domi La Superioridad del Ser Humano, la relatividad del bien y del mal, y la discriminación injusta

«Milites loco superiore pilis missis facile hostium phalangem perfregerunt»
C. Iuli Caesaris. «De Bello Gallico»

(Los soldados, lanzando sus jabalinas desde un lugar superior – más alto –, rompieron fácilmente la falange enemiga, Julio Cesar. «Comentarios de La Guerra de las Galias», J.R.)



La palabra superior proviene del latín «supra» que quiere decir arriba, sobre, encima, y cuyo significado original es el que se refiere a una posición en el espacio más alta (más alejada del centro de La Tierra). Debido a diversas razones, las posiciones espaciales más altas son ventajosas para las personas en numerosas situaciones (no en todas). Una posición más alta permite un mayor campo visual sobre un terreno, permite un mayor alcance al lanzar un proyectil (mayor energía potencial), representa una posición defensiva óptima en un combate clásico, a un orador le permite hacer llegar su mensaje de manera más efectiva a más personas, permite tener mayor control sobre una corriente de agua, representa el lugar más seguro en una zona inundable, etc. Es probable que por éstas y otras razones el significado de la palabra supra se extendiera en el lenguaje para designar a cualquier situación ventajosa. Otras palabras utilizadas para posiciones espaciales tienen también un significado relacionado con ventajas sociales o económicas, como por ejemplo al hablar de una clase social «alta» o «baja», de un nivel «elevado» de organización, al hablar de la «cabeza» de una organización (il capo della mafia, el capitán de la compañía), de una «cumbre» (reunión de jefes de estado o de gobierno). En diversas religiones (sobre todo aquellas relacionadas con el latín, como la llamada mitología griega y el cristianismo) es bastante usual que los lugares más altos les sean atribuidos a las moradas de las divinidades más importantes o «superiores» (el Olimpo, el Empíreo). No es disparatado entonces hablar de superioridad en el sentido de las ventajas (comida, seguridad, supervivencia, reproducción, felicidad) que puede tener un ser con respecto a otro, o una persona con respecto a otra; el error consiste en convertir esas ventajas en una constante universal independiente del medio ambiente y de otros factores y seres.

Una persona puede ser más grande que otra persona. Esto puede significar una ventaja con respecto a la persona más pequeña. Por ejemplo, si es necesario luchar, desplazar un objeto pesado, resistir heridas, la persona grande es superior a la pequeña. Pero si al contrario no es necesario luchar, ni desplazar un objeto pesado, ni resistir heridas, sino más bien es necesario poder esconderse de forma efectiva, ser ágil, consumir la menor cantidad de comida y agua posible debido a una escasez, en este caso la persona pequeña es superior a la persona grande. Como vemos, la noción de superioridad sólo tiene sentido en un contexto determinado, y por lo tanto en un intervalo de tiempo determinado (análogamente un lugar puede ser considerado más alto que otro si existe una fuerza de gravedad en determinada dirección; si la dirección de la fuerza de gravedad cambia, entonces también cambia el orden de superioridad de esos lugares). La noción de superioridad basada en las ventajas que ciertas características le producen a una persona o ser es científicamente aceptable, lo que no tiene sentido es afirmar que dicha noción depende únicamente de esa persona o ser y no de factores externos.

¿Un blanco es superior a un negro?
Seguramente en el medio ambiente en el que se desarrollaron los blancos (más frío, menos soleado) el blanco era superior al negro, en el sentido de poseer ventajas para su supervivencia y reproducción. Ciertamente los blancos suelen poseer más vellos, pueden entonces soportar el frío mejor que los negros.

¿Un negro es superior a un blanco?
Seguramente en el medio ambiente en el que se desarrollaron los negros (menos frío, más soleado) el negro era superior al blanco, en el sentido de poseer ventajas para su supervivencia y reproducción. Ciertamente los negros poseen más melanina, pueden entonces soportar rayos solares intensos mejor que los blancos.

¿Cuál es superior?
Ninguno, no existe una noción de superioridad independiente del ambiente, como tampoco existe una noción de posición independiente de puntos de referencia. Un punto en el espacio no puede estar «cerca» independientemente del punto de referencia y del contexto en el cual se habla. Ciudad de México puede estar cerca si nos encontramos en Toluca, o lejos si nos encontramos en São Paulo. La Luna puede estar cerca para un astrónomo, y muy lejos para un aviador. Algo no puede estar universalmente cerca. Desde hace miles de años, las ventajas de blancos y negros en sus respectivos ambientes han venido desapareciendo en gran medida, ya que nosotros mismos hemos modificado el medio ambiente, con ropa (para prevenir tanto el frío como los rayos del sol), climatización (tanto para calentar como para enfriar). No existe razón alguna para pensar que en el medio ambiente en el que se desarrollaron unos u otros era necesaria mayor capacidad intelectual (cuya noción es tan vaga como la de la inteligencia); en ambos ambientes y en diferentes épocas han existido numerosos problemas intelectuales que resolver.

La discriminación «injusta» (racismo, machismo, clasismo…) se basa entonces en la premisa falsa de que la superioridad es o puede ser independiente de los factores externos, cuando en realidad los factores externos son la causa principal de la superioridad. La discriminación «justa» es aquella que se basa en la noción humana del bien, cuyas bases fueron desarrolladas de manera evolutiva y son por lo tanto bastante efectivas para la supervivencia de nuestra especie. Para la mayoría de nosotros es justo que en una situación de peligro la seguridad de los niños sea la prioridad. Entonces es justa, en este caso, la discriminación de los adultos. Y esta noción de lo que es bueno puede ser encontrada por ejemplo en un hormiguero, donde la seguridad de las larvas también es prioridad. En cambio nuestras sociedades, a diferencia de las hormigas, también priorizan muchas veces la seguridad de los ancianos (aunque no por encima de la de los niños). ¿Un anciano es más importante para la supervivencia de una comunidad humana que la supervivencia de una hormiga vieja para un hormiguero? Probablemente sea así. Las sociedades humanas siempre se han beneficiado de los conocimientos y la experiencia de los ancianos, mientras que (con una capacidad mnemónica mucho menor) una hormiga vieja no tiene esa utilidad para su hormiguero. Otra vez vemos cómo la noción del bien y del mal puede variar de una especie a otra.

La superioridad como concepto universal es muchas veces admitida en el sistema de creencias de la gente debido a su simplicidad, aunque el miedo es un factor importante que influye en su aceptación. El racismo surge como forma de explicar las desventajas que en determinada situación tuvo cierto grupo de personas con respecto a otro, obviando los factores externos, que generalmente son los más determinantes. La creencia de que un negro es pobre debido a su inferioridad puede ser más conveniente y simple aunque menos lógica que recordar el pasado de esclavitud, saqueo y colonización de los pueblos africanos tanto en África como en América. Es más sencillo explicar el surgimiento de las primeras ciudades en el Medio Oriente recurriendo a la superioridad de sus gentes que a la localización privilegiada de estos territorios con respecto a los grupos humanos existentes en esa época en el planeta, ya que encontrándose en la encrucijada de tres continentes pudieron recibir muchos más conocimientos a través del intercambio de información que pueblos ubicados en los «confines» del mundo. ¿Los estados europeos dominaron el planeta durante los últimos siglos debido a la superioridad de su gente, o acaso factores como el traslado enorme de riquezas desde la América colonizada tuvo alguna relación con dicha superioridad? Es más simple explicar el estado «primitivo» de pueblos como los esquimales, los yanomami, los bosquimanos, recurriendo a la inferioridad de estas gentes que resaltando su aislamiento con respecto a otros grupos humanos debido a las condiciones particulares de su medio. De igual forma muchos adinerados justifican la pobreza recurriendo también a la inferioridad de los pobres y a la superioridad de los ricos, obviando factores mucho más reales como la buena alimentación, la educación, la salud, oportunidades de trabajo y el acceso a la información producto de la riqueza acumulada, de una u otra forma, por estas familias. Pero no sólo es más simple, sino también es una creencia que causa tranquilidad y promete relativa felicidad a los privilegiados (los «superiores»). El que la superioridad, entendida como las ventajas o privilegios, sea producto de factores externos y no de las características intrínsecas de las personas es una creencia que puede resultar incómoda (causa temor) ya que presupone que un cambio, muchas veces incontrolable, de los factores externos, atentaría contra dichos privilegios. El miedo a perder los privilegios, las ventajas, la «superioridad», es probablemente lo que permite que el mito de la superioridad intrínseca y absoluta (independiente de factores externos) perdure a pesar de ser contradicho por numerosas evidencias.

Los ojos azules de Jane Elliott

Una de las evidencias más elocuentes que contradicen la superioridad intrínseca de la personas y confirman la importancia capital del medio ambiente y de los factores externos en la superioridad, es la experiencia realizada por la profesora estadounidense Jane Elliott en 1968 a un grupo de estudiantes de primaria, la cual fue registrada en los documentales «The Eye of the Storm» y «A Class Divided». La profesora Elliott les propone un juego a sus estudiantes, en el cual introduce de manera arbitraria una regla que establece la superioridad de las personas de ojos azules sobre (supra) las personas de ojos marrones. Con el solo hecho de sentirse superiores, los niños de ojos azules realizan diversas actividades de manera mucho más eficiente, rápida y correcta que sus compañeros inferiores de ojos marrones. Al día siguiente, Jane cambia las reglas del juego, estableciendo la superioridad de las personas de ojos marrones sobre las personas de ojos azules. Sorprendentemente, los mismos chicos de ojos azules que un día antes realizaban las actividades de manera rápida y correcta, se ven superados por sus compañeros de ojos marrones, quienes disfrutan de una nueva efectividad y rapidez gracias a su superioridad recientemente adquirida. El último día Jane les explica la finalidad del juego, hacerles sentir en carne propia las dificultades, tanto prácticas como psicológicas, que conlleva el ser discriminado injustamente. Los niños se sienten aliviados de terminar con el juego de la superioridad. Años después, los mismos niños, ya adultos, observarían las grabaciones de la experiencia, y comentarían cómo en el resto de su vida rechazaron toda postura discriminatoria injusta.

Variedad

«But as variations manifestly useful or pleasing to man appear only occasionally, the chance of their appearance will be much increased by a large number of individuals being kept; and hence this comes to be of the highest importance to success.»
Charles Darwin. «The Origin of Species».

(Pero como las variaciones manifiestamente útiles o agradables al hombre aparecen sólo ocasionalmente, la probabilidad de su aparición será incrementada en gran medida con un gran número de individuos; y esto pasa a ser entonces de gran importancia para el éxito en esta tarea, J.R.)

Darwin se refiere, en El Origen de las Especies, a las ventajas que la variedad (genética) en los animales domésticos ofrece a los hombres a la hora de crear razas nuevas, adaptadas a las necesidades humanas (caballos más fuertes o más rápidos, perros con mejor olfato, ovejas o llamas con mejor lana). La probabilidad de que aparezcan variaciones «útiles» es mayor mientras mayor es la variedad. Esta es una razón bastante obvia para que los seres humanos preservemos cualquier especie existente en el planeta. Análogamente podemos decir que la variedad es una estrategia muy efectiva para que las especies sobrevivan en un medio ambiente en constante cambio. La probabilidad de que aparezcan variaciones más adaptadas al medio ambiente es mayor cuando hay más variedad. La reproducción sexual puede haber surgido debido a las ventajas que representa la mezcla en la obtención de mayor variedad en las especies. Si la pureza de la raza representara una ventaja (si fuera buena) para nuestra especie (o para las especies en general), entonces no tendría mucha utilidad que nos complicáramos la vida (gasto adicional de energía) buscando una persona del sexo opuesto para reproducirnos, ya que nada aseguraría más pureza que una reproducción asexual, como existe en las bacterias (aunque éstas pueden mutar más fácilmente que nosotros y así obtener gran variedad) y algunas plantas. En otras palabras, si la pureza fuera una estrategia de supervivencia y reproducción mejor (superior) que la variedad, entonces sólo habría una (o muy pocas) especie(s) en este planeta.

Esto puede explicar por qué nuestra noción del bien implica proteger y ayudar a todos los individuos de la especie, incluso a los menos adaptados al ambiente actual, personas con malformaciones o enfermedades congénitas, ya que cualquiera puede representar la variación que permitirá una mejor adaptación a un cambio del medio ambiente. Una especie que protege a todos sus individuos se asegura una variedad genética enorme y una gran capacidad de adaptación. Solamente la existencia de individuos que atenten contra la vida de otros individuos o de la sociedad en su conjunto pueden justificar una noción del bien que los margine de la sociedad.

Conclusión

La incomprensión de la noción de superioridad da lugar a un sinnúmero de mitos y supersticiones que justifican la segregación y discriminación injusta, y que atentan contra el bienestar y la felicidad de la sociedad y sus individuos. La superioridad no es una característica intrínseca de los seres, sino que depende del medio en el que se encuentran. No puede hablarse de un ser superior sin especificar la situación en la que se encuentra el ser y los seres con los cuales es comparado. A pesar de la escasa popularidad de las discriminaciones injustas (por raza, sexo o clase social), el prestigio cada vez mayor de la ciencia sobre (super) la superstición, y el cada vez mayor rechazo a los dogmas, nunca está de más exponer sus incoherencias.

Confiar en las nociones del bien y el mal de la mayoría de los seres humanos, comprendiendo sus ventajas para nuestra supervivencia como especie, es la manera más efectiva de conseguir la mayor suma de felicidad posible en nuestra sociedad.

http://www.aporrea.org/actualidad/a54722.html

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.