me lo comentaba- no resulta grato… A veces se pueden hacer sesudos estudios, pero la verdad está ahí, frente a nosotros y es tan simple como que, efectivamente, la gente no se aguanta a sí misma y necesita ruido, cuanto más mejor, para no escuchar el resonar del silencio.
Por cierto, ¿os habéis dado cuenta de que cuanto más culta es la gente más propensa es a estar en silencio, hablar en tono moderado y evitar los ruidos? ¿Y que cuando menos se da esa cultura (no me refiero a estudios universitarios que no es cultura normalmente) más le gusta la gente hacer ruido, hablar a voces y menos soporta el silencio…?
Quizás esté relacionado… ¿?