Pujol pide 'perdón' por las cuentas de su familia en paraísos fiscales

Pujol, un ejemplo de «Independencia» tributaria.

El ex presidente autonómico catalán Jordi Pujol emitió este viernes uncomunicado en el que admite que su familia posee cuentas en paraísos fiscales y pide «perdón» por ello.

Jordi Pujol i Soley asegura que los fondos que «su mujer y sus siete hijos» poseen en el exterior proceden de la herencia que les legó su padre, Florenci Pujol, tras fallecer en 1980. Esta afirmación contrasta con las investigaciones policiales.

Tal y como publicó EL MUNDO en noviembre de 2012, la Udef afirma que cobraba el 4% de cada obra o servicio que adjudicaba desde la Generalitat y añade que en una sola cuenta en Suiza el clan esconde 137 millones de euros.

La Policía achaca esa y otras cuantas al cobro sistemático de comisiones ilegales por adjudicación de obras y servicios del Ejecutivo autonómico catalán entre 1980 y 2003. Su sucesor en el Palau de Sant Jaume, Pasqual Maragall, aseguró en el Parlament que sus predecesores cobraban mordidas de forma regular. Fue el 4 de marzo de 2005. «El problema de CiU», enfatizó el presidente socialista catalán dirigiéndose a Artur Mas, «es el 3%».

La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal -que Pujol padre popularizó con el célebre «¿qué coño es eso de la Udef?»- puntualizaba en el informe publicado por EL MUNDO en noviembre de 2012 que CiU se quedaba con el 4% de cada obra o servicio que concedía a empresas privadas. De ese peaje, el 2,5% se empleaba para financiar a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y el otro 1,5% acababa en los bolsillos de sus dirigentes, básicamente, la familia Pujol.

Lo más singular de todo es la explicación que el patriarca del clan ofrece acerca de la multimillonaria fortuna que poseen en el exterior -la Udef cifró en 137 millones los fondos que poseen sólo en una entidad bancaria suiza-: «Procede de la herencia que mi mujer y mis siete hijos percibieron de mi padre, Florenci Pujol i Brugat, fallecido en septiembre de 1980, cinco meses después de mi llegada a la Generalitat [tomó posesión de la Presidencia autonómica el 8 de mayo de aquel año]».

«Mi padre dispuso que unos fondos que tenía en el extranjero, y que no estaban regularizados en el momento de su fallecimiento en 1980, fueran destinados a mis siete hijos y a mi esposa [Marta Ferrusola], pues él consideraba errónea y de incierto futuro mi opción de dedicarme a la política en lugar de seguir en el mundo empresarial», argumenta el ex presidente de la Generalitat en la nota que hizo pública a media tarde de ayer.

En su increíble relato, Jordi Pujol i Soley añade que, aunque «su conciencia le empujaba a rechazar esta herencia», decidió encargar la gestión a una persona de la más «absoluta confianza» suya y de su padre. «Mi error original contaminó a mi mujer y a mis hijos», apostilla.

El enredo prosigue en la siguiente aseveración. El ex jefe de la Generalitat declara que «nunca» quiso saber «el más mínimo detalle de la gestión» del patrimonio que acumulan en el exterior. Una cuestión a todas luces inveraz, entre otras razones, porque fuentes solventes de la investigación del caso cifran en al menos 600 millones de euros su fortuna oculta en paraísos fiscales. Desde Suiza, país desde el que, tal y como reveló EL MUNDO en septiembre de 2013, salieron los fondos para adquirir el puerto argentino de Rosario, hasta Andorra, pasando por Panamá, Luxemburgo, Liechtenstein, Jersey, Guernsey, entre otros.

‘Único responsable’

La confesión interesada de Jordi Pujol continúa admitiendo que «en los últimos días» miembros de su familia «han regularizado esta herencia con las consecuencias del nuevo marco legal aprobado para incentivar la última regularización excepcional de noviembre de 2012». El político independentista se autoinculpa de todo lo ocurrido pese a que no reconoce tácitamente que él es el verdadero titular de los fondos multimillonarios que guardan en cuentas ‘off shore’. «De los hechos descritos y de todas sus consecuencias yo soy el único responsable», afirma, consciente entre otras cosas de que dada su edad, 84 años, su ingreso en prisión es altamente improbable.

El jefe del clan se muestra dispuesto a comparecer «ante las autoridades tributarias o judiciales» para acreditar estos hechos «y de esta manera acabar con las insinuaciones y comentarios». Jordi Pujol i Soley se refiere, obviamente, a todas las noticias publicadas por este periódico de noviembre de 2012 a esta parte. «Expongo todo esto con mucho dolor», finaliza en tono lacrimógeno, «por lo que significa para mi familia y para mí mismo pero, sobre todo, por lo que puede significar para tanta gente de buena voluntad que pueden sentirse defraudados en su confianza, a la cual pido perdón».

Pone punto y final confiando en que «esta nota sea reparadora en lo posible del mal y sirva también como expiación para mí mismo».

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